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Chapter 27 - Capítulo 27

Caí de bruces, apenas pudiendo evitar tragar algo de tierra. La experiencia de ser tragado por un vórtice era diferente a lo que había imaginado. Era algo así, como ser succionado por una fuerza invisible, mientras sentías como cualquier sentido de orientación que tenías se vá completamente al carajo. Por eso apenas pude evitar quedar peor que como lo había hecho. No sé cómo alguien podría acostumbrarse a éso.

Cuando la sensación de orientación y gravedad volvió a mí, miré a mi alrededor, intentando averiguar en dónde estaba. 

"¿Qué carajos...?". 

Y al parecer, estaba rodeado. Frente a mí, habían varias personas. Con atuendos desaliñados y sucios. Cómo si fuera ropa vieja a la qué intentaron arreglar con parches de tela. La mayoría eran hombres, pero pude distinguir algunas mujeres entre ellos. La más cercana a mí, una chica de piel bronceada y pelo castaño bastante corto. Sus ojos, azúl brillante me miraban con una mezcla de asombro y confusión. Vestía con una chaqueta sin mangas, dejando al descubierto un gran tatuaje sobre su brazo izquierdo. Unos pantalones de un marrón rojizo, además de unas botas altas que llegaban un poco más abajo de sus rodillas.

La chica, de hecho era bastante bonita. Si se bañara más seguido y usara una ropa menos estropeada, seguro que sería una belleza por cuenta propia.

Todos miraron detrás mío, por lo que asumí que la responsable de enviarme aquí finalmente había aparecido. Me levanté del suelo para encararla. Viendo como ella se quedó de pie frente a mí con una mano en las caderas y una expresión arrogante en su rostro.

"Bienvenido, mocoso. Ésta, es la tribu Branwen".

"¿Y por qué crees que me interesa conocer a un grupo de bandidos?".

"Pensé que querrías saber dónde estabas antes de que empezáramos".

"¿Empezar?. No voy a hacer nada contigo, mujer".

"¿Ho?. ¿Y por qué crees que tienes elección en ésto?". Ella agarró el pomo de su espada, con una amenaza implícita. No solo ella estaba armada, también tenía a todos sus secuaces detrás de mí. Y para complicar aún más las cosas, yo estaba desarmado.

En definitiva, estaba jodido.

Solté un suspiro derrotado. De hecho, estaba en una situación muy complicada. Puede que mi maná ya estuviera recuperado. Pero dudo que pueda enfrentarlos a todos. Incluso si tratara de escapar, Raven podría crear un portal y perseguirme con todo su ejercicio de matones. O peor aún, ir hacía la casa, con Summer, Yang y Ruby. 

"Ok...". Suspiré otra vez. "Sin embargo, tienes que pedirlo por favor".

No pude evitar que una sonrisa arrogante se formara en mis labios al ver la expresión molesta en su rostro. Definitivamente herí si orgullo y percepción de si misma con una acción tan simple.

"Parece que no entiendes tu posición, mocoso...". Su tono molesto, apenas contenido podría ser amenazante para cualquier otro, pero habiendo visto lo patética que se vió ella antes, cuando tuvo que enfrentar las consecuencias de sus errores, no podía estar menos intimidado.

"Bueno, me estás pidiendo que tenga sexo contigo, lo mínimo que espero es qué lo hagas con propiedad. Después de todo, tú eres la que está desesperada por hacerlo".

Ella permaneció en silencio por unos segundos, antes de que una fuerte risa escapara de su boca. Ella se rió a carcajadas, como si lo que dije fuera alguna clase de broma. Noté como incluso los bandidos detrás mío reían junto a Raven. Sin embargo, ésto no me desmotivó en absoluto. Lo que es más, hizo que la confianza que tenía sobre lo que estaba a punto de hacer se reforzara.

