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Chapter 8 - VII Intimidad

 Jayden despertó en el colectivo, debido a la sacudida que le había pegado Connor. Llegaron al departamento de Abigail, ya que pasarían el rato ahí, debido a que era que su tía, pasaría la noche afuera a causa de un viaje de último momento. Así que sería perfecto para embriagarse y ver algunas películas. 

Ya para ese momento habían pasado tres meses de que ellos, Jayden y Abigail, habían oficializado como novios. Y uno, desde que Jane y Melisa también lo hicieran, para sorpresa de nadie. Ella estaba feliz de poder estar con él chico que amaba. Su estado de ánimo y salud habían mejorado, lo que le tenía feliz personalmente. Connor y Wyatt tenían cada día más chicos con su alta, lo que era otro logro gigantesco. Por todo esto y que las vacaciones de invierno estaban frente a ellos, se podría decir que el grupo encontraba cada día más razones para estar alegre.

 Llegaron los seis y se dispersaron por el espacio, principalmente el sillón frente a la televisión. Abigail se metió dentro de su regazo, por lo que él la envolvió con el brazo. Connor y Wyatt se sentaron al lado de ellos, mientras Melisa y Jane en el suelo, con la espalda contra el lugar donde estaban ellos sentados. Con una botella de cerveza comenzaron su dialogo habitual, mientras miraban una de esas películas malísimas que daban los sábados en la noche. Esas de monstruos animados con dos dólares. Todo iba bien, hasta que el dialogo de Connor salió a la luz: 

 

-Ay dios… ¡Qué película de mierda! -Exclamó Connor tras darle un trago a la bebida.

-Sip. Esos efectos los podría haber hecho yo en unas dos horas con el celular. -Respondió Wyatt, tras de dejar de mirar su móvil, que claramente le era más entretenido que ver esa "Pieza cinematográfica".

-¿Ustedes le están prestando atención a la película? -Preguntó Melisa volteando a los chicos.

-¡Si, por algo la pusimos!

-Perdón por invertir mi tiempo en algo más interesante. -Se burló la chica.

-Sí, pero… -Sonrió pícaramente- Que linda la rubia.

-¡Connor! -Gritaron los cuatro.

-¡Ey! Saben que es una verdad. -Señaló a las chicas- Vamos Jane, dame la razón.

Melisa miró a su novia con una mirada que era, francamente aterradora.

-Me niego a decir nada sin mi abogado presente. -Dijo tomando un trago de cerveza, mientras levantaba un pulgar disimuladamente, provocando que Melisa le diera un zape en la cabeza.

-Abogado, el que tengo acá colgado. -Exclamó mientras lo hacía- Connor, ¿Hace cuánto estás soltero? -Preguntó.

-Demasiado. Necesito afecto femenino. -Dijo frustrado- Y no, los golpes de Abigail no cuentan.

-¡Apa! ¿Te gusta que te peguen Connor? -Preguntó picara Melisa.

-Define "Que te peguen" porque si no cada vez que me golpea la petisa…

-Si terminas esa oración vas a tener un orgasmo… -Amenazó la chica detrás suyo.

Todos rieron.

-Nop. No me gusta. -Negó- Aunque, todos sabemos que un poco de rudeza durante el sexo, es aceptable, y hasta linda.

-Seh. -Aceptó la más joven.

-¡Mel! -Dijo sonrojada Jane.

-¿Es verdad lo que dicen de las tímidas Jane? -Preguntó.

-Claramente sí.

Melisa le dio un zape en la cabeza a Jane. Todos rieron.

-A ver, definan rudeza. Saben que yo no entiendo de estas cosas. -Preguntó Wyatt.

-Cosas como empujones, mordidas, agarres en el cuello o tironeo de ropa…

 

Mientras Connor seguía mencionando las practicas, Jayden, quien no había dicho una sola palabra, porque reconocía que no tenía ni idea de estos temas, no pudo evitar recordar su "primera vez". Aquella tan horrible:

 

"Empujones" Como ella lo derribó al suelo. "Mordidas" recordó el dolor de su cuello y la sangre que recorrían el mismo tras que esta clavase sus dientes. "Agarres en el cuello" casi lo asfixió mientras le estaba encima. "Tironeo de ropa" «Mi camisa favorita la hizo añicos».

Abigail, estaba igual: "Agarres" recordó cómo sus compañeros la tiraban al suelo para golpearla. "Agarres del cuello" como la ahorcaban para quitarle todo lo que su tía le había dado para vivir ese día. "Razguñones" «Las chicas son crueles a la hora de pelear… Y muy sucias»

 

Abigail no se sentía cómoda escuchando las cosas. Pero sabía que había personas que se sentían atraídas a esas prácticas, y no era quien para criticarlas. «Cada perro con su hueso… Aunque no lo entienda» Pero no tardó en darse cuenta de que Jayden no lo tenía de la misma manera. El pequeño temblor de sus manos, sumados a su mirada que no se quedaba quieta, le dieron a entender eso. Buscando calmarle, le pasó la mano por la pierna en forma de caricia. Él, lejos de tomar la caricia de forma dulce, se la quitó de encima por instinto. Luego le miró a los ojos, y le dijo con sinceridad.

