—Tengo hambre —se dijo a sí mismo, mirando a su lado. Tigre estaba durmiendo como de costumbre, y los otros guardias también parecían un poco aburridos.
Cuidar el ático y no hacer nada más era aburrido. La única forma de saciar ese aburrimiento era comiendo para él. Pero se había quedado sin bocadillos y no podía dejar su puesto solo para comprar uno.
*BOSTEZO*
Sus cejas se alzaron cuando algunos guardaespaldas cercanos se sintieron un poco somnolientos. Incluso los guardaespaldas profesionales como ellos se aburren haciendo nada más que estar de pie. Si pudiera adivinar, probablemente querían estar estacionados en otro lugar donde hubiera acción.
—No es que me importe —Fig soltó un suspiro, fijando sus ojos en la puerta que tenía delante—. Espera un minuto. No necesito salir y comprar bocadillos.
La falta de vida en sus ojos brilló con vitalidad, aspirando fuerte. Gracias a sus pies ágiles, sus pasos no hacían ruido.