Me acerqué a Raven, la cuál ni siquiera se molestó en detenerme. Por lo que no tuve problemas para tomar su mentón con mi mano derecha, activando mi habilidad a su máxima potencia.

Las risas de Raven se detuvieron completamente. Siendo reemplazadas con quejidos que intentaban ocultar un fuerte gemido de su parte. Las risas de sus subordinados se detuvieron, mirando sorprendidos como había cambiado la situación.

Raven tomó mi mano, intentando liberarse de los efectos de mi habilidad, sin embargo, el contacto con mi piel era todo lo que se necesitaba. El efecto de mi habilidad continúo a través de sus manos, enviando oleadas de placer por todo su cuerpo, que hicieron que sus piernas temblaran mientras ella se apresuraba en soltarme.

Finalmente ella retrocedió, respirando pesadamente mientras sus ojos parecían nublados por la lujuria. Sonreí más ampliamente. Disfrutando de la sensación de victoria sobre ella. Pude ver cómo ella parecía completamente frustrada conmigo. Definitivamente quería golpearme. Pero sabía que así no conseguiría lo que quería.

"Entonces...". Empecé lentamente, con mi sonrisa intacta. "¿Cómo se dice, Raven?. Quiero escucharte pedirlo".

"B-bastardo...". Ella apenas pudo pronunciar. Su cuerpo aún temblaba ligeramente, manteniéndose de pie a duras penas. "¿Quién carajos creés que soy?".

"Una patética mujer, incapaz de enfrentar a su propia hija luego de abandonarla. Y que ahora, está desesperada por mantener una imagen frente a un grupo de perdedores que se creen fuertes por atacar inocentes".

Mis palabras no solo hirieron el orgullo de Raven, los bandidos detrás de mí parecían listos para atacar en cualquier momento. Muchos tomaron sus armas, preparándose para tomar represalias por mis palabras.

[ MODIFICACIÓN CORPORAL (Activada) -200 MANA ]

Mi brazo derecho cambió rápidamente. La musculatura aumentó, mientras la piel cambiaba, volviéndose más gruesa y áspera, hasta que placas óseas se formaron alrededor. De entre mis dedos medio y anular una enorme cuchilla salió, formada por lo que parecía hueso metalizado, tan larga como mi antebrazo. 

Ésto sorprendió a los presentes, haciendo que algunos incluso retrocedan ante la amenaza. Sin embargo, algunos aún se mantenían firmes. Parecía que la confrontación era inevitable.

"Aguarda...". Sin embargo, la voz de Raven detuvo a cualquiera que tuviera la intención de empezar el conflicto. Ella respiró profundamente, antes de que su mirada se dirigiera a mí. "Está bien. Vamos adentro... Podemos hablar sobre ésto".

Quizás podría aceptar, pero sabía que eso solo sería darle la victoria a Raven. Y no podía aceptar éso. Necesitaba que entendiera que yo no era alguien a quién ella pudiera amedrentar como a sus subordinados, o que pudiera amenazar cómo a cualquier otra persona.

"No. Quiero escucharte decirlo aquí, frente a toda esta basura".

"Tú-... ¿Qué quieres probar?".

"Quiero que entiendas, que no me importa un carajo cualquier concepción que tengas sobre ti misma. Puedo simplemente irme, hacerlo contigo no me beneficia en nada, pero tú... Bueno, quiero ver cuánto puedes soportar antes de volverte loca".

Ella apretó los dientes. Frustrada y furiosa. Impotente. Puede que lo que yo haya dicho no sea completamente cierto, pero mientras ella no tuviera forma de saberlo, yo habría ganado.

Ella suspiró derrotada. Murmurando algo entre dientes.

Solté un bufido burlón, antes de hablar. "No te escuché".

Un gruñido escapó de ella, antes de que vuelva a hablar. "P-... Por favor... Ten sexo conmigo...". La vergüenza y humillación en su rostro era algo digno de ver. Estaba completamente mortificada, quizás nunca teniendo que rebajarse a ese nivel en su vida frente a nadie.

