Madeline se alistó y, junto con Beth, salieron de la habitación. Se dirigieron al comedor y vieron que la mayoría ya había tomado asiento en la mesa, mientras que ellas llegaban tarde.
—Parece que todos llegan tarde al desayuno, ¿no es así? —comentó Samuel, quien estaba sentado junto a Lucy, que hoy estaba inusualmente callada. —También deberías haber dormido más, Lucy —dijo el hombre al colocar una mano sobre su espalda y el rostro de Lucy se endureció.
La noche entera, Lucy había estado molesta y desconsolada después de encontrar a su esposo con una criada. No lo había confrontado porque estaba en shock. Cuando Samuel había vuelto a la habitación, Lucy le daba la espalda y no había podido dormirse. Al llegar la mañana, se había preparado rápidamente y se fue a unirse con su tía sin querer pasar un segundo en la habitación con él.