—Vincent se volvió curioso y preguntó:
—¿Qué hice?
—Tú y tu padre mataron a mi madre... Tú eres la razón por la que mi hermana está muerta. Pagarás por los pecados que has cometido.
Vincent solo podía suponer que era la sirena hablando desde el pasado, el pasado que estaba conectado con su linaje original. Utilizó una mano para sujetar las de ella que presionaban sobre su cabeza, mientras intentaba sacarla de su estado de trance.
—¡Eva! ¡Despierta! —Vincent la llamó. Cuando puso su otra mano en el lado de su mejilla, le dijo dulcemente:
—Sé que estás ahí dentro, mi dulce niña. Necesito que vuelvas en ti.
Pero Eva giró su rostro y mordió la mano de Vincent con sus dientes irregulares, y sus ojos brillaban aún más. Él siseó por el dolor de sus dientes irregulares hundiéndose en su piel, pero no se detuvo para despertarla. Le sacudió el hombro:
—¡Vuelve en ti! ¡Regresa a mí, Eva!