Supongo que era suficiente. "¿Ves?. No era tan difícil. Quieres hacerlo aquí, o prefieres algo de privacidad".

Ella no respondió, caminando con fuertes pisadas a través de la multitud. Los cuales, inteligentemente se apartaron de su camino. Supongo que de aquí fue de dónde Yang sacó parte de su carácter.

Yo la seguí. Viendo cómo ninguno de los bandidos intentó detenerme. Sus expresiones estaban llenas de sorpresa y... ¿Admiración?. Que raro. Esperaría que estuvieran dispuestos a saltarme al cuello, pero parece que toda su voluntad de pelear se había esfumado. Bueno, mejor para mí.

Ahora, solo debía terminar con ésto para poder irme a casa.

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El ambiente dentro de la tribu Branwen era de completa incredulidad ante lo que acaban de presenciar. Algo que jamás hubieran creído posible, ni siquiera cuando lo acababan de ver justo en frente de ellos. Sin embargo, la realidad parecía innegable.

Un chico acaba de domar a Raven Branwen.

La imagen que la mayoría tenía sobre la líder del grupo de bandidos, era la de una mujer indomable, increíblemente fuerte y violenta, con la que no te querrías meter, a menos que quieras terminar muerto.

Incluso con el cambio más reciente que tuvo en su forma de actuar, dejando que vários de los hombres de la tribu tengan sexo con ella, eso solo reforzó la idea de que nadie podía contra ella, ni siquiera en el sexo.

Sin embargo, de la nada, ella trajo a un chico bonito, que no parecía ser la gran cosa. Solo un chico rico del que podrían aprovecharse. Sin embargo, este chico demostró tener algo que ninguno de los presentes creía posible. Poder sobre Raven.

Nadie supo que hizo exactamente, pero con un simple toque, la poderosa Raven Branwen había caído, completamente sumisa a él. Pero incluso así, ninguno pensó que Raven era más débil. Nadie se atrevería a desafiarla aún. Sin embargo, un pensamiento sí se instaló en la mente de todos.

Éste chico, era fuerte. Más fuerte que Raven Branwen.

Ese simple pensamiento fue suficiente como para que la mayoría se replantee completamente si querían antagonizar al chico.

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Raven se paró en medio de su tienda de campaña. Llena de vergüenza y rabia por la humillación que había tenido que soportar por el mocoso que estaba detrás de ella. Ella realmente quería golpearlo hasta hacerlo sangrar, pero sabía que así no podría resolver su problema con su constante sensación de excitación.

Ella se giró para enfrentarlo, sorprendiendose cuan vió que él ya estaba casi completamente desnudo. Lo único que lo cubría era su ropa interior, sin embargo, esos boxers hicieron poco para disimular el impresionante miembro que había debajo. Incluso estando flácido, era algo casi hipnótico de ver.

"¿Y bien...?". Raven salió de su estupor al escuchar la voz del chico. "¿Vas a desnudarte?. ¿O quieres hacerlo con ropa?".

En cualquier otro momento, ella se habría sorprendido por su falta de modestia. Para alguien como ella o cualquiera de sus hombres no sería algo tan raro, pero para alguien que parecía ser un civil normal, el hecho de que pudiera desnudarse tan fácilmente en un lugar como éste, era algo cómo mínimo, notable.

"Claro que no...". Raven no se amedrentaría solo por este acto de valentía. Ella aún confiaba plenamente en su belleza y encanto femenino. Incluso si valoraba la fuerza más que nada, aún se enorgullecía de ser una mujer hermosa.

Ella empezó a desajustar la parte de la faja de su vestido, dejando a un lado su arma y quitando el cinturón. Desajustó la parte superior de su vestido, dejando libre sus pechos. Y no negaría que sintió algo de satisfacción al ver cómo el chico se quedó sorprendido al verla. Ella continuó, dejando caer su vestido al suelo, ahora quedando solo con sus bragas y botas de tacón.

