—¿Perdone? —preguntó su abuela a Calhoun como si no hubiera escuchado lo que el vampiro dijo.
Calhoun dijo:
—Madeline y yo nos vamos a casar en menos de tres semanas. Estamos aquí para tomar sus bendiciones y también para invitarlos —sus palabras eran educadas y encantadoras, sus ojos miraban a los abuelos cuyos ojos solo se entrecerraban ante sus palabras.
—¿Sus padres están al tanto de esto? —preguntó el abuelo de Madeline, y ella asintió con la cabeza.
—Sí, abuelo. Están en el castillo ahora mismo —respondió.
—¿Castillo? —su abuela alzó las cejas en señal de pregunta. Habían pasado apenas cinco minutos desde que Madeline había llamado a la puerta, pero sus abuelos no los habían invitado a entrar a causa de la criatura de la noche que la había acompañado aquí a la casa.
Madeline se humedeció los labios y respondió a la mirada curiosa de su abuela:
