—Elliana, quería hablar contigo sobre algo —Marcello detuvo a Elliana antes de que pudiera salir del área y ella se volvió hacia él.
—¿De qué se trata todo esto? —preguntó, inclinando la cabeza adorablemente y Marcello suspiró.
—¿Puedo ver tu rostro? Sinceramente, siento que estoy hablando con un espía o agente cada vez que te miro —dijo Marcello suspirando.
—Ya llegaste a conocer mi nombre, escuchar mi voz real, conocer a mi equipo, esconderte con la gente que he hecho amiga por mis motivos ocultos. ¿No es eso suficiente para ti? No te vuelvas tan codicioso, Marcello. No olvidemos que eres un Duque Vampiro —dijo Elliana.
Marcello entrecerró los ojos. No le gustaba la forma en que ella se dirigía a él como si sus intenciones aún le fueran poco claras.
—Elliana, ¿qué se supone que...? —empezó a decir él, pero fue interrumpido.
—¿Crees que soy tonta, Marcello? —Elliana sonrió, su sarcasmo brillando en sus ojos.