Cuando llegaba al minuto cuarenta, sus piernas cedieron y se desplomó. Esong tuvo que ayudarla a salir del bosque justo cuando el sol estaba saliendo.
Cuando estaban saliendo del bosque, se encontraron con su hermano Adler y el grupo de jóvenes que formaban parte de la primera militar estrella azul. Estaban a punto de comenzar su entrenamiento.
Adler se alejó de los otros y se acercó a ellos. Miró a Esong con suspicacia y a Escarlata con preocupación.
—¿Por qué salen del bosque y por qué mi hermana te sostiene así? —Intentó recuperarla de los brazos de Esong.
Esong la giró sin esfuerzo hacia su otro lado, lejos de Adler.
—¿Por qué te importa cómo mi esposa me sostiene? —preguntó Esong a Adler.
Escarlata estiró el cuello para que Adler pudiera ver su cabeza. —Salí a hacer ejercicio y él me siguió.