Heart's Weapons. La primera vez que vi un arma del corazón, quedé en shock.
Esas armas no tenían comparación alguna.
Su aspecto quimérico, casi abstracto y definido. Sus poderes divinos, tornadizos e inefables. La forma en que aparecían: siempre a tu lado, sin molestar. Esas armas superaban la comprensión humana.
Un arma del corazón, con forma de espada, era capaz de dividir un rascacielos de un tajo. Un arma del corazón, con forma escudo, era capaz de comerse los disparos de cien tanques y mil rifles.
¿No me creen?
Lo he visto. ¡Es en serio!
Pero más asombroso y más fascinante, eran las personas que "proyectaban" y "blandían" esas armas: las Escamas.
Seres humanos que abrazaban la sangre dragón.
En este mundo, en esta era, las Escamas representaban la cúspide del poder humano. La evolución en su estado más puro.
No había duda.
Las Escamas son ángeles.
Las Escamas son más que humanos.
Se les consideraba, en pocas palabras, familiares legítimos de los antiguos reyes: sus hijos.
―¡Alabados sean los Reyes!
―¡Alabados sean sus hijos! ¡Las Escamas!
Recordé esas palabras y emití un largo suspiro.
Tal vez se preguntan: "oye, ¿cómo sabes?".
La respuesta es fácil.
Me llamo Hans y soy parte de esto: un candidato a Escama.
Mirando el horizonte, atisbé la inmensa puerta que sellaba el resquicio dimensional que mantenía sellado el laberinto. El hogar de los F.D.
Erguí mi figura. Mi nombre es Hans. Soy un candidato a escama.
Un día portaré un arma del corazón.
Y cuando ese momento llegue, tendré que hacer el único trabajo que una Escama debe hacer:
Matar dragones, e impedir la segunda venida de los Falsos Dragones.