Samantha miró hacia atrás a todas las motocicletas que venían una tras otra y no pudo evitar sonreír cuando se dio cuenta de que realmente habían ganado la carrera.
Daniel y Alcinder llegaron unos segundos después, y Samantha le dedicó una sonrisa burlona a Alcinder, quien tenía el ceño más fruncido que nunca.
—¡Esta chica! ¿Realmente no te importa tu vida en absoluto? ¿Tienes alguna idea de lo peligroso que fue ese giro? ¿Cómo pudiste poner en peligro la vida de un real como eso? —la expresión de Alcinder no se veía bien.