Los ojos de Emily se abrieron como platos ante la noticia, su corazón pesado por el giro inesperado de los acontecimientos. —¿De la familia Blackthorn? ¿Quién murió? Se había permitido creer que finalmente podría encontrar la paz y que la felicidad estaba finalmente a su alcance.
—Debe ser la vieja bruja —dijo Víctor, con una expresión indiferente, como si no tuviera ganas de verla en ese momento.
—O podría ser la hermana —adivinó Raylen, aparentando no estar preocupado por la posibilidad. Eso fue hasta que Emily se volteó para encontrarse con su mirada, y él comunicó:
— Lamento tu pérdida, Princesa. Nos aseguraremos de darle una recepción acogedora a su alma partiente y minimizar la tortura que sufra.
—¡Ray! —Emily frunció el ceño, ya que este no era el momento de bromear. Luego volvió su atención al demonio menor y preguntó urgentemente:
— ¿Quién es?
Sin saber quién era Emily ni su estatus en el reino, el demonio se volvió hacia el Diablo y respondió: