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—¡Vrum! ¡Vrum!
Varios coches aceleraron en espera, observando a Moose caminar frente a la línea de salida. Moose sostenía un micrófono mientras sonreía con encanto, animando al público que había venido a ver la carrera.
—Buenas noches, damas y caballeros... —mientras Moose animaba a la multitud, Axel apretaba el volante con fuerza. Su expresión era seria mientras que Cielo estaba bastante relajada. Ella giró la cabeza hacia él, arqueando una ceja.
—¿Nervioso? —preguntó ella, pero Axel ni siquiera la miró.
—Tengo miedo —confesó en voz baja—. No sé qué estás pensando, pero esos tipos son… lo que sea. Oso ni siquiera está con nosotros.
—Oso necesita ganar esta carrera, por eso.
—¿Eh? —se formaron líneas profundas entre sus cejas, girando la cabeza en dirección de Cielo—. ¿A qué te refieres con eso?
—Cielo soltó una risita—. Quiero decir, no quiero tirar el dinero de tu hermano. Es por eso que Oso necesita ganar ya que, obviamente, nosotros no podemos.