—Me encogí de hombros cuando vi la mirada que me lanzaron los chicos —comenté—. En el apocalipsis, el único tipo de humor que existía era el humor negro. No era mi culpa. Los chicos tomaron posición a cada lado mío y sus hombres se desplegaron detrás de nosotros.
—Había sacado suficientes armas automáticas para que cada uno de los hombres tuviera una, por si acaso... así que tenía que decirlo, nos veíamos realmente imponentes caminando por la carretera desierta, armas en mano —recordé con una sonrisa interna—. Me reí para mis adentros al visualizar la escena en mi cabeza. Más de cien hombres vestidos con camisas negras de manga larga, pantalones de carga negros, botas de combate negras y un rifle estilo AR-15 en sus brazos. Y todos me seguían a mí... (insertar risa malvada aquí).