—¿Entonces, cuántas veces lo hacen a la vez? —preguntó.
Estaba mortificada. No tenía idea de que podía hablar de estas cosas tan libremente. Ahora, podía ver que definitivamente era la hermana de Demetrio.
—¿Eres tímida? No hay necesidad de ser tímida —sonrió—. Es algo muy natural. El sexo es algo muy normal para las parejas. Entonces, ¿por qué no dejamos de ser tímidos al respecto? En realidad, no veo por qué deberíamos ser tímidos al respecto. Quiero decir, sí, tenemos sexo y es una tarea muy íntima. ¿Entonces qué? No es algo de lo que debamos avergonzarnos, ¿verdad?
—Bueno... En realidad soy un poco reservada con estos tipos de cosas —dije.
—¡Dios mío, eres igualita a Merrick! —exclamó—. Él también es muy tímido con estas cosas.
No necesitaba que me lo dijera. Era bastante obvio. Ni siquiera necesitaba ver o escuchar para saber que hablaba sin vergüenza a su marido tal como Demetrio lo hacía conmigo.
—¿Quieres saber cuándo nos conocimos por primera vez? .
