—¿Está todo bien, señor? —preguntó Lucas cuando notó que Sebastián miraba el mar desde la ventana del balcón durante los últimos minutos.
¿Estaba todo bien? No podía dejar de pensar en Elliana, y ha sido así desde anoche. No pegó ojo solo porque no pudo estar con ella en la misma cama que ella.
Esa vampira arruinó todos sus planes.
Entonces, ¿estaba todo bien? ¡Por supuesto que no! Estaba todo menos bien.
Sebastián suspiró y se pellizcó el espacio entre sus cejas.
Más que el deseo que siente por ella, ha estado pensando constantemente en el misterio que ha empezado a surgir alrededor de Elliana, su llamada esposa humana ordinaria.
Si hubieran sido otros, quizás no hubieran podido notarlo, pero gracias a su abuela que le dio esos libros para leer en su tiempo libre, y su extensa investigación sobre las brujas y todas las otras especies del mundo, pudo ver un patrón de diferencias alrededor de Elliana en estos días.