 

-Lo siento… Es instinto, amor.

-No te preocupes. -Tomó su mano- Lo entiendo. ¿Sí?

-Lo siento.

-Está bien, amor.

Ella se recostó en su regazo, mientras miraban a Connor hablar.

-… Eso sí es lindo. -Concluyó Connor.

-Si la otra persona te gusta, obvio. -Respondió apresurada Abigail.

-Obvio, todo con consentimiento… -Aceptó Wyatt.

Entonces, todas las miradas se fueron a ellos

-Oigan…

-¿S-si…?

-¿Ustedes ya…?

Hubo un silencio incomodo entre todos.

-En realidad, no. -Respondió Jayden con algo de firmeza.

-Está bien. No te sientas presionado Jayd. -Dijo Connor, golpeando en el hombro al chico- Enserio.

-Gracias…

 

Actualmente

 

La comisaría. La sala de interrogatorios. La sala predilecta de la pelirroja, quien era experta en sacarle confesiones a los acusados. Mirando al vidrio de una cara, pensaba en cómo proceder ahora que había hecho su magia contra el matón que había tacado al miope. Ya tenía algunos datos, pero necesitaba más. Más para poder tener toda la información correcta para acabar con Dake. Nunca sería suficiente contra ese idiota. Mientras ella pensaba, Jayden llegó. Aún tambaleante, con vendas tanto en la cara como en las manos, se acercó a ella.

 

-Buen día Miller… -Saludó. Luego lo miró de reojo¾ Te ves terrible.

-Gracias por el dato. -Se quejó mientras se sostenía contra la pared. Luego se recompuso, y se acercó al vidrio- ¿Habló? -Preguntó apoyando la mano contra este.

-Dijo algunas cosas, si. Pero no lo suficiente para aprender a Dake. -Resumió, volteando y apoyando la espalda.

-Me lo esperaba. Pero algo es algo. -Festejó Jayden- ¿Qué dijo exactamente?

-Erina Silverstone. ¿La ubicas? -Mencionó leyendo el archivo.

-Para nada. ¿Por?

-Secretaria de Dake… Contratada hace poco. 

-Okey…

-Dice que lo contrató para matarte y hacerlo parecer un asalto… pero se le fue de las manos.

-Tiene sentido. Me pareció que bastante novato su forma de actuar. Además, Dake tendría mejores contactos. La mejor explicación, era esa: Me delegó a su secretaria.

-Te tiene como algo bajo ¿Eh?

-Mejor. No ser su prioridad es una ventaja. Como ya se demostró.

-Debatible… -Susurró. Luego se acercó a él- Pero escucha: Esto realmente, no es casi nada. -Explicó la pelirroja- Podría decir que actuó en mala voluntad a causa de una mala directriz.

-¿Incluso con la grabación de su voz?

-No te sorprenda que ni tomen esa prueba en la corte. Ya sabes, por la ley de que, si el usuario no sabe que está siendo grabado, sus palabras no son suficientes.

-Mierda.

-Si la capturamos y lográramos que ella nos cuente algo, podríamos usarla de testigo en su contra.

-Tendría que ser algo muy fuerte para que nos tenga más miedo que a Dake…

-Quizá ¿Drogas?

Jayden miró sorprendido a Blair quien le sonrió con crueldad.

-¿A qué te refieres?

-Verás. Un testigo le acusó hace algunos años de darle drogas, pero nadie la tomó en cuenta.

-¿Por qué?

-Retiraron la denuncia. Y según el tipejo este, no es raro que le consiga drogas de vez en cuando… Y de esas fuertes, que te pueden meter un rato tras las rejas si las posees…

-Perfecto…

Jayden bajó la mirada. Pensó unos segundos.

-Oye…Tengo un plan… Uno bueno… Quiero creer… Pero… primero debes confirmarme algo. -Se acercó y le susurró- ¿Alguien más sabe de todo lo de Dake?

Blair miró a los costados, luego respondió.

-Es una línea de investigación independiente. Creen que estoy tras tu caso, no tras él.

-Bien…

-Cuando llegue el día, me aseguraré de que solo policías de confianza hagan el arresto.

-Perfecto… -Suspiró- Bien, lo que debes hacer, es sacarle la información a donde sale normalmente a, digámosle, "Festejar"

-Okey… ¿Y? 

-Y luego liberarlo…

-¡¿Qué?! -Gritó Blair.

-Debes hacerlo, para que le diga que estoy muerto, y así, la tendremos con las manos en la masa.

