(Desde la perspectiva de Azul)
—Mueve tus caderas más —ordenó.
—Haa… Ah… —gemí mientras levantaba mis caderas y luego, nuevamente, las bajaba.
—Estabas diciendo algo antes. ¿Qué es?
—¿Cómo… puedo hablar… ah… así?
—Vamos. Intenta —se burló.
«¿Se está burlando de mí? Este tipo...»
—Quería decir e-eso… ehm… cuando vayas… ah... a la Reina de… Lacuna… haa… ah… no puedes ir… solo…
—¿Quieres venir conmigo?
—S-Sí… Hnn…
—Está bien —dijo—. No me importa. Puedes venir si quieres. Será más divertido así ya que estarás a mi lado. Me aburro estando solo.
—Ella estará allí. ¿Por qué te aburrirías?
—…
De repente nos volteó para que yo estuviera debajo de él. Antes de que me diera cuenta, comenzó a mover sus caderas, empujando muy adentro y luego retirándose de mí.
—¡Ah! ¡Uhh! Así, de repente…
Me lamió la oreja y mordió el lóbulo mientras su mano acariciaba mi pecho y pellizcaba el pezón. Era doloroso, pero no demasiado.
—¡Dem…! ¡Uh! ¡Ahh! Eh…