La escena comienza con Isaac y Sara en un parque, donde Sara le explica a Isaac lo que está pasando. Ella le dice que ellos son los reencarnados de los demonios del Ars goetia, que fueron sellados por los ángeles hace siglos, pero que ahora han despertado por alguna razón. Ella le dice que hay otros como ellos, que han recibido un mensaje de Albert, un hacker que quiere formar una alianza contra el imperio celestial. Ella le dice que ellos tienen el poder de cambiar el mundo, y que deben unirse a la causa. Isaac se muestra escéptico y asustado, y le dice que él no quiere ser parte de una guerra entre ángeles y demonios, que él solo quiere ser normal. Sara le dice que no puede negar su destino, que él es Malphas, el gran presidente del infierno, y que tiene una gran responsabilidad. Isaac se niega a escucharla y se va, diciendo que no quiere saber nada de eso.
- La escena cambia a otro lugar de la ciudad, donde se ve a Isabella en una tienda de ropa, probándose diferentes vestidos. Ella está usando su poder de Asmodeo para seducir al vendedor, que le ofrece todo lo que quiere gratis. Isabella se divierte y dice: "Qué amable eres, querido. Me encanta tu atención. ¿Por qué no me acompañas al probador y me ayudas a quitarme este vestido?" El vendedor acepta encantado y la sigue al probador, donde Isabella lo besa y le roba la billetera. Ella sale del probador con una sonrisa y dice: "Gracias por todo, cariño. Ha sido un placer. Nos vemos pronto". Ella se va de la tienda con varias bolsas de ropa, sin que nadie la detenga. Ella recibe un mensaje de Albert en su celular, que le dice que se una a la alianza de los demonios del Ars goetia. Isabella lo ignora y dice: "Qué pesado. No me interesa su plan. Yo solo quiero divertirme y disfrutar de la vida. Los ángeles y los demonios que se maten entre ellos. Yo soy Asmodeo, el rey de los pecados. Y nadie me dice lo que tengo que hacer".
- La escena cambia a otro lugar de la ciudad, donde se ve a Albert en un laboratorio, rodeado de computadoras y aparatos. Él está usando su inteligencia para crear un dispositivo que pueda interferir con las comunicaciones del imperio celestial. Él es un inventor y un rebelde, y quiere usar su inteligencia y su tecnología para derrocar al imperio. Él dice: "Esto es lo que necesito. Un transmisor de alta frecuencia que pueda enviar una señal de ruido a los satélites del imperio. Así podré bloquear sus mensajes y sus órdenes. Y también podré enviar mi propia señal a los demonios del Ars goetia, para que sepan dónde y cuándo reunirnos. Ya he contactado a 70 de ellos, y no han aceptado unirse a mí. Solo faltan dos por contactar, Malphas y Andrealphus. No sé por qué no me responden. Tal vez tengan miedo o dudas. Pero no importa. Tarde o temprano se darán cuenta de que esta es su única opción. Soy Albert, el gran rey del oeste. Y tengo soy un maestro en liderar a los demás".
- La escena cambia a otro lugar de la ciudad, donde se ve a Sara en una biblioteca, buscando información sobre los demonios del Ars goetia. Ella está usando su habilidad de demonio antiguo para entender y aprender todo lo que puede sobre su origen y su historia. Ella es una estudiosa y una curiosa, y quiere saber más sobre su identidad y su propósito. Ella dice: "Esto es increíble. Los demonios del Ars goetia son los más antiguos y los más sabios de todos. Cada uno tiene un nombre, un rango, un sello, un número, una habilidad y una personalidad. Y yo soy Andrealphus, la gran marquesa del infierno. Y puedo enseñar matemáticas y astronomía. Qué curioso. Me pregunto qué más podré hacer. Y qué más podrán hacer los otros. Sobre todo Isaac. Él es Malphas, se ve que tiene mucho potencial. Pero también el más rebelde y el más solitario. No entiendo por qué no quiere unirse a mi. Tal vez tenga miedo o confusión. Pero no importa. Yo lo ayudaré a aceptar su destino".
- La escena cambia a otro lugar de la ciudad, donde se ve a Isaac en un puente, mirando el río. Él está confundido y angustiado por lo que le ha pasado. Él no quiere ser un demonio del Ars goetia, ni participar en una guerra entre ángeles y demonios. Él solo quiere ser un humano normal y seguir viviendo con su abuela ya que es la única persona que quiere, seguir con una vida normal. Él dice: "¿Por qué me ha tocado esto a mí? ¿Qué he
hecho para merecerlo? No quiero ser Malphas, el gran presidente del infierno. No quiero invocar cuervos ni crear fuego. No quiero luchar contra los ángeles ni unirme a los demonios. Solo quiero ser Isaac, un chico normal. Con amigos, mi abuela, con sueños. ¿Es mucho pedir?" Él recibe un mensaje de Sara en su celular, que le dice que la perdone por haberlo presionado, que ella solo quiere ayudarlo. Isaac queda pensativo. Él dice: "Sara. Ella es la única que me ha tratado bien. Ella es la única que ha visto mas en el que un simple vándalo. Tal vez debería ir a verla. Tal vez debería darle una oportunidad a todo esto".
