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(Desde la Perspectiva de Azul)
Fuimos a un restaurante local donde las sillas y mesas parecían de la casa de una anciana amante de la paz. Daba una sensación hogareña. Me gustó al instante.
Hacía calor en el interior. Me preguntaba si habría una chimenea oculta en algún lugar.
Vestíamos ropa normal. Dem tuvo que llevar una capa con capucha para ocultar sus ojos, ya que los ojos negros no eran normales. Y además, podría haber alguien que lo reconociera no solo por el color negro de sus ojos sino también por el hecho de que tenía un solo ojo. La mayoría de la gente sabía que el Rey de Querencia perdió un ojo en la guerra.
También conseguimos un pequeño gorro para Dion. Lo odiaba. Bueno, qué más da. Se lo quitaríamos después de conseguir asientos.
Encontramos una mesa para tres. Dion estaba en mi regazo, intentando quitarse el gorro. Como parecía que lo odiaba mucho, se lo quité.
—Su Alteza, tengo mucha hambre, así que quiero mucha comida —dijo Perita.
