Elle sentía que su corazón estaba a punto de romperse en mil pedazos. Se negaba desesperadamente a creer todo lo que Zeres había dicho.
Pero por más que intentaba convencerse de lo contrario, una duda tan fuerte persistía en el fondo de su mente.
Con desesperación evidente en sus ojos, Elle se enfrentó a Sebastián. Pero tan pronto como lo miró, un repentino miedo surgió como olas de marea dentro de ella. Una sensación de hundimiento se acumuló en su estómago.
Sus pies inconscientemente dieron un paso atrás. Un fuerte rechazo la golpeó como una tonelada de ladrillos. Parte de ella estaba gritando internamente para preguntar, para exigir la verdad. Pero ese miedo que sentía, la hizo acobardarse. ¿Podría soportar las consecuencias si todo lo que había oído era de hecho la verdad?
—Yo... ¿Iza? —De pronto se escuchó la voz de Sebastián—. Sonaba consternado. La ira que emanaba de él ahora fue reemplazada por pánico mientras miraba a su alrededor.