La tarde se desvanecía mientras caminaba solo, mi mente aún dividida por lo que había experimentado no me permitía tener un momento de paz.
Decidí regresar a casa para reflexionar y entender todo lo que había ocurrido en este día tan tumultuoso.
Al llegar a casa me quedé un momento sin hacer nada parado en la puerta. Hasta ese momento algo muy en lo profundo de mi mente se seguía negando a creer que todo fue real, había estado teniendo una pequeña esperanza de que todo hubiese sido solo un sueño del cual pronto iba a despertar, pero ahora afrontando la realidad frente a la puerta de mi departamento no sé cómo poder reaccionar.
Para comprobar que todo esto era real saqué el libro "Arts" de mi inventario y lo coloqué sobre la mesa. La curiosidad me invadió e hiso que mi mano pasase sobre el libro de tapa dura mientras decía: "Guardar en el inventario"
Inmediatamente una voz robótica se escuchó en mi cabeza.
[Se ha añadido el libro "Arts" al inventario. ¿Desea inspeccionarlo?]
Me quedé muy asombrado y lleno de preguntas acerca de cómo eso era posible. Mi curiosidad rápidamente borro de mi mente todos los pensamientos acerca del sistema y de las cosas que pasaron únicamente para poder centrarme en responder mis respuestas.
Seleccioné la opción explorar contenido y las páginas digitales se desglosaron ante mi mostrando técnicas de combate, habilidades y movimientos llamativos. Pero de entre toda esa baraja de información desconocida lo que más llamo mi atención fue un movimiento que no parecía tan espectacular como todas las acrobacias mostradas en las páginas digitales.
Presioné el botón de ver información detallada bajo el nombre del movimiento.
[Rodar] [Movimiento evasivo fácil de usar y efectivo en casi todo tipo de situaciones.]
No era como si hubiese visto otra de las habilidades o movimientos del libro, no obstante, pensé que la descripción detallada era demasiado simplista.
[¡Ding!] [Movimiento evasivo aprendido.]
Sin saber que era lo que ocurrió el libro se cerró repentinamente sin darme la oportunidad de poder observar cualquier otra cosa.
Me sentí desconcertado por lo ocurrido antes de restarle importancia al darme cuenta de que una de las notificaciones seguía brillando indicándome que todavía no había accedido a la tienda virtual.
¿¡Tienda virtual!?
Intrigado, seleccioné la opción de la tienda, y una lista de objetos se desplegó ante mis ojos.
[Monedas virtuales: 0. ¿Desea adquirir monedas?]
Mi mente dio vueltas. ¿Monedas virtuales? ¿Qué significaba todo esto? Sin respuestas claras, decidí explorar más a fondo y toqué la opción de inventario.
[Inventario vacío. ¿Desea adquirir objetos?]
La frustración comenzó a apoderarse de mí. ¿Adquirir objetos virtuales? ¿Cuál era el propósito de todo esto?
— ¡Esto es absurdo! — exclamé, golpeando la mesa con frustración. La notificación parpadeó una vez más, como si el sistema intentara entender mis pensamientos.
[Explora para desbloquear nuevas posibilidades.]
La respuesta automatizada no satisfizo mi necesidad de comprensión. Sin embargo, me di cuenta de que pasar el resto del día explorando estas funciones sin respuestas claras no me llevaría a ninguna parte.
— Necesito respuestas reales — murmuré, cerrando el libro y dejándolo a un lado.
La notificación final flotó antes de desaparecer:
[¡Ding!] [Recordatorio]
[Debe seguir llevando una vida lo más normal posible.]
[Tareas pendientes: 3 deberes académicos.]
¿Qué quieres decir?
Me sentí extrañado al recordarme que efectivamente como el sistema dijo, yo tenia tres tareas que hacer antes de ir al colegia el lunes por la mañana. ¿El sistema podía leer mi mente? La inquietante pregunta estuvo rondando por mi cabeza mientras alistaba mis cosas para realizar las tareas.
Al final, sin otra alternativa decidí dejar de lado, al menos temporalmente, saber si mis pensamientos más íntimos estaban siendo percibidos por el sistema.
Saqué mis libros académicos y me sumergí en la tarea de completar los deberes que la vida ordinaria imponía.
Mientras trabajaba en mis deberes, la inquietud se hiso más evidente.
[Tareas pendientes: Progreso 2%]
...
Días después el sistema persistía en mi vida cotidiana como una sombra que esperaba el momento oportuno para recordarme que existía. En todo lo que hacía ya sea en la academia o en mi propia casa era monitoreado por el sistema hasta el punto en el que no podía limpiar tranquilamente mi cuarto sin la interrