Sus ojos parpadearon abiertos para mirar a Calhoun, viéndolo mirarla intensamente mientras la acercaba al siguiente clímax, se dio cuenta de que él iba a alejarse de ella otra vez, y su mano se disparó hacia abajo para colocarla sobre la de él.
—No —le susurró de la manera más dulce posible mientras miraba fijamente a sus ojos rojos que parecían encapuchados y oscuros.
Calhoun apretó los dientes al oír su súplica. Quería llevársela lejos de todo lo posible y mantenerla aquí con él solo para sí mismo. Cuánto tiempo había esperado a que ella lo mirara con ojos llorosos donde estaba abriéndole su corazón.
—Si no quieres, me detendré —dijo Calhoun, como si hubiera malinterpretado sus palabras—. Esto hizo que Madeline se sintiera inquieta al pensar que él había tomado sus palabras como si ella quisiera que él se detuviera cuando era lo contrario.