"Sintiéndose como si su corazón fuese a estallar por sus conmovedoras palabras, Sebastián enterró su cabeza en su pecho. Sus brazos a su alrededor se apretaron mientras la atraía hacia él, presionándola contra sí mismo y encerrándola en su abrazo como si temiera que desaparecería si no la sostenía fuertemente y lo suficientemente cerca.
Las palabras simplemente no eran suficientes para explicar lo que estaba sintiendo. Esas palabras suyas... lo sacudieron hasta el núcleo. Hicieron algo impensable, inexplicable, a su ser entero... a su propia alma.