—¿Entrenar con Luo? —El Anciano Maestro Nan y Nan Luo se quedaron atónitos cuando escucharon la petición de Nan Hua. Volviendo la cabeza, pudieron ver que ella los miraba ansiosamente como si no hubiera nada malo en lo que decía.
—Hua'er, Luo va a entrenar artes marciales —frunció el ceño el Anciano Maestro Nan—. ¿Quieres entrenar artes marciales?
—Sí, Abuelo. ¿Puedo? —Nan Hua inclinó un poco la cabeza.
Nan Luo no quería que su hermanita entrenara porque sería muy agotador. Además, su abuelo siempre era tan riguroso en el entrenamiento que siempre sentía ganas de vomitar cada vez que terminaba de entrenar.
Pero al ver su gesto….
—Abuelo, ¿tal vez el entrenamiento de hoy puede ser un poco más liviano para Hua'er? —Nan Luo preguntó mientras tragaba saliva, tratando de negociar con su abuelo. Sabía con certeza que su abuelo no aceptaría su petición.
—Tú entrenarás como de costumbre —El Anciano Maestro Nan miró con severidad a su nieto—. Hua'er simplemente te seguirá y yo no la reprenderé si no puede seguir tu ritmo.
Nan Luo: "…" ¿qué pasa con el favoritismo, ah?
Sin embargo, tampoco quería ver a su hermanita cansada, así que aceptó. Saltando de la silla, Nan Luo tiró de la mano de Nan Hua. —Vamos, Hua'er, vamos a cambiarnos primero.
—¿Dónde vamos a entrenar, Hermano? —preguntó Nan Hua.
—¡Aquí por supuesto! El Pabellón Ning Shu es enorme y hay un campo en la parte trasera. Ah cierto, raramente vienes aquí. ¡Te mostraré más tarde! —Replicó Nan Luo emocionado.
—En.
Los dos niños se cambiaron de ropa y luego se dirigieron hacia atrás. Tal como lo había dicho Nan Huo, realmente había un campo allí. Era amplio con muchos bambúes plantados alrededor, dándole un ambiente misterioso y al mismo tiempo, evitando que otros se colaran fácilmente.
Mirando los bambúes, Nan Hua pensaba en algunas ideas para su propio entrenamiento.
—¿Qué te hace querer entrenar de repente, Hua'er? —preguntó Nan Luo. Los dos estaban actualmente estirándose antes de comenzar a entrenar.
Nan Hua no respondió de inmediato. Solo sabía por la novela que actualmente estaba en medio de una guerra y que los reinos no estaban realmente en paz. En vez de pasar su tiempo sin hacer nada, sería mejor para ella estar preparada.
Si no estaba equivocada, la Familia Nan sería arrastrada al campo de batalla y Nan Hua no quería quedarse atrás.
—Quiero seguirte a ti y al Abuelo —Nan Luo se quedó estupefacto y casi dejó de estirarse. Miró a su hermanita antes de saltar sobre ella y abrazarla fuertemente—. ¡Hua'er es tan amable, Luo está muy feliz de tener una hermanita tan cariñosa!
—¡Chiquillo! ¡Vuelve a tus estiramientos!
—¡Ay ay ay ay!
El Anciano Maestro Nan sacudió la cabeza al ver a los dos jugueteando. Pero al escuchar la respuesta de Nan Hua, solo suspiró. Si su nuera aún estuviera aquí, habría sido muy bueno ya que Nan Hua no se sentiría sola.
Él volvería al campo de batalla y Nan Luo lo seguiría. Pero ¿y qué hay de Nan Hua? ¿Podría llevar a una niña al campo de batalla?
—¿Terminaron de estirarse? —El Maestro Viejo Luo vio que los dos habían terminado y señaló el borde—. Corre 20 vueltas, tú puedes hacer la mitad, Hua'er.
—¡Sí!
Los dos comenzaron a correr. Nan Hua sabía desde hace tiempo que su cuerpo actual era débil, así que escogió un ritmo más lento que su hermano gemelo. Necesitaba captar la fuerza de su cuerpo rápidamente o no sería capaz de utilizar su habilidad actual al máximo.
'No es tan débil como pensaba.'
Para su sorpresa, todavía logró hacer mejor que solo la mitad de lo que hizo su hermano gemelo. Parecía que la Nan Hua original a veces seguía a su hermano para practicar puesto que tenía algunas bases. Aunque, todavía era muy débil en opinión de Nan Hua.
—14 vueltas y 20 vueltas —El Anciano Maestro Nan miró a Nan Luo con severidad—. ¿Te has ralentizado a propósito?
—¡No! —Nan Luo se sintió agravado—. ¡Había hecho lo mejor que pudo, de acuerdo?! Era su hermana quien era mejor ya que normalmente solo lograba terminar la mitad de la vuelta durante el tiempo en que él terminaba la vuelta entera.
—De todos modos, empezaremos con el entrenamiento básico de movimientos de espada. Luo, haz el movimiento 1000 veces. Hua... solo haz lo que puedas.
A los dos niños les dieron espadas de madera y comenzaron a entrenar. Nan Hua seguía lo que hacía Nan Luo y continuaba moviendo su mano. Al llegar al conteo de 100, su mano comenzó a sentirse entumecida. No era de extrañar que el Anciano Maestro Nan le dijera que lo hiciera a su propio ritmo.
Al final, Nan Hua tomó algunos descansos entre medio y para cuando Nan Luo terminó, ella solo logró hacer 600 movimientos.
Su cuerpo era realmente débil…
Incluso en su vida original, nunca había estado tan débil a esta edad. Después de todo, había comenzado sus misiones cuando tenía 10 años y durante los siguientes seis a siete años, vagó por el campo de batalla para matar a todos a quienes se le encomendaba.