 Pasado un rato, mientras más y más películas pasaban, se notó que Jane y Melisa se aburrieron, por lo que salieron a fumar afuera. Abigail, quien se sentía de forma similar, «Esto debería ser serie Z por lo pésima que es» sumado a que necesitaba hablar con ella, decidió levantarse para seguirlas. «Espera… Seré mal tercio» Se dijo tras pasar la puerta. Se dio la vuelta, pero Melisa notó que estaba yendo, y le hizo un gesto para que les acompañase. 

 

-Lo siento chicas… Seré una molestia, y no quiero ser eso…

-No digas eso Abi. -Dijo Melisa.

-Al contrario, queremos hablar contigo… -Continuó Jane.

Pensó un poco, y luego suspiró.

-¿Tiene que ver con lo de recién?

-Obvio.

-Mierda…

Suspiró Abigail, mientras las otras dos reían.

-Enserio… ¿Aún nada? -Preguntó Melisa.

-No, no lo hicimos…

-Disculpa. Como dijo Connor. No te sientas presionada. Solo que nos sorprende, por todo el tiempo que pasan solos.

-Si se entiende. Pero queremos sentirnos cómodos. Y la verdad…

-Ya tienes ganas ¿Verdad? -Interrumpió Jane.

Abigail se quedó callada unos segundos. Se puso roja. Trató de mentir, pero le fue imposible, ya que el sentimiento le carcomía el corazón.

-Si…

Abigail y Melisa rieron efusivamente.

-No le digan a Jayden… o las mato.

-¿Es por él entonces?

-Si...

-Se notaba. Tus ojitos llenos de deseo lo dicen todo. -Continuó la pelivioleta- El tema… ¿Lo hablaron o algo? 

-Eh… No exactamente. Lo que pasa es que… -«Miente ¡Miente!»- Con todo lo de… ya saben, los tratos con mis ex compañeros, le dije que no me siento muy cómoda con que me toquen mucho. Ahora no sé cómo decirle que me siento lista sin asústalo, o hacer la situación incómoda.

Las dos volvieron a reír.

-Basta chicas… -Dijo avergonzada.

-Abi, debes hablar con él. Si ya te sientes lista, debe saberlo. Además, conozco a Jayden. Se que él se lo tomará bien.

«Es más complicado que eso»

-Si, debería… Es lo correcto ¿No?

-Solo dile. Pero más importante, es que tú no te sientas cómoda. Si te sientes así, dile y sabrá cuando actuar.

-Si… -«Ojalá fuera tan fácil».

Jane miró a Melisa

-Voy al baño.

-Te espero…

Jane salió del balcón. Melisa miró a Abigail.

-Abi… ¿Qué ocurre?

-Eres perceptiva eh…

-Nadie es tan tímido… -Se acercó a la joven y puso su mano en su hombro- Cuéntame.

- Si es cierto que Jayden es que me preocupa.

-¿Por qué?

Abigail miró el paisaje. Miró a la otra chica. Sacudió la cabeza.

-Nada. Solo inseguridades mías.

-Abi, estas cosas no suelen hablarse realmente, solo ocurren, y ya. Al menos que algo más pase…

-No. No… Es que…

Melisa le miraba confundida, a la par que preocupada por su amiga.

-Eh… Disculpa la pregunta, pero ¿Cómo fue su…?

-¡O por Dios Abi! No creo que pueda aconsejarte debidamente. Ya sabes por razones… ¿Biológicas?

-Mel, esto es enserio. -Dijo tratando de matar esa incomodidad, porque ella genuinamente necesitaba consejo- Jayden pasó por algo cuando era joven. Algo que hace físicamente, no le guste cierto contacto físico… No quiero entrar más en detalles. 

-Aja… Creo que voy entendiendo…

-Esa "Situación" digamos que es similar a la de Jane…

-Oh… Mierda…

-Es discreto al respecto, así que no daré más detalles, y menos quiero que lo menciones a nadie, pero… -Tragó saliva- ¿Cómo sabré que está listo? ¿Y como hago para no presionarlo, indirectamente?

Melisa se volvió a apoyar contra la barandilla del balcón.

-¿Él te dijo algo al respecto? Con lo del contacto y eso.

-Siendo sincera, lo estoy asumiendo en base… pistas que fue dejando.

-Claro…

Abi enterró su cara en sus manos.

-Lo siento Mel, sé que es incómodo. No tenía a quien recurrir. -Puso su mano en su hombro- Olvídalo ¿Si?

-Abi, calma… -Se tomó un segundo. Miró hacía adentro, asegurándose de que nadie estaba ojeando. Los chicos seguían mirando esa película de mierda- Jane no tuvo que decirme nada, solo me lo demostró. -Explicó- Simplemente, cuando me dijo la situación, lo acepté y le dije, que, en esos ámbitos, que se sienta lista para dar el primer paso cuando ella se sienta cómoda. Y cuando lo hizo, fue una noche especial. Porque lo lindo es eso. La confianza, la paz, y el amor. ¿No?