- La escena cambia al parque, donde Sara está sentada en un banco en un parque a lado de la biblioteca donde previamente estaba, esperando a Isaac. Ella está nerviosa y ansiosa, y mira su celular cada dos segundos. Ella dice: "¿Dónde estará? ¿Vendrá a verme?" De
repente, ella siente una presencia detrás de ella, y se gira. Es un hombre alto y delgado, vestido con prendas japonesas de color café y marrón, con una cara seria. Es Orobas, otro demonio del Ars goetia, que se ha adentrado en la ciudad. Él dice: "Hola, niña. ¿Qué haces aquí tan sola? ¿No sabes que es peligroso? ¿No sabes que hay ángeles y demonios al acecho?... ¿No sabes que yo soy uno de ellos?" Sara se asusta y dice: "¿Quién eres tú? ¿Qué quieres de mí?" Orobas
dice: "Soy Orobas, el gran príncipe del infierno. Puedo predecir el futuro y usar ventiscas. Y lo que quiero de ti es simple. Quiero tu alma". Orobas
se acerca a Sara y la agarra por el cuello, mientras ella se resiste y grita. Orobas dice: "No te resistas, niña. No tienes escapatoria. Eres mía. Y nadie podrá salvarte".
- La escena cambia al puente, donde Isaac está a punto de irse al parque, cuando escucha el grito de Sara. Él reconoce su voz y se preocupa. Él dice: "Sara. Ese grito es de Sara. Algo le pasa. Algo malo. Tengo que ir a ayudarla". Isaac corre hacia el parque, seguido por sus cuervos. Él llega al parque y ve a Orobas estrangulando a Sara. Él se enfurece y dice:
"¡Suéltala! ¡Déjala en paz!" Orobas se sorprende y dice: "¿Quién eres tú? ¿Qué haces aquí?" Isaac dice: "Soy Isaac. Soy Isaac. Y tú eres un bastardo". Isaac levanta la mano y lanza una llamarada de fuego infernal a Orobas, que lo suelta a Sara y se protege con un escudo de hielo. Orobas dice: "¡Vaya, vaya! Así que tú eres Malphas. No me esperaba encontrarte aquí. Parece que tienes un interés especial en esta chica. ¿Es tu novia? ¿O tu juguete? La vedad no me interesa. No la voy a dejar ir. Ella es nueva batería. Y tú también. Voy a acabar con los dos, y a tomar sus poderes. Así seré más fuerte. Y nadie podrá detenerme".
- Isaac se enfada y dice: "No te atrevas a tocarla. No te atrevas a desafiarme. No sabes con quién te estás metiendo. Yo soy Malphas. Y tú eres Orobas,
el gran príncipe del infierno. Pero también el gran traidor. Tú fuiste el que se alió con los ángeles, y los ayudó a sellar a los antiguos Ars goetia. Tú fuiste el que los traicionó, y los condenó. Tú fuiste el que vendió a sus compañeros por poder. Y te vamos a hacer pagar".
- Isaac y Orobas se lanzan a una batalla, usando sus poderes de fuego y viento. Isaac tieneun poco ventaja del fuego infernal, que puede quemar cualquier cosa. Pero Orobas tiene la ventaja del viento, que puede redirigir el fuego. Los dos se atacan con furia, sin dar tregua. El parque se convierte en un campo de guerra, lleno de llamas y tornados. Los árboles se queman, las flores se marchitan, los animales huyen. Los humanos que pasan por ahí se
asustan y corren, sin entender lo que pasa. Los ángeles que vigilan el cielo se alertan y se acercan, sin saber lo que hacen. Los demonios que se esconden en la ciudad se enteran y se preparan, sin saber lo que quieren.
- Sara está tirada en el suelo, herida y débil. Ella ve la batalla entre Isaac y Orobas, y se preocupa. Ella dice: "Isaac. Él ha venido a salvarme. Él se está enfrentando a Orobas. Él se está arriesgando por mí. Pero no puedo ayudarlo. Estoy débil". Sara siente una voz en su cabeza, que le dice: "No te rindas, hija mía". Sara no entiende lo que pasa, pero instintivamente levanta la mano y grita: "¡Halcón, sé mi forma!" De repente, su cuerpo se transforma en un Halcón azul, que se eleva por el aire y se aleja del peligro. Sara sigue angustiada y dice: "¿Qué puedo hacer ahora?"
- La escena termina con un primer plano de los rostros de Isaac y Orobas, que se miran con odio y desafío.