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Chapter 28 - Capítulo 28

La situación dentro de la tribu Branwen era extraña, por decirlo de forma simple. Todos intentaron seguir con sus actividades regulares con normalidad, sin embargo, la realidad era que nadie podía ignorar los constantes sonidos que seguían saliendo de la tienda de campaña de la líder de la tribu.

Gritos, gemidos y gruñidos, mezclados con los constantes sonidos húmedos de dos cuerpos chocando resonaron a través de aquella tienda en medio del campamento. Lo que es más, ésto se había prolongado por alrededor de una hora y media. Tiempo en el cuál los sonidos prácticamente no se habían detenido por más de cinco minutos.

Todos ya habían perdido la cuenta de cuántos rounds habían tenido Raven y el chico que trajo. Pero considerando el tiempo que llevaban en eso, todos se hacían una idea. Ese pensamiento solo reafirmó la idea de que las personas con aura eran monstruos. Simplemente no había otra palabra para describirlos. Antes, la mayoría de los hombres ya estaban aterrados de Raven, no solo por su fuerza, si no también por su lívido. Muchos hombres podían presumir de poder aguantar mucho tiempo en el sexo, pero a la hora de la verdad, soportar varios rounds sin parar contra una persona como Raven era un desafío, ella no solo tenía un lívido enorme, si no que también tenía Aura mejorando su cuerpo.

Y si el chico podía no solo soportar estar con ella, si no también someterla completamente y hacerla gritar de esa manera, entonces él era un monstruo más grande aún.

Un extraño respeto creció entre todos los hombres que habían intentado hacer lo mismo que el chico anteriormente, cuando Raven empezó a actuar de forma extraña. Eso era lo mínimo que merecía por un logro tan grande.

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"Aaah~. Haaah~. Aaahn~. Oooh~~". Raven gimió como un animal en celo mientras yo continuaba embistiendola sin parar. No tenía idea de cuánto tiempo llevábamos en ésto, pero honestamente, no me importaba. Sabía que debería estar preocupado por el lugar en donde estaba. Después de todo, estaba rodeado completamente de bandidos que saqueaban aldeas para sobrevivir. Pero dudaba que alguno de ellos se atreviera a interrumpirnos cuando Raven seguía gritando de esta manera.

La forma en la que sus pechos seguían rebotando era hipnótica, no tenía idea de cómo, siendo más grandes que los de Summer, podían ser tan firmes y a la vez tan suaves. Mis manos se hundían casi por completo cuando los apretaba. Y disfruté mucho de apretarlos con fuerza.

A la vez que disfrutaba azotando su enorme culo. Sus glúteos estaban completamente rojos por las constantes nalgadas que le había propinado a lo largo de nuestra sesión. Sus muslos también eran algo increíble, tan gruesos que estaba seguro que ella podría partir una sandía si la apretaba con ellos.

No me contuve en absoluto con ella. Descargué toda la frustración y lujuria que tenía acumulada sin ninguna clase de piedad. A diferencia de Summer, Yang y Ruby, no amaba a esta mujer. Ella solo era una extraña para mí. Una con la cuál tenía vía libre para tratar tan rudo como quisiera. 

En cualquier momento, me habría cuestionado si lo que estaba haciendo estaba bien. Incluso si no me agradaba, o si incluso la odiaba, tratar a alguien así no debería estar bien. Pero honestamente, no estaba en condiciones de pensar racionalmente. Me había dejado llevar completamente por mi lujuria. La había usado completamente, follando su coño, su boca e incluso su culo múltiples veces. Llenando todos sus agujeros con mi semen.

Estoy seguro que la diosa aprobaría mi forma de actuar en estos momentos.

Ésto era lo que ella siempre me decía. Dejar salir todo mi deseo y lujuria sin miramientos. Y tenía que admitir, que se sentía muy bien.