-Claro.

-Abi… ¿Qué le pasó?

-No voy a decírtelo. -Negó con la cabeza- No es por mí, es por Jayden. Espero lo entiendas.

-Claro. Lo entiendo. -Aceptó- Y admiro tu lealtad… Pero, también entiendo la presión…

-No es presión. -Interrumpió- Yo lo amo. Y entiendo que salir con él, requiere cosas que encarar de otra manera ciertas cosas. Y me siento capaz de aguantarlo.

Melisa sonrió.

-Eres tierna.

-Púdrete.

Las dos rieron. 

-No te presiones ¿Okey? Ya se dará.

-Gracias Mel… ¡Esto queda entre…!

-Tranquila tranquila.

 

Actualidad

Jayden estaba en el baño de la discoteca. Se había peinado. Utilizaba lentes de contacto con aumento para no tener que usar los lentes. Vestía discreto para esos lugares que tanto detestaba. Se miró la muñeca. Tenía su reloj. Según el informe, su secretaria, una mujer llamada Erina, estaría cerca de llegar. Una mujer, que como se la habían planteado, era una Dake Jr. Sin embargo, con una imagen y reputación impecables. Pero que serían el mayor punto débil al cual atacar, o para tener de rehén. «Debemos agarrarla con las manos en la maza. Así podremos… Podré deshacerme de Dake con lo más firme del mundo: Una testigo clave» se decía mientras bebía agua tratando de calmar sus nervios. Luego miró su mano. Más específicamente su dedo angular. Sabía que debía hacerlo. Se quitó el anillo, para guardárselo en el bolsillo. Volteó para salir a la barra del bar.

 Se sentó. Pidió un trago de wiski «Si estoy sobrio, no podré hacer esto» se decía tomando de un sorbo la bebida acida. Luego apoyó los brazos en la madera. Miraba detrás suyo de vez en cuando. Aunque ya había divisado a la mujer. Una pelinegra teñida que se había teñido de blanco con puntas azules, bien maquillada, vestida de fiesta. Trataba de que sus miradas no se cruzasen. Pasaba el rato y no se acercaba. Nomás bailaba en la pista. Comenzaba a desesperarse. «Calma Jayden. No lo arruines» pensaba. Debía ser cuestión de tiempo. Pero era estresante. 

 Gracias a Dios, pasado el rato, ella se acercó a la barra, para pedir un trago de esos raros y caros. Se le veía sonreír, mientras recitaba la receta de esas cosas, y se abanicaba con la mano derecha debido al calor. «Me alegra ser más sencillo» se dijo tras tomar de un sorbo lo que le quedaba. Jayden levantó la mano. 

 

-Yo la invito… -Exclamó con seguridad al bar tender.

Erina le miró. Le analizó de pies a cabeza. Soltó una carcajada.

-Que amable, pero me puedo pagar la bebida sola…

-Disculpa. Pasa que vi tan alegre, que coincidiré que podría hacerte sonreír más si te invitaba.

-Consideraste mal. Justamente, hoy festejo un ascenso con aumento… -Le explicó.

-Entonces invítame un trago tú, señorita. -Recriminó.

-¿Por qué haría eso?

-Espero que por la misma razón por la que yo te iba a invitar.

-¿Qué razón?

-Porque creo que eres realmente atractiva.

Erina analizó al chico. Luego rio.

-Está bien, aceptaré tu invitación…

 El bar tender dejó el trago tan dichoso. Ella lo tomó. Sorbió del vaso mientras se acercaba al chico, quien hacía un esfuerzo para no mirarla. «Le gusta jugar al desinterés. Debo usarlo a mi favor» pensó mientras bebía su propio trago de wiski. 

 

-Así que… hombre misterioso de barra cliché… ¿Cómo te llamas? -Preguntó, con la espalda apoyada contra la madera.

-Lucas… -Respondió.

-¿Apellido?

-Imagínate el que tú quieras… No es relevante, no soy el mismo aquí que allá afuera.

-Oh… interesante…

-¿El tuyo?

-¿Por qué debería decírtelo?

-Porque te mueres de ganas por decírmelo.

-Soy Erina. Mi apellido… Bueno, supongo que no es de tu interés…

-No me interesa tu apellido, pero… -Se acercó a ella. Se puso frente a su rostro- Tu eres otra historia… -Se tomó otro trago más y dejó el vaso detrás suyo.

-Vaya… -Erina le pasó la mano por el pecho- Eres un sujeto muy curioso…

-¿Para bien o para mal?

-¿Quieres averiguarlo?

Jayden tragó saliva.

