"De la noche a la mañana, la forma en que todos miraban a Mónica Baldwin había cambiado. Sus miradas eran envidiosas, celosas, resentidas e involuntarias. Todos estaban murmurando sobre Mónica, sus voces bajas y secretas; sin embargo, ninguno de ellos se atrevió a provocarla.
La razón era simple: Mónica ahora estaba etiquetada como de Víctor Chadwick.
Si alguien ya no deseaba ser parte de este círculo, podría intentar desafiar la autoridad de Víctor.
Mónica frunció el ceño inconscientemente, y Robin Stewart lo notó. No pudo evitar preguntar:
—Esto es algo que tienes que aguantar. Aguanta.
—Necesito algo de tiempo para acostumbrarme —respondió Mónica—, y tengo muchas incertidumbres sobre el futuro.
—¡Cree en los dos, puedes construir un futuro juntos!
Mónica asintió, y la ceremonia de premiación estaba llegando a su fin. Elena Eillie, asustada de ser llamada a rendir cuentas por Víctor, intentó salir antes, pero fue detenida por Robin: