Elliana no se movió. Esperó a que los vampiros renegados se acercaran a ella y, en cuanto llegaron a unos centímetros de distancia.
—Puedo ver mis espadas balanceándose, hiriendo las cabezas de mis enemigos. Puedo ver mi sudor cayendo al suelo mientras ordeno a mis poderes moverse, cariño —susurró Elliana, y Misha la miró con pura sorpresa.
Era sorprendente. Aunque era la reina sirena, Elliana sabía cómo usar mejor sus poderes de sirena incorporados con sus poderes de bruja.
Misha miró al techo y, justo como Elliana cantó, de la nada, aparecieron alrededor de 30 espadas, decapitando a todos los renegados que se movían hacia Elliana, y ella retrocedió horrorizada.
¿Era realmente este el poder de la Princesa de la Bruja Oscura? Si así era ella con solo ocho sellos deshechos, ¿qué haría cuando se deshicieran los sellos finales?
Misha tragó saliva mientras miraba la expresión horrorizada de los vampiros renegados.