Min Jiao estaba llena de ira, miedo y desesperación. Al escuchar la pregunta de Yu Holea, algo se activó dentro de ella y se lanzó hacia Yu Holea,
—¡Todo fue por tu culpa! ¡Maldita sea, mira cómo voy a tratar contigo!
Yu Holea esquivó, haciendo que Min Jiao se estrellara contra una pared cercana.
Min Jiao se desplomó en el suelo, aturdida y desorientada por el impacto. Gimió, sujetándose la cabeza mientras el dolor irradiaba a través de su cráneo.
—Necesitas entender algo, Min Jiao —dijo Yu Holea, su voz calmada y medida—. Lo que has hecho no puede deshacerse. Te has entrometido con fuerzas mucho más allá de tu comprensión, y ahora debes enfrentarte a las consecuencias. Fuiste tú quien eligió esa opción, yo solo la saqué a la luz. Pero aún hay una manera de salvar lo que queda de tu vida.
Min Jiao miró fijamente a Yu Holea, sus ojos húmedos de lágrimas no derramadas.