—Helan Yuze miró su rostro seductor y puro mientras ella dormía en sus brazos. No podía expresar cuánta felicidad sentía en este momento.
—Estaba extremadamente contento de que todos aquí fueran cultivadores, de modo que su cuerpo era más fuerte que el de los mortales y podía aceptar su amor intenso.
—Entendía que, ya fuera él o los hombres que la amaban, nadie deseaba verla sufrir. Si ella era débil y no podía aceptarlos, creía que ellos no le pedirían que durmiera con ellos.
—Como hombres normales, ¿cómo podrían resistir el deseo de acariciar a su amada mujer cuando ella estaba en sus brazos? No eran santos, pero su amor supera todo y podían suprimir su lujuria a la fuerza si era necesario —. Ella era su prioridad.
—Se inclinó cerca de ella, besando cada centímetro de la piel de su rostro. Era un beso puro para expresar su profundo amor por ella. No había lujuria en sus ojos zorrunos.