-Supongo…

 El rostro de Erina se iluminaba con cierto placer. «Dios, me estoy dando asco» Pensaba a la par que con una mano rodaba la cintura de la mujer, acercándola a él. «Aguanta Jayd, ella no más que una prueba. Una fácil de sobre llevar. Solo… síguele la corriente, hasta que tengas algo para acusarla» continuaba mientras ella rodaba con sus propios brazos el cuello del miope, quien trataba de no quitársela de encima con brusquedad. 

 

-¿Nos largamos de aquí? -Propuso ella, para luego morderse el labio,

-Por su puesto… No te veo bien en la oscuridad, quizá seas fea y no me doy cuenta.

-Tranquilo. Se que no lo soy… Y pronto, tendrás tiempo para analizarme milímetro a milímetro.

 

Erina tomó de la mano a Jayden y le guio hasta las afueras del bar, pero apenas tocaron la nieve de la acera, ella se le abalanzó encima. Tomándole del pelo, ella le besó violentamente. Tuvo que cerrar la mano con fuerza para que no la golpease, porque ese acto le había causado un tic que tenía desde aquel día, que se activó con el susto. Le arrastró hasta la pared, donde siguió introduciendo su lenga en su boca, llenándola del sabor amargo de lo que sea que hubiese consumido. Posiblemente alguna de esas drogas de mierda. Tener que fingir que le gustaba fue el verdadero sufrimiento para el miope, que tenía que suavizar sus manos y acariciarla. El simple acto de pasar su mano de su cadera a su muslo le dieron ganas de vomitar. Pero no importaba. «No pienses, hazlo. Deja de pensar en ella» se alentaba, mientras ella intentaba introducir su mano en su pantalón. «No… No le estás siendo infiel Jayden».

 Ella se soltó al notar que Jayden no dejaba que le desbrochase el cinturón. Lo que la frustraba. 

 

-Vamos… Déjate… -Suplicó aumentando la fuerza del forcejeo.

-No… Aquí no. Tengo una linda habitación de hotel cerca de aquí. Ahí, haremos lo que quieras…

Erina gruñó, tomó del chico de la camisa.

-Escúchame… Yo hago lo que quiero, ¿Te crees muy dominante para darme ordenes?

«Mierda» pensó. «Eso le molestó»

-Déjame. Me largo de aquí…

Ella intentó empujarlo, para irse. Jayden no podía permitirlo. Ella era la base de todo su plan. Quizá fue por eso, que, en vez de dejarla irse, él le tomó del cuello y la puso contra la pared. No iba herirla, todo lo contrario, sabía que ella disfrutaría ese gesto. Lo detestaba, pero debía tenerla con él cueste.

-Quieres jugar ¿Eh? -Le preguntó agravando la voz- Bien, si quieres jugar, jugarás con mis reglas ¿Está claro?

Erina pareció asustarse en un inicio. Pero luego sonrió. Le estaba gustando.

-Y si no lo hago ¿Qué? -Cuestionó con picardía.

-Si no, te castigaré… -Dijo acercando su boca a su oído, hablando con la voz más grave que tenía- ¿Está claro?

Ella rio.

-Está bien, 

-"Está bien" ¿Qué?

-Está bien, señor…

-Así me gusta… nos vamos al hotel.

-Si… Vamos…

 

Hace seis meses.

 

Abigail llegó cansada a casa. Lagrimas aún en sus ojos. «Connor murió» se decía mientras caminaba al comedor, deseando comer sola. Normalmente cuando llegaba a esa hora era el caso, pero esta vez estaba él, quien estaba recostado sobre sus brazos. Tiernamente le despertó. Velozmente le abrazó con fuerza.

 

-Jayd… Creí que estarías en el cuarto… -Le dijo mientras se pasaba la mano por los ojos.

-Después de enterarme lo de Connor, quería estar contigo…

Abigail comenzó a llorar. Abrazó a Jayden.

-Gracias…

-Está bien amor.

-No pude protegerlo. -Se lamentó- Él…

-No había nada que pudieras hacer amor… Ellos son demasiado peligrosos.

-Debí hacer más… Podría haber hecho más. -Continuó.

-No pienses en eso ahora… -Susurró mientras trataba de calmarla.

Abigail gruñó y se agitó con fuerza a causa de una ira que comenzó a sentir.

-Debí hacer más. Podría haberlo salvado de no ser que soy una inútil. Soy una policía y una amiga de mier…

-Terminas esa frase y te golpearé tan duro que me dejarás… ¾Interrumpió.

-Jayd… -Exclamó al ver sus mangas.

-Eres la única buena policía que conozco, y…

-Jayd…

-No me interrumpas…

-Tus muñecas… -Señaló- ¿Volviste a…?

Jayden bajó la mirada.

-Jayd…

-Eran nuestros amigos Abi. Entiendo tu frustración. Yo no puedo creer lo que está ocurriendo tampoco… -«Esto es mi culpa»- Pero lo vas a resolver ¿Oíste? Eres una buena policía y una mejor amiga. ¿Está bien?

