Punto de vista de Selma Payne:
Rhode se sorprendió por mi visita. No parecía estar muy bien, pero aún así me recibió con ánimo.
—Es muy tarde. ¿Qué sucede?
—Porque la ceremonia de elección es mañana por la noche. Quería ver cómo te has preparado.
Rhode cayó en silencio ante la mención de la ceremonia de elección.
—¿Qué te pasa? ¿Estás preocupado? —le pregunté a pesar de conocer la respuesta—. Si puedo ayudar con algo, avísame.
Como era de esperar, la reacción de Rhode fue intensa. Rechazó sin pensarlo:
—¡No es necesario! Puedo manejar todo por mi cuenta.
Después de hablar, se dio cuenta de que su tono era duro y quiso encontrar una solución. Abrió la boca varias veces, pero no salió nada. Finalmente, solo pudo dejar caer los hombros y suspirar sombríamente.
No oculté nada y fui directo al grano. —Escuché que estás considerando renunciar a la elección.
Rhode no esperaba que yo supiera esto. Me preguntó asustado:
—No, eso no es lo que yo... espera, ¿cómo lo sabes?