Por alguna razón, la mirada del chico cambió, ya no era de alguien que admiraba el cuerpo desnudo de una mujer, en cambio ella notó... ¿Lastima?. Antes de que ella pudiera preguntarse el por qué, lo entendió, sus cicatrices.

Ella era una guerrera, una muy fuerte, pero estaba lejos de ser invencible. A lo largo de su vida, ella había acumulado una gran cantidad de cicatrices de batallas. De las cuales se enorgullecía. Eran pruebas de que ella pudo sobrevivir a esas peleas. Sin embargo, ser observada por este chico, con esos ojos de lastima, la hizo sentir incómoda.

"¿Que tanto miras?".

Él no respondió de inmediato, simplemente cerró los ojos, negando con la cabeza antes de decir. "Nada... Continuemos". Él se acercó, ahora estando a pocos centímetros de ella. Una sensación de anticipación llenó el pecho de Raven. Sabía el efecto de la habilidad del chico, por lo qué, para su frustración, realmente tuvo dudas sobre como debería continuar.

El chico en cambio parecía completamente seguro de lo que haría. Él llevó su mano hasta la feminidad de Raven, acariciando sus labios inferiores con sus dedos por encima de sus bragas.

Y para molestia de Raven, ella realmente tuvo que sostenerse de él para evitar caer de rodillas cuando el puro placer invadió sus sentidos. "Ghu~... Aah-... Ahhh~...". Unos gemidos como los que no soltado en años escaparon de sus labios. Sus piernas temblaron, mientras sus fluidos íntimos empezaban a gotear de su interior.

De no ser por lo increíblemente bien que se sentía, ella habría golpeado al chico por atreverse a tratarla de esta manera. Ella sintió la otra mano del chico sostener su mentón, alzando su rostro para encontrarse con el de él.

"Sin besos-...". Se apresuró en decir. No quería involucrarse en nada sentimental con este chico, solo quería detener la insoportable sensación de estar caliente todo el tiempo.

Sin embargo, el chico la ignoró completamente, uniendo sus labios con los de ella. La sorpresa de la acción solo fué superada por la increíblemente placentera sensación que invadió todo su ser. Nunca en su vida se había sentido tan bien besando a alguien. Era irreal. Sus ya liosos pensamientos solo se volvieron más borrosos mientras los segundos pasaban.

Si visión se nubló, y la lujuria se apoderó de su mente. Apenas podía pensar. Y en lo único que podía pensar era en llevar esto más lejos.

Ella profundizó el beso, llevando su lengua contra la de él en un húmedo intercambio lleno de un deseo puramente instintivo. No era amor, estaba segura de éso, era simplemente un deseo primario por tener sexo con él.

Ella lo tomó del cuello y con toda la fuerza que pudo reunir, lo arrojó sobre la cama. Eso le dió algo de tiempo para recuperar algo de aliento y claridad mental.

Eso había sido peligroso. Éste chico era peligroso, no de la manera habitual. No era un peligro por su fuerza en sí, si no por la facilidad con la que la había sometido con sus habilidades para el sexo. Ella nunca hubiera pensado que un hombre tendría tal cualidad. Eran las mujeres las que usaban sus encantos para someter a los hombres, pero este chico tenía habilidades claramente fuera de este mundo para hacer éso mismo, con una facilidad aterradora.

Ella intentó mantenerse firme. Incluso con lo bien que se sentía el simple hecho de tocarlo, intentó mantener su mente enfocada. 'Solo es sexo...'. Pensó. 'Solo voy a hacerlo con él, nada más...'.

No sería el primer hombre con el que se acostaba y tampoco sería el último. Solo sería uno más... 