Abigail no pudo contenerlo más. Comenzó a llorar, así que Jayden hizo lo único que sabía que la tranquilizaría.

 

La tomó de la mano. Caminaron juntos hasta el cuarto. Cerró la puerta. Prendió una pequeña lampara color anaranjado. Ella se quitó el abrigo. Él besó el cuello de su pareja, hasta que paró de lagrimear. Luego, juntos se acostaron en el colchón. Jayden comenzó a darle caricias en el rostro y cuello. Mientras seguía susurrando cosas inentendibles. Besó su frente, luego tomó su mano, sin dejar de darle mimos. Ambos suspiraron. Las caricias no iban a cesar hasta que ella se durmiese. Lo que, si bien sería difícil, sabía que era la única cura a ese horrible mal estar. Jayden estaba destruido, pero verla así le era peor. Ella necesitaba ser vulnerable en esos momentos. Dejarse querer como si fuese una niña. No tardó en abrazarlo con fuerza para seguir con su llanto. Él, quien hizo su mayor esfuerzo para no sucumbir a sus propias ganas de llorar por todo lo que estaba pasando, le devolvió el cariño, mientras continuaba con sus caricias. Sabiendo que todo pasaría. Abigail, por un momento, tomó la mano de su marido, se descubrió el estómago, y puso su mano en ella.

 

-¿Qué ocurre amor? -Preguntó.

-El bebé… Jamás los conocerá. -Se lamentó entre sollozos.

-Si los conocerá amor. Le contaremos quienes eran. ¾Respondió.

-No es lo mismo -Negó- Quería que fuera sus tíos…

-Yo también… Connor llevándolo a ver los juegos ¿No? O enseñándole a patear o batear ¿No?

Ella rio.

-¿No lo harías tu a eso?

-Si le enseño yo, quizá odie el deporte.

-Cierto -Concluyó con otra risa.

-Y Wyatt llegaría a enseñarle de dibujos u otras cosas. Quizá le enseñe a jugar videojuegos…

-Jayd… No sé si ayudas…

-Perdón…

-No importa… Solo que… -Se secó las lágrimas- No me imaginé una familia sin ellos…

-Ni yo amor… Pero siempre van a estar, aunque no los veamos. Tú lo sabes…

-Los extraño.

-Yo también Abi.

-Los voy a encontrar. Juro por nuestro hijo que los voy a encontrar,

-Esa es mi chica.

Actualmente

 

Ella no se quedaba quieta. El sonido de sus gemidos era horrible. La traspiración le caía encima. Si, le pasaba con Abigail, pero esto era desagradable. Le insultaba, le hacía doler. Le mordía. Le ahorcaba de vez en cuando o le rasguñaba la espalda, mientras cuando le obligaba a estar arriba. La cama del hotel rechinaba mucho. Hasta tenía mal aliento. Todo le era incomodo. Le costaba horrores fingir que esto era de su agrado de alguna forma. Era horrible. Era asqueroso. Quería acabar, pero sabía que, si él llegaba a hacerlo primero, ella se decepcionaría. Debía llegar a su confianza, así poder sacarle algo. «¿Vale la pena?» se preguntaba. «Lo siento Abi» se decía mientras Erina subía y bajaba. Finalmente, con un grito, se bajó y quedó al lado suyo.

 

-Dios. ¡Eso fue intenso! -Se dijo mientras se tapaba con las sábanas- La verdad… estaría para un segundo round ¿No crees? -Propuso.

«La puta madre» Jayden sentía que su corazón iba a mil por hora. Le costaba respirar, y ver correctamente. No sabía si era agitación o un ataque de pánico. Pero, mientras trataba de mantener el temblor de sus manos a raya, miró a la mujer y dijo.

-Yo podría su tuviera algo… de energía extra ¿Sabes?

Erina miró al chico. Pensó unos segundos.

-Oh… Ya entendí… Si querías podrías habérmelo dicho…

 

Se levantó y se acercó su bolso. De este, sacó una bolsa de polvo blanco «Bingo». Rápida y disimuladamente, tomó su teléfono para mandarle el mensaje a Blair. Erina sacó un poco, lo volcó en la almohada, con su tarjeta de crédito la hizo polvo e intentó aspirarla, pero antes de logarlo, Jayden sopló el contenido de la misma. Ella se levantó furiosa. Comenzó a gritar. Blair logró entrar velozmente para acto seguido, reducir a la loca. Esposándola, para luego dejar que su compañero se la llevase.

 

Jayden aprovechó para vestirse velozmente. Aunque solo logró ponerse los pantalones. Blair le miró una vez se cercioró sobre ese detalle, le dirigió la palabra.

 

-Ey… Buen trabajo. -Le felicitó.

Jayden seguía en shock.

-Veo que necesitas un momento a solas… -Dijo notando que sus manos temblaban- Escucha, ven a la comisaría luego. ¿Está bien? Ahí te diré todo…

Jayden seguía sin responder.

