—¿Te avergüenzas de nosotros? —preguntó Circe cuando su humano seguía pensando en ser una bruja oscura. El beneficio de la duda apareció también en su subconsciente mientras se estaban reformando para convertirse en una personalidad diferente y no querían ser odiados por la persona que debían proteger con todo su ser.
Elliana suspiró.
—No lo llevo dentro. No puedo odiar una parte de mí misma, no lo llevo dentro. Nunca podría odiarte porque tú eres yo. De hecho, odio ser una bruja oscura por los rumores sobre la maldad y el prejuicio, pero nunca podría odiar algo que me ha protegido tantas veces. ¿Te das cuenta de que eres mi vida, verdad? —Elliana preguntó, y Circe asintió, sintiéndose aliviada.
—Tienesnos —susurró Circe.
—Te tengo —Elliana recitó las palabras, intentando reunir fuerzas desde su interior.
Elliana se limpió el agua de la cara antes de ducharse rápidamente y envolverse en una toalla.