"¿Sólo te quedarás ahí?...". Ella lo escuchó hablarle. Con ése tono arrogante que había adquirido desde que llegó. Eso solo habría sido suficiente para que ella le corte la cabeza en cualquier otra situación, pero ahora mismo, no estaban en una situación cualquiera.

Raven caminó hasta la cama. Subiendo sobre el colchón para quedar a horcajadas sobre él. "No te muevas...". Le ordenó. Quería tener el control. Sabía que si lo dejaba hacer lo que él quisiera, terminaría mal para ella. 

Raven tomó la parte superior del bóxer del chico, incapaz de ignorar la forma en la que su pene apretaba contra la flexible tela. Apenas siendo capaz de contener el miembro de él. Tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para evitar morderse el labio ante la expectativa de lo que le esperaba. Tenía años que no veía uno tan grande. No solo eso, el simple roce contra la piel del chico la estaban volviendo loca, motivandola a ir más lejos.

Sin poder posponerlo mas tiempo, ella bajó la ropa interior del chico, abriendo los ojos con sorpresa al descubrir aquella polla palpitante y masiva. El olor de su virilidad inundó su nariz, mareandola con un sentimiento de lujuria y deseo. Incluso empezó a babear, limpiándose rápidamente cuando se dió cuenta. Aunque para su desgracia, él lo había notado, sonriéndole de forma arrogante.

"Solo acabemos con ésto...". Ella murmuró. No había tiempo para juegos previos. Tampoco los quería, cualquier cosa que sirva para darle oportunidad a él de tomar el control era algo que quería evitar a toda costa. Raven se posicionó encima de la polla de él, apartando sus bragas oscuras del camino. Una corriente de placer recorrió su espalda al sentir sus labios inferiores tocar la punta del pene de él. Casi haciéndola soltar un gemido.

Ella gruñó de frustración. "Al diablo con ésto...". Dijo, decidiendo terminar de una vez por todas con esta expectativa.

Sin más vacilación, ella metió todo el miembro del chico en su interior. Sin embargo, lejos de hacerlo más fácil, solo provocó que su mente quede completamente en blanco por unos instantes. 

Éxtasis. Una sensación de éxtasis sin presedentes invadió todo su ser. Sus ojos se desorbitaron, mientras todo su cuerpo tembló. Su interior apretó con fuerza la polla dentro de ella, aumentando aún más la ya de por sí placentera sensación. 

"¡¡A-Aaaaahh~!!". Ella gimió. Gimió como jamás esperó hacerlo. Un gemido que resonó por toda la tienda de campaña. Y el cuál muy seguramente escucharon todos alrededor. 

"Ho... Y pensar que podrías hacer esa clase de sonido".

"B-bastardo...". Raven apenas pudo pronunciar. Mientras sentía como todo su ser se estremecía por el placer. Ahora entendía por qué Summer seguía teniendo sexo con él. No era de extrañar, sabiendo ahora lo absolutamente placentero que era. Ella estaba cerca del orgasmo y apenas lo había metido.

"Vamos, adelante. Estoy seguro de que no quieres que tome la iniciativa. Te dejaré a tí guíar... Aunque, si tardas demasiado, simplemente haré lo que quiera".

Con esa amenaza, Raven no tuvo más opción que hacer lo que él dijo. Dudaba que su mente pudiera mantenerse intacta si él tomaba la iniciativa.

Con éso en mente, ella subió sus caderas lentamente, sintiendo un vacío en su interior que se hacía insoportable a cada instante. Volvió a bajar su pelvis, gimiendo sin control al sentir como su vagina era empujada por la longitud de el miembro caliente de él.

"Maldita sea... A-aaah~... Por qué se siente... Umm~... Tan bien...".

"Menos hablar y más mover ese trasero tuyo... Si me aburro simplemente empezaré a moverme yo".

"Maldito... Aaah~... ¿Cómo no estás ni un poco afectado por mí...?".

"Por favor. Apenas te estás moviendo. Summer es mucho mejor en esto que tú".

