—¿Marianne? —preguntó Noor, sin importarle a quién se refería Anastasia.
—La concubina de Maxwell, la que murió la noche en que asesinaron al rey —explicó Anastasia, evidenciando su ansiedad y su corazón latiendo más despacio mientras esperaba una respuesta. Observó un cambio en la mirada de la mujer, su expresión en los ojos se tornaba en algo amenazador.
Noor, cuyos ojos permanecían fijos en Anastasia, observó a la joven antes de preguntar:
—¿Era tu amiga, verdad? Incluso me había olvidado de ella hasta que la mencionaste. Las personas insignificantes tienden a desvanecerse de la memoria, ¿no es así? Así es la vida, te convierte en algo que la gente ya no recuerda. Es desafortunado para ella que estuviera en el lugar y momento equivocado, y yo tuve que deshacerme de ella.
—Duele, ¿verdad? —le cuestionó Noor.