-Oye… Se que esto fue duro para ti, pero…

-Déjame solo Blair… Ya iré a la comisaría…

-Está bien. Tomate tu tiempo…

Hace 9 años

Ya era bastante tarde. Todos estaban saliendo del departamento. Lo que no tendría nada de malo, de no ser que notó que las razones que habían dado los chicos para retirarse, más parecían excusas tomadas de los pelos para poder tomar todos juntos un taxi, que razones válidas. De todos modos, ya para eso de las dos de la mañana, se habían ido todos, dejando el departamento de la joven, totalmente vacío.

 

Él salió del baño y noto el factor de que nadie estaba salvo por ella, que estaba sentada en el sillón. Tragó saliva. Jayden y Abigail se miraron fijamente. Ella se frotó las manos. Él le miró a los ojos que parecían tímidos. Lo que le confundió un poco.

 

-Bueno, se fueron todos ya… -Comentó mientras se acercaba un poco¾ Es tarde, ¿Podría…?

-Si, quédate a dormir, Jayd. -Dijo ella con la voz temblorosa.

-Gracias Abi. -Agradeció- Oh, espera ¿A tu tía no le molestará?

-Para nada. Se que le caíste bien cuando la conociste, así que no creo que se haga drama si te ve mañana cuando llegue… Aunque será en la tarde, claro.

-Excelente entonces… -Exclamó- ¿Y me quedo en el sillón o…

-Jayden… -Interrumpió ella, levantándose del sillón.

-¿Qué ocurre Abi?

-Se que… Escucha, yo… -Trataba de hablar, pero se pisaba a ella misma con las palabras.

-Respira antes de hablar, no te entiendo.

-Entiendo que no te sientas listo.

Ambos se quedaron callados.

-¿Eh? -Exclamó confundido.

-Se por lo que pasaste, y sé que… -Hizo una pausa. Tomó aire y continuó- Quizá te moleste cierto contacto, y aún no quieras tener… -Hizo una pausa- relaciones conmigo.

-… Wow. -Exclamó sorprendido, mientras se sonrojaba un poco.

-Escucha. Yo creí que jamás me sentiría lista tampoco. Con todo lo que viví antes también… Pero, eso cambió. Pero sé que lo tuyo fue peor y…

-Lo mío no fue peor… Los dos pasamos cosas y…

-¡No te hagas menos! -Le regañó- Lo siento… Pero quiero que sepas, que no importa que pase, siempre voy a estar. Y que… Eso, pase cuando tú te sientas listo ¿Está bien? -Concluyó- Porque quiero que estés cómodo, y…

-Abi… -Le interrumpió. Miró adelante- ¿Tu ya te sientes lista?

Abigail pensó unos segundos. Luego bajó la mirada avergonzada.

-Si. Si por mi fuera, obvio que me gustaría hacerlo… ¡Pero yo no te voy…!

-Listo, solo eso necesitaba escuchar…

 

Antes que pudiera darse cuenta lo que pasaba, los cálidos labios de Jayden le lo que estaba diciendo. No supo en qué momento se había acercado tanto, ni cuando se había quitado los lentes. Solo sabía que lo tenía a menos de un píe de distancia. Ese beso terminó rápido, dándole tiempo a terminar caer en cuenta. Para eso, solo necesitó ver que le miraba con sus dulces ojos, pero con una dosis de deseo cálido, que jamás había experimentado. En un parpadeo, nuevamente le besó apasionadamente, mientras le abrazaba la cintura, a la par que ella recorría sus hombros con sus manos, buscando donde agarrarse, pero él era más rápido y fuerte. Estaba haciendo de ella lo que quería. 

 

Le movió hasta el sillón, donde la arrojó delicadamente contra los almohadones. Acto seguido, se quitó el abrigo, para encaramarse encima de ella y seguirla besando apasionadamente, mientras con sus manos, acariciaba su rostro, cabello, también de vez en cuando, muslos. Abigail estaba, totalmente rendida a los impulsos de su novio, que se manejaba por su cuerpo con total confianza. Susurrándole en el oído cada cierto rato un "¿Te gusta?", que, si bien era posiblemente una forma natural de él para asegurarse que su impulso no le incomodase, para ella era tan excitante, y tan dulce. «Soy toda tuya» era todo lo que pensaba su cabeza, las pocas veces que lograba conectar dos pensamientos. Que cave aclarar, era poco, porque, en ese momento, no se regían por la lógica o razonamiento, todo esto era el impulso puro del amor, y la pasión que cargaban en el cuerpo. Ese que se venía acumulando desde ese primer beso, y que el ambiente ayudado quizá un poco por el cálido ambiente del cuarto, junto el alcohol, les hicieron no poder esperar ni un segundo más.

