Mi amo estaba en su cama, la necesidad de querer saber que quería invadía mi cuerpo, el ver cómo su padre y madre siempre lo aborrecían me dolía, escucharlo llorar me dan ganas de acercarme a él y preguntarle el porqué está así.
Su llanto es silencio, pero mis orejas me dejan oírlo, cada noche lo miró intentando descifrar su dolor, intentando consolarlo con mis lamidas, limpiando sus ojos y nariz.
Queriendo sacarle una sonrisa, queriendo abrazarlo, o simplemente quedarme a su lado.
Pero solo soy una mascota que puede soñar solamente con sacarle una sonrisa cuándo él quiere que esté.
Sus sollozos solamente son escuchados por mí, sus sonrisas son mías, provocando un sentimiento de felicidad por hacerlo feliz, Sacudo mi cola feliz, sintiéndome el mejor.
Sus manos tocan mi pelaje acariciando mi lomo, causando que todo de mi dije de hacer lo que quiero solamente para poder sentir sus caricias.
(...)
Cuándo está feliz y juega conmigo, yo me pongo feliz, es como si yo solamente le importará.
A veces me tiro encima de él para que me dé más cariño, cuándo me nota vuelvo a ser feliz.
Cuándo su voz llega a mis oídos, siendo esta calmada y sin retos me acercó con felicidad, sintiéndome amado.
A pesar de todo, he logrado ser un perro feliz con mi amo, porque me ha dado todo desde que llegué a sus brazos.