"M-me corro... Me corro. ¡Maestro, me corro!. Aah~. Ha~. Aaaah~". El coño de Raven apretó con fuerza cuando ella llegó al clímax. Empapándome todavía más con sus fluidos. Sin embargo, no detuve mis embestidas. Al contrario, aumenté la velocidad, asaltando su necesitada vagina con más fuerza que antes. "Ha-... Aaaah~. Me voy a volver loca... Maestro. Aaah~. Aaaahh~. Tu pene me va a volver loca~".

Apreté los dientes con una sonrisa sórdida al escucharla hablar. Ya no quedaba nada de la arrogante mujer que me había atacado. ¿Ahora?. Bueno, creo que la forma en la que se estremecía bajo mi toque lo dejaba bastante claro.

"¡¡Aaaaaah~~...!!".

Con una última embestida, empujé mi polla hasta lo más profundo de su coño. Dejando salir toda la carga de mis bolas directamente dentro de su útero. Su vientre se hinchó más de lo que ya estaba, el semen se desbordó, ensuciando aún más las ya arruinadas sábanas debajo de nosotros. Con cada grueso chorro de mi semilla, ella jadeó con fuerza, mientras su lengua colgaba de su boca, dándole una expresión que seguramente la avergonzaría si se la mostrara. Sus ojos casi estaban en blanco cuando sus pupilas giraron hacia arriba, mientras ella desesperadamente se aferraba a las sábanas con las manos sobre su cabeza.

Cuando finalmente mis eyaculaciones terminaron, saqué mi pene lentamente de su interior. Ella se estremeció nuevamente cuando el semen que aún quedaba en su interior empezó a fluir como una fuente. Mezclándose con todos los fluidos sobre la cama.

Solté un largo suspiro de satisfacción. Podría seguir, pero Raven claramente ya no podía soportar más. Era sorprendente que haya aguantado tanto. Ni Summer, ni Yang, ni Ruby habían soportado una sesión tan larga en su primera vez conmigo. Todas ellas tuvieron que acostumbrarse a mi habilidad innata antes de poder aguantar estar tanto tiempo teniendo sexo. Era algo sorprendente que Raven pudiera, siendo que mi habilidad era más potente ahora que cuando lo hice con ellas.

Pero dejando de lado cualquier cumplido que pueda darle a esta mujer, decidí salir finalmente de la cama. Tenía hambre, y dudaba que Raven pudiera pararse en un buen rato. Por lo que mi única opción era preguntarle a los bandidos de este lugar.

Me puse mis boxers y pantalones, caminando hacía la salida de la tienda. Al salir, la visión de prácticamente todos los bandidos rodeando la tienda me recibió. Era algo esperable, considerando el desastre que había dejado en la tienda de Raven. No fuimos precisamente sutiles con lo que hicimos ahí dentro.

Caminé sin cuidado. No había nada que ocultar a esta gente. Probablemente han hecho cosas peores. Me acerqué a una de las pocas personas que parecían tener una edad similar a la mía. Una chica sentada sobre un enorme tocón. La misma chica bronceada de pelo corto frente a la que había aparecido.

"¿Cómo te llamas?". Le pregunté.

Ella sólo pareció sorprendida por unos segundos, antes de recomponerse y responder. "V-Vernal...". Parecía nerviosa, o quizás molesta. Honestamente no me importaba.

"Vernal. Lindo nombre...". Le sonreí de forma pícara. El pequeño sonrojo en sus mejillas creció ligeramente cuando mis encantos parecieron hacer efecto. "Vernal, estoy hambriento. Necesito algo de comer. ¿Crees poder conseguir algo decente?".

Ella asintió lentamente. Saliendo del lugar donde estaba sentada con una expresión mortificada, quizás odiando el hecho de parecer tan avergonzada frente a mí.

Me senté en el lugar ahora desocupado, mirando a los demás bandidos alrededor. "¿Quién tiene un mapa?".

