—Una voz discordante despertó a Elle de golpe. ¿Ava? —Después de parpadear aturdida, tratando de despejar la neblina del recién despertar, sus ojos se abrieron de par en par ante la primera cara que la daba la bienvenida. ¿Sebastián? ¿Estaba soñando?
—Estaba allí de pie, mirándola, llevando la misma expresión neutral que tuvo la última vez que se vieron. —Finalmente, al darse cuenta de la presencia de agua fría rodeando todo su cuerpo, Elle se movió, sólo para darse cuenta de que sus miembros se sentían entumecidos y rígidos. —Resbaló pero su cara no se hundió en la bañera como esperaba.
—Una gran mano se disparó, la agarró y ya estaba acunando su mandíbula. —Sus ojos se abrieron aún más mientras miraba hacia arriba para verlo desde ese ángulo incómodo. ¿Cómo... cómo se movió tan rápido? ¿Le estaba jugando una broma su mente? —Debe ser eso... ¿verdad? —Debió haber sido el vino y el agua caliente...