—Los salvaste y terminaste en problemas, exponiendo tu fuerza. Pero no te preocupes, la maestra sabe cómo evitar que investiguen tu fuerza. —Xiong Zi Ying frotó sus sensuales labios ligeramente.
—Maestra, ¿cómo? —Sus ojos se iluminaron.
—Es un secreto. —Xiong Zi Ying parpadeó.
—... —Shenlian Yingyue:
—Por cierto, maestra, ¿cómo está ahora el Mundo Mítico? —Ella preguntó con expectativa.
—Hasta ahora, todavía te preocupaba. —Xiong Zi Ying sacudió la cabeza impotente.
—Xiao Yueyue, todo el Mundo Mítico se ha ido. Cada criatura dentro está muerta. —Él le contó la mala noticia.
—Shenlian Yingyue apretó los labios y asintió tristemente.
—La maestra no pudo evitar que se desmoronara. Las llaves en manos de los líderes de la secta se convirtieron en ceniza en el momento en que dejamos el Mundo Mítico. —Xiong Zi Ying la llevó a la cima de una montaña, como dijo.
—Las patas de Tuzi AoFen le palmeaban los hombros.