Eso hirió un poco su orgullo. Sabía que él solo quería provocarla, pero ser menospreciada de esa forma, mientras él se mantenía tan tranquilo en esta situación encendió una llama de rivalidad en ella.

Decidida, colocó ambas manos sobre el pecho del chico. Una sonrisa arrogante se formó en su rostro, mientras lo miraba desafiante. "¿Ah, sí?... ¿Que tal ésto, mocoso?".

Raven empezó a mover sus caderas de arriba abajo. Mordiendo sus labios para contener los gemidos que amenazaban con salir de su boca. Sin embargo, había conseguido que el chico cambiara su actitud indiferente y arrogante. Ahora parecía que en verdad estaba sintiendo algo.

Él sonrió satisfecho. "Ja, nada mal. Pero aún no estás ni cerca de hacerme terminar. Tú en cambio... Me preguntó cuánto podrás soportarlo antes de correrte".

Raven gruñó, apretando sus dientes al sentir como el pene del chico palpitaba en su interior. Tuvo que detener sus sentones por un momento, intentando recuperar algo de compostura.

"Haa~... Mierda...".

"Qué lamentable... Ya me aburrí de esto". Antes de que Raven pudiera procesar aquellas palabras, el chico la tomó, cambiando los roles. Ahora ella estaba debajo de él, con las piernas abiertas completamente, mientras él sostenía sus muslos para mantenerla en su lugar.

"E-espera...". Ella intentó suplicarle. Sin embargo, por la expresión que él tenía, sabía que de poco sirvió.

"No...". Su voz parecía más profunda que antes. Lo suficiente como para distraerla por un momento. Antes de que todos su sentidos fueran inundados con el más absoluto placer.

"¡¡Oooohh~!!". Raven sintió la primera embestida. Siendo completamente consciente de lo profundo que había llegado el pene de él en su interior. Ella sintió cómo su útero era invadido, llegando incluso a chocar contra las paredes internas de éste, revolviendo su interior completamente para dar lugar al miembro de él. "Oooooh~. Uugh~. Mierda... ¡¡Aaaah~!!. ¡Espera!... ¡Aaaaah~!".

Él no esperó. Continuando con su asalto al interior de Raven. Las paredes internas de ella se expandieron con cada embestida, protestando cuando él sacaba su pene, solo para apretar con fuerza cuando volvía a introducirlo.

La mente de Raven se quebró. Ella ya no era capaz de pensar con claridad. Estaba siendo, literalmente obliterada por el pene de éste chico. Su voz resonó por toda la tienda, mezclada con los sonidos húmedos de los cuerpos de ambos chocando entre sí.

Raven se aferró a las sábanas de su cama. Incapaz de hacer nada más que resistir. Sin embargo, incluso eso era inútil, pronto, cualquier pensamiento que ella tenía sobre intentar detenerlo fue reemplazado con el éxtasis más puro que había sentido jamás. No podía pensar. Y en éste momento, no quería pensar.

Solo quería seguir teniendo sexo con él.

"Mira esa cara. La poderosa Raven Branwen, haciendo una expresión tan lasciva. ¿Que dirían tus hombres si te ven así?". La voz de él resonó en sus oidos. Sin embargo, ella no prestó atención. En su mente solo había lugar para el placer.

"Haa~. Aah~. Nmmh~. Uuuh~. Aaaah~". Ella gimió, sin importarle quién pudiera estar escuchando. Simplemente se dejó llevar por la lujuria. Con cada embestida, sentía como todo su ser se estremecía con fuerza, llenándola de un deleite que se hacía más adictivo a cada segundo que pasaba.

Él sostuvo su cara con una de sus manos, apretando sus mejillas y haciéndola mirarlo a los ojos. "Ahora escúchame. A partir de ahora, tú me perteneces. Tu tribu también. Todo lo que tienes es mío. Porque yo soy tu dueño ahora. ¿Entiendes?".

