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Chapter 24 - Capítulo 22 – Respuesta

Desperté sofocado por Tira y Mugon abrazándome. Nunca imaginé estar en esa situación.

—Oye, oye, es demasiado pronto para mi harem —bromeé con elegancia. Tira despertó; a Mugon le costaba levantarse por las mañanas—. ¿Por qué estás aquí?

—No podemos convivir sin saber nada uno del otro, ¿no? —se excusó.

…En ningún momento tuve voto de elección…

—Ahora no sé si debería tratarte como un hombre.

¿Una persona normal cómo solucionaría este dilema? ¿Lo consideraría hombre o mujer?

—Sea mujer o no a ti te da igual, ¿cierto? Las almas no diferencian entre género y raza —aclaró con una risa presumida.

…Pero… 

—¿Pero?

—¿Por qué me lo has mostrado? Con lo tanto que me rechazabas ayer… —Me paré a pensar y continué con normalidad—: ¿Estás enamorada de Demonio?

—¡Eh! ¿¡Quién se enamoraría de ese tonto!? ¿¡Eres tonto o qué!? ¡No tiene gracia! ¿¡Qué tiene de bueno un hombre con exceso de confianza e impulsivo tan tont…!? —Me lanzó a la cara la almohada en la que estaba apoyada Mugon, cayendo al piso, y se escabulló por la sombra.

…Definitivamente no le… no la comprendo.

La recogí del suelo y lo sacudí, levanté con cuidado la cabeza de Mugon y la acomodé. Me senté a su lado y la miré un rato.

El amanecer estaba por venir y, en el silencio, escuchaba la respiración de la indefensa diosa.

Un frío recorrió la habitación, me metí en las sábanas y la abracé con precaución.

No podía ponerme excusas si lo que sentía con este poder era cierto. ¿Qué o quién me impedía que estuviera junto a ella?

Al mirarla de cerca, un nuevo sentimiento recorrió mi piel, ¿o acaso el alma?…

…¿Siempre fue así?

Estaba seguro de que no percibía el típico amor que sentiría un humano, no estaba enamorado, más bien era como si, por primera vez, la mirase a la cara: como si estuviera aceptando a alguien.

…¿Está bien que sea yo? Debe haber alguien mejor que yo… No, eso es imposible.

Mi mente vaciló, pero enseguida se disipó al recordar lo que viví.

Noté acelerar sus latidos, se esforzaba al máximo en fingir estar dormida con su cara avergonzada. Al darme cuenta, la solté y me sumergí en su juego para ver cómo reaccionaba:

—Eres demasiado hermosa, además de ser la mejor persona que he visto en mi vida… Me gustaría pasar el resto de mi vida junto a ti. Una vez que esté preparado, te lo confesaré.

Haciéndose la dormida, me dio la espalda para esconder su rostro.

—¿Qué estarás soñando como para darme la espalda? Aun así, no te dejaré escapar.

Me puse a cuatro patas sobre ella para ver su reacción, preparado para cualquier cosa.

Ella, sin saber qué hacer, cambió de posición a decúbito prono.

—¿Qué pasa? ¿Quieres un masaje? No me importa. —Masajeé su espalda—. Sé que estás despierta. Fuiste tú quien la incitó, ¿cierto? No me la imagino viniendo por voluntad propia y dando una excusa tan barata. ¿Recuerdas cuando te dije que necesitaba un tiempo para darte una respuesta?

Nerviosa afirmó con la cabeza un par de veces, me miró de reojo y continué:

—Antes, me gustaría hacerte un interrogatorio. Quiero que respondas con sinceridad. ¿Está bien?

De nuevo afirmó.

—Puedes hacerlo mientras te masajeo. Si la respuesta es un sí, dibuja un tick; si es un no, una equis; si no sabes qué responder, dibuja una línea o razona la respuesta. Que empiece el examen.

…Es hora de ponerte a prueba, veamos cuánto sabes incluso de ti misma…

Sacó su libreta y se preparó.

—¿Me escondes algo? ¿Fumas, bebes alcohol o tienes planeado hacerlo?

Era una pregunta importante antes de empezar cualquier relación.

Si lo hacía, me preocuparía por su salud: era normal para mí, que tenía este sueño, el estar informado de sus acciones.

Dibujó dos equis consecutivas.

