La figura sombría continuaba riendo, su risa resonando a través del campo.
Yu Holea se mantuvo alerta, su cuerpo tenso, lista para cualquier movimiento repentino.
Sabía que este encuentro estaba lejos de terminar.
A medida que la risa se apagaba, la figura volvió a hablar, su voz llena de diversión. —Tienes razón, Yu Holea. Todo este reino ha sido una ilusión, una prueba diseñada para desafiar tu percepción y resistencia. Y te has probado a ti misma ser una persona excepcional.
Yu Holea estrechó los ojos, decidida a no bajar la guardia. —¿Quién eres? ¿Y por qué pasar por todo esto solo para probarme?
Por el discurso de la figura sombría, estaba claro que él no era parte de la prueba.
La figura sombría soltó una risa baja y siniestra.
—No soy más que un observador. He sido encargado de supervisar esta prueba, garantizar su integridad y evaluar el potencial de aquellos que entran a este reino...
Yu Holea hizo una pausa. Ella no sentía que él fuera un simple observador.