La malvada sonrisa de Calhoun apareció en su rostro, y él podía ver cómo Madeline intentaba traer justicia, y esto le divertía. En vez de pensar cómo huir del castillo o escapar, estaba pensando en salvar a alguien a quien Calhoun no le importaba mucho, pero era bueno ver cómo esto le había favorecido con Madeline dentro. Cuanto más tiempo Madeline pasara en el castillo, conociendo y hablando con la gente, más acostumbrada se iría sintiendo, y dejaría menos espacio en su mente para pensar en dejar el castillo.
—Hay algo que encontré —susurró ella, y Calhoun inclinó su cabeza, esperando que ella hablara—. El sirviente dijo que la botella con la que fue encontrado tenía un extremo abultado. Cuando yo era joven, alguien me dijo que esa forma solo se hacía en Yorkshire. Se dejó de hacer cuando el fabricante murió.
—¿Y qué? —preguntó Calhoun.
Los labios de Madeline se fruncieron antes de que dijera:
—¿Y si es de alguien que es de Yorkshire?