—¿Eres virgen? ¿Cuántas parejas has tenido hasta ahora?

«V0»

…¿Ninguno? Si no miente, no pasa nada; pero me extraña después de que casi me violara…

—¿Cuántos años llevas siendo diosa? Del 0 al 10, ¿cuán de importante es para ti la familia, amigos y pareja respectivamente?

«48. 4, 7, 10»

—¿Quieres tener hijos?

«Con tenerte ya estaría feliz»

—¿Te gustan los videojuegos? En tal caso, ¿cuál es tu favorito?

«El caballero lleno: es un metroidvania divertido; si quieres podemos jugar juntos»

—Puede ser interesante, siguiente pregunta: ¿Por qué quieres pareja?

«Sé que sonará egoísta a pesar de tener buenas amigas, pero quiero un amor mutuo. Que aun en los peores momentos esté a mi lado y solucionemos hasta los problemas insignificantes. Divertirnos sin arriesgar nuestras vidas. Que me ame sin importar la distancia. Quiero una relación sincera sin silencios, mentiras o engaños. Alguien con quien compartir la vida»

Quedé impactado, no tenía pegas a sus palabras; pero tenía que seguir interrogando.

—¿Por qué tienes ropa interior erótica?

«Me la regaló Foret, la diosa de la ventura, por ayudarla en su tienda unos años atrás»

…No parece estar mintiendo…

—¿Por qué tienes tantos favoritos en tu ficha? ¿Eres famosa?

Mugon hizo una pequeña risa por lo que pregunté.

«No, es un poco vergonzoso… Escribo novelas»

—¿Qué tiene de vergonzoso?

Escribió varias líneas nerviosas y respondió:

«Las escribí pensando en nuestra relación…»

…No quiero imaginar el contenido…; me intriga. Es irrefutable que tiene fans, debe ser interesante.

—¿Por qué razones romperías con tu pareja?

«Las mismas que tú: si no me hiciera caso, si me miente con malicia o engaña con otra. Que no se enfade por trivialidades o se canse de su pareja. No soporto las relaciones abiertas, pienso que deberían aprender a llevarlas de forma más sana»

—Si encuentras un hombre mejor que tu pareja, ¿dejarías a tu pareja para estar con él?

«X, ¿y Koly?»

Por sus respuestas pensé que no era tan diferente de mí. A lo mejor usaba mis recuerdos para satisfacerme, no sabía cómo llevar las preguntas.

—No lo haría, me comprometería a no tener ojos para otra, a no ser que me engañase. —Mugon derramó lágrimas sin haber dicho nada fuera de lo normal—. ¿Te duele la espalda? ¿He usado demasiada fuerza?

Impregnó una sonrisa pura y aguantó una risa muda.

«¿Crees que tienes la suficiente fuerza para hacerme daño?»

—Eh… —Cerré los ojos e insinué—: ¿Estás provocándome como la última vez?

La página de su libreta se llenó, por lo que pasó a una nueva.

«¿Última vez?»

Me acerqué a su oreja y le susurré para que nadie nos oyera, vigilaba a los alrededores por si veía la presencia de Tira.

—Lo de la ducha…

Al recordarlo, ocultó su cara bajo la almohada.

—Entonces, ¿qué sucede?

Todavía escondida, escribió moviendo sólo la mano.

«Nunca pensé que llegaría este día, me siento muy feliz, tanto que no parece real…»

…Más irreal me parecía a mí desde un principio…

Al quedarnos en silencio, rompí el hielo:

—Mentiría si dijera que no siento lo mismo… Pero aún tengo preguntas.

Dibujó líneas confusas, al igual que alguien nervioso toquetea el bolígrafo en un examen.

—¿No sientes resentimiento por mí? ¿No me odias?

Trazó dos equis, junto a un: «¿Por qué?»

—La diosa me contó que acabaste en ese universo por mi culpa… ¿No deberías odiarme?

Se giró hacia mí, renegó con amabilidad y con su dedo escribió en mi pecho.

Trazó una y otra vez lo mismo; avergonzada, fue vacilando y ocultando su cara con la mano.

Al ver su acción, sonreí; agarré su mano que tenía delante de mí y declaré:

—No entiendo por qué me quieres tanto. Pero si de verdad puedes amarme, entonces yo también te quiero. Sé que no es el mejor lugar para declararse; pero ¿querrías ser mi pareja?