"Khu-... No-...!". Antes de que Raven pudiera negarse, sintió cómo el pene de Gray la penetraban más profundamente, empujando sus entrañas para acomodarse completamente. Su mente quedó completamente en blanco, siendo incapaz de pensar con claridad.

"No te escuché...". Él detuvo sus embestidas. Manteniendo su pene presionando contra lo más profundo del interior de Raven. La expresión de Raven se convirtió en una mueca mortificada. El orgullo que aún le quedaba le impedía decir tal cosa, sin embargo, la sensación de placer que consumía su mente era demasiado como para negar a cualquier cosa que él le pidiera.

"Yo... Nngh~... Por favor... Termina...". El calor en su vientre amenazaba con ser demasiado para soportarlo. Estaba increíblemente cerca del orgasmo. Todo lo que quería era acabar por fin. Tanto era así, que la poca voluntad que le quedaba de estaba haciendo añicos.

"Aún no te escucho, Raven. Dilo... ¿Quién es tu dueño ahora?".

Él empezó a sacar su pene de dentro de Raven. Tan dolorosamente lento que el interior de ella protestó ante el vacío que sentía. Su inquietud creció con cada centímetro que la abandonaba. Quería que siguiera. Quería llegar al orgasmo al fin. 

"Por favor... Por favor maestro... Tú eres mi dueño... Déjame correrme".

La sonrisa en el rostro de Gray creció. "Buena chica".

"¡¡¡Hyaaaa~~!!!".

Con una última embestida, Raven sintió cómo su mente era llenada de él éxtasis más grande que pudiera sentir. Sus sentidos fueron completamente inundados, ahora siendo solo capaces de percibir placer. Por unos momentos , los cuales parecían una eternidad, ella se sintió en el cielo. No había pensamientos, ni preocupaciones innecesarias en su cabeza, solo absoluto deleite.

Y luego sintió cómo su interior era llenado con la espesa y caliente semilla de Gray. Ella jadeó con fuerza mientras su útero era llenado. Gruesos chorros de semen empaparon las paredes internas de su vagina, antes de que la cantidad absurda de semen fuera demasiado, expandiendo su estómago con cada disparo, mientras una gran cantidad salía por los pliegues entre su coño y la polla de él.

Cuando finalmente ambos terminaron de correrse, Raven jadeó con fuerza varias veces, intentando recuperar el aliento luego de aquella experiencia tan intensa. Su vista estaba nublada y su mente daba vueltas. Pero no le importó. Solo sabía que jamás en su vida se había sentido tan bien. No le importó cuales fueron las exigencias de su nuevo maestro. Siempre y cuando pudiera experimentar ésta sensación apoteósica otra vez haría cualquier cosa. 

Sabía que la vieja ella estaría completamente en contra de ese pensamiento, pero en este momento, no podría importarle menos.

Al diablo todo. Ella solo quería sentirse así de plena otra vez.

"Bueno...". Empezó él, con una sonrisa satisfecha. "Éso ya fué algo mejor, ¿Verdad?. ¿Te gustó?".

Ella asintió entre jadeos. Incapaz de negar lo evidente.

"Entonces, ¿Que tal si continuamos con la siguiente ronda?".

Los ojos de Raven se abrieron completamente al escuchar esa pregunta. Aunque más que una pregunta, era una declaración de lo que le esperaría. 

Y ella solo pudo aceptar su inevitable destino gustosamente.

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Fin—.

A veces me pregunto que piensas las pocas mujeres que leen esto cuando ven capítulos como este. Aunque bueno, si siguen aquí será por algo.

En el siguiente capítulo podría continuar con el Lemon, o podría hacerlo sobre como Yang y Summer reaccionan a ésto. Ya veré qué hago.

Pero en fin, espero les haya gustado. Hasta el siguiente, que a saber cuando saldrá.

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