 

Tras varios momentos de intenso cariño, Jayden se levantó nuevamente. Le tomó de las manos, para luego alzarla en brazos. La llevó al cuarto sin separar sus labios de los de ella ni por un segundo. La tiró en la cama. Se quitó la camisa. Ella se desabrochó la suya. Nuevamente se encaramó sobre ella. Tomó su mano con la suya, entrelazando sus dedos, y apoyándola encima de la cama.

 

-Te amo.

 

Susurró, antes de enterrar sus labios en el cuello de su amada, que no dejaba de jadear. Disfrutando, segundo a segundo de su novio, el cual había conseguido aquella confianza absoluta, para ya no solo compartir sentimientos, o cariño, sino sus cuerpos en total libertad. 

 

Pasaron una noche. Un momento extremo de amor. Fueron uno. Ese momento, que habrán sido un par de horas, se sintió eterno para ellos. Jamás se iría de sus recuerdos. Sería el final de la primera etapa. Esa fue la noche de sus vidas. La primera de muchas. El concretar de ese amor joven. Jayden y Abigail, pudieron amarse de la forma más sincera. Con dulzura, palabras, besos y calor. La intimidad aquella, en la cual, la luna sería el único testigo, además de ellos, de lo mucho que se amaban.

 

Actualmente

 

-Jayd… -Dijo Blair al verlo- Escucha. Le interrogamos. 

Jayden no respondió. Mantenía la mirada baja.

-Ya dijo que ella testificará en contra de Dake para que no le cobremos cargos por posesión de drogas… -Se acercó y tomó sus brazos- ¡Lo logramos!

El miope miró sus manos. Negó con la cabeza.

-Aún nos faltan pruebas… -«Voy a matarlo»

-¿Cómo cuál?

-Algo más… Esto es poco aún -«Voy a matarlo»

-¿Eh? ¿Cómo qué?

-Algo. No lo sé. Debemos tener más, nunca se sabe con qué podría salir -«Voy matarlo»

-Jayd… -Blair sacudió la cabeza- Tienes razón…

Blair y Jayden notaron que comenzaron a trasladar a Erina un par de uniformados. Esta le miró con ira. Debía estar resentida con todo lo ocurrido.

-¿Cómo estás? -Preguntó Blair- Después de que…

Jayden se tomó un par de segundos para pensar.

-Mal.

-Mm… ¿Quieres hablar? -Le preguntó posando su mano en su hombro. 

-Yo… -Pensó un segundo «¿Vale la pena hablar con ella?»- Jamás… Estuve con nadie sin contar a Abi… -Comentó por lo bajo mientras caminaban a la sala de descanso.

-Claro. Me imagino que justo esta situación no es la mejor ¿Verdad?

-Si… La verdad la echo de menos cada día más y esta situación no fue la mejor…

-¡Cuidado! -Exclamó un oficial.

Erina se había liberado, y había logrado quitarle el arma al oficial que la tenía de custodio. Se escucharon dos disparos. Erina cayó al suelo. Se había suicidado de un disparo en la cabeza.

-¡Hija de puta! -Exclamó Blair, mientras se revisaba que no le haya causado daños- Jayden ¿Estás bien? -No recibió respuesta. La falta de la misma inquietó a la pelirroja- ¿Jayd…?

 

El dolor punzante e intenso que sentía en el vientre el miope, no le dejó hacer más que estirar la mano ensangrentada hacía la pelirroja pidiendo ayuda, antes de desplomarse hacía la pared. Dejando un camino de sangre al suelo.

 

-¡Jayden! -Exclamó la pelirroja.

 

El dolor era tan intenso que comenzó a ver peor que de costumbre. Cayó de costado, mientras comenzaba a escuchar como si estuviese bajo el agua. Todo mientras el líquido carmesí manchaba su estómago, su espalda, y las manos, tanto las de él como las de la pelirroja, quien le hablaba, rogándole de que no muriese esa noche. Comenzaba a costarle respirar. Hasta sentía liquido dentro de sus pulmones. De a poco sentía como su corazón dejaba de latir, rindiéndose de la tarea de bombear líquido para mantenerlo con vida. Ya casi no escuchaba o veía nada. Simplemente, notaba como las lágrimas de Blair caían encima suyo. «Quizá si ganaste Dake» pensó «Quizá ganaste Jayden. Finalmente. Moriste» Cerró los ojos.

 

Hace 9 años

-Entonces… -Preguntó Abigail, tapada por las sábanas, mientras Jayden le acariciaba las mejillas- ¿Cuándo supiste que estabas listo?

Jayden pensó unos segundos. Luego rio.

-Desde que me dijiste "Te amo". Supe que podía confiar en ti.

Actualmente

 

-¡Jayden! -Gritó Blair.

Sus manos ya no proyectaban fuerza. Había cerrado los ojos. Había perdido signos vitales.

-Por favor… Tu no… No me dejes. Necesito que venguemos a Abigail. Tengo que compensártelo. Tengo que… Lo siento. Lo siento mucho Jayden…