Algunos de ellos se miraron entre sí. Hasta que al cabo de un rato, uno de ellos se acercó a mí con lo que suponía era el mapa de los alrededores.

Desenvolví la gruesa hoja, intentando descifrar sin éxito lo que estaba viendo. Era la primera vez que veía un mapa, no se porqué pensé que podía entenderlo a la primera. Uno de ellos pareció notarlo y se acercó a mí. "Estamos aquí... Señor". Parpadee confundido por su formalidad. Sin embargo, no traté de buscar una explicación.

"Entiendo, pero, ¿En qué reino estamos?". 

"...Vacuo".

Vaya. Estaba bastante lejos de casa. La habilidad de crear portales era realmente útil si podía convertir un viaje de varios días en solo dos segundos. Tendría que buscar seriamente la forma de tenerla. Ya sea yo mismo, o teniendo a Raven a mi entera disposición.

Vernal volvió con un plato de madera lleno de algo parecido a un estofado, junto con una cuchara. Ella me entregó el plato con cuidado, luciendo demasiado nerviosa por acercarse a mí. Honestamente, era un poco molesto. ¿Por qué estaba tan cautelosa conmigo?. Debía solucionar éso.

"Gracias, Vernal".

"N-no hay de qué...". 

"Por supuesto que lo hay. Has sido muy servicial conmigo...". Me levanté, acercándome a ella. "Éso merece una recompensa justa, ¿No creés?".

Ella casi parecía temblar bajo mi mirada. Apenas siendo capaz de sostener el plato correctamente. "¿Q-qué recompensa...?".

Solté una pequeña risa. Subiendo mi mano derecha hasta su mentón. Acerqué mi rostro al de ella, plantando un corto beso en sus labios. Moví mi mano libre hasta el plato en sus manos, impidiendo que ella lo dejara caer cuando la sorpresa de mis acciones fue demasiada para que pudiera soportarlo.

Usé mi habilidad innata en ella, asegurándome de mantenerla lo menos potente posible. Sin embargo, creo que aún era demasiado para alguien que nunca la había experimentado.

Vernal no reaccionó por unos momentos luego de separarnos. Quedándose completamente quieta como una estatua. Lo único que se movió en ella, fue el sonrojo en su rostro, el cuál creció hasta sus orejas, haciéndola parecer un tomate maduro.

Le dí otra pequeña sonrisa pícara antes de sentarme nuevamente. Comiendo la porción de estofado que ella me había entregado tan amablemente. Era apenas pasable, pero supongo que no podía esperar mucho de una tribu de bandidos. Aún tenía que esperar a que Raven se recuperara para que me llevara de vuelta. No sabía muy bien dónde estaba y lo que es más, estaba literalmente en otro reino en medio de un enorme bosque desconocido.

Solo espero que Yang no sea muy dura conmigo cuando se entere de lo que hice aquí.

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Cuando la suficiente consciencia volvió a ella, Raven abrió los ojos completamente. Se apresuró a sentarse en su cama, mirando frenéticamente a todos lados en busca de cualquiera que estuviera cerca de ella. Su respiración se relajó un poco al percatarse de que estaba sola. Sin embargo, aún quedaba otra cuestión.

El olor en el aire era inconfundible. No solo éso, sus sábanas estaban empapadas y viscosas. Su cuerpo también, empapado de sudor y otros líquidos no identificados. Sin embargo, para su completa extrañeza, no notó rastros de semen en ella, o en ningún otro lugar.

Ella jamás admitiría que se avergonzó mientras esa línea de pensamiento cruzaba su mente, pero estaba segura que la cantidad de semen que su maestro-... Qué él había soltado era absurda. En otro momento, se habría preguntado cómo era posible, pero conociendo el hecho de que una diosa lo había enviado a este mundo, eso fué algo menor en comparación.

Ella respiró nuevamente, calmando cualquier rastro de nerviosismo que pudiera sentir. Al parecer su maestro-.... El mocoso había salido... No pudo evitar gruñir cuando su mente seguía traicionándola al llamar de esa forma al chico.

"Sólo me deje llevar por el momento...". Se dijo a sí misma. "No hay nada más... Sólo... Fué el momento...".

Convencida de sus palabras, ella salió de la cama, caminando hasta la parte trasera de su tienda. Necesitaba al menos limpiar la suciedad de su cuerpo. No había nada tan lujoso como una ducha, solo trapos para mojar y agua. Jamás lo diría en voz alta, pero por muy acostumbrada que esté, extrañaba darse una buena ducha o sumergirse en una tina con agua tibia.

Luego de limpiar lo que pudo y vestirse nuevamente, ella decidió que era hora de enfrentar a todos afuera. Estaba segura de que... El chico había estado hablando con sus hombres. Quizás presumiendo de lo que le hizo. Y no pudo evitar que el enojo subiera por su pecho ante esa perspectiva. Era evidente que lo haría, ¿Por qué no lo haría?. Había tomado a la poderosa líder de la tribu Branwen y la había convertido en su perra.

Bueno, qué más da. Solo debía recordarle a sus hombres quién seguía mandando en la tribu.

Raven salió de la tienda, esperando lo peor. Sin embargo, cuando salió, en lugar del desorden que esperaría de los miembros de su tribu, vió como prácticamente todas la mujeres estaban alrededor de su maestro, enseñándole algo que se escapó de su interés mientras sostenían lo que suponía era un mapa.

Todas parecían completamente encantadas con él. Acercándose desvergonzadamente, mientras deliberadamente presionaban sus cuerpos contra el suyo. Incluso Vernal, la cuál parecía completamente embobada con cada gesto que él hacía. 

Los únicos que no estaban alrededor de él eran los hombres de su tribu, quienes parecían mantener una distancia respetable entre ellos y él.

Raven se aclaró la garganta, llamando la atención del grupo. Todas las mujeres quedaron paralizadas con un claro miedo en sus rostros. Bien, eso era lo mínimo que esperaba de cualquier zorra con intenciones de... '¡¿Qué importa qué intenciones tenían ellas con él?'.

"Oh, Raven. Al fin despiertas. Tu gente fué muy amable al enseñarme los alrededores".

"¿Ah sí...?". Preguntó ella con un tono sarcástico. "Qué sorpresa...".

"Ya luego hablaremos sobre los crímenes que ustedes cometen. Realmente es desagradable que mi nuevo grupo ataque aldeas aisladas para conseguir dinero. Pero por ahora, llévame de regreso, necesito hablar con Yang y Summer".

Una vena latió en su frente por la frustración que sentía al ver cómo él seguía actuando tan arrogante. "¿Tú grupo?". Preguntó ella con una clara animosidad en su tono.

"Además, consigue un Scroll, necesito mantenerme en contacto contigo para cuando necesite usar tus portales. Vernal tiene mi número de contacto, dile que te lo dé cuando tengas algo con lo que contactarme".

"Ahora, escúchame bien, mocoso. ¿Quién carajos creés que eres para hablarme así?...". Ella se acercó a él. Apretando los puños con creciente ira por cómo él seguía tratando de sacarla de sus casillas. Pero para su sorpresa, en lugar de amedrentarse, el chico simplemente levantó su mano hacia ella, sosteniéndola del rostro.

"¿Qué no había quedado claro yá?...". Él acercó su rostro al de ella. Y Raven se negó a admitir que sintió miedo por lo que haría a continuación. Ella intentó liberarse de su agarre con ambas manos, pero su fuerza resultó completamente inútil cuando los efectos de la habilidad de él empezaron a hacer efecto en ella. "Soy tu maestro...".

Las piernas de Raven temblaron cuando su excitación creció de forma desproporcionada. Su cuerpo parecía incluso más sensible que antes luego de aquella larga sesión de sexo que habían tenido. Ahora, más susceptible a los efectos de aquella habilidad. Se negó a admitir que se estaba mojando ahí abajo. Y de ser así, solo era por culpa de esa habilidad diabólica. Nada más. Sí... Solo era culpa de esa habilidad...

"Ahora dilo, Raven, ¿Quién es tu maestro?". Él soltó su rostro, solo para apretar su cuello sin asfixiarla completamente. Solo manteniendo un agarre firme alrededor de ella. "Habla, Raven. ¿Quién soy?".

"T-tú... Tú eres... Mi maestro...". Respondió ella, apenas pudiendo respirar entre cada palabra.

Él la soltó, dejando que ella pueda recuperarse sin caer al suelo. Ella respiró pesadamente, recuperando el aliento tras casi ser asfixiada. Y solo tras casi ser asfixiada. Se negaba a considerar cualquier otra posibilidad.

"Buena chica. Llévame de regreso. Espero tener noticias de tí pronto. Ya que Summer está tan decidida a perdonarte, al menos voy a entrenarte para que no seas un peligro para ellas". Él le dió la espalda. Esperando pacientemente a qué ella se recupere completamente.

Raven trató de no mirar hacía sus hombres. Sin duda luego de aquella humillación, el poco respeto que aún pudieran tenerla se había perdido. Así que decidió al menos infundir miedo, matando a cualquiera que tratara de pasarse de idiota.

Ella se acercó a él, tratando de mantener una distancia segura, cosa que él notó, soltando una pequeña risa que solo hizo crecer la frustración que ya sentía. Raven cortó el aire con su mano, creando un portal frente a ambos. Él se acercó al portal, deteniéndose justo antes de entrar.

"No sean duros con ella, muchachos. Ella hizo lo que pudo. Pero bueno, parece que soy demasiado para que cualquier mujer lo soporte". Él le dió otra sonrisa a Raven. "Contáctame pronto, Raven. Aún tenemos mucho que discutir". Y con éso dicho, él entró al portal, desapareciendo del lugar.

Sólo ahí, Raven se permitió soltar un largo suspiro. Se sentía cansada tanto física como mentalmente. Y solo podía maldecir el día en que decidió atacarlo. Pero lamentarse no resolvería sus problemas. Debía enfrentarlos de frente, como siempre lo había hecho. Así que se giró hacía sus hombres, esperando el inevitable conflicto que sabía que vendría. Sin embargo, para su confusión, sus hombres no la estaban encarando. Todos en la tribu simplemente volvieron a sus actividades normales. Ignorando todo lo que había sucedido.

Ésto la confundió enormemente. Sin embargo, si las cosas simplemente se resolverán solas, entonces lo tomaría gustosamente.

Ella caminó de regreso a su tienda. Llamando a su subordinada de más confianza. "Vernal, ven".

"S-sí...". Vernal corrió hacía ella, siguiéndola tan fielmente como antes. "¿A dónde vamos?".

"¿No lo escuchaste?...".

"Ah... Un Scroll, cierto".

Raven sintió algo de vergüenza cuando lo que estaba haciendo pasó por su mente otra vez. Pero aplastó ese sentimiento. Solo seguía órdenes de alguien más fuerte que ella. ¿No era eso lo que siempre decía?. Los fuertes dominan a los débiles. Y su maestro era más fuerte que ella...

"¡Ya deja de llamarlo así!".

Su grito sorprendió a Vernal. La cuál inteligentemente decidió ignorarlo. Solo para más vergüenza de Raven.

'¿Qué me está pasando?... ¿Acaso enloquecí finalmente?'.

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Fin—.

Capítulo corto. No pude dormir anoche y no se me ocurrió nada mejor que ponerme a escribir. Si voy a sufrir, al menos haré algo mientras tanto. 

No tengo mucho más que decir. Hasta el siguiente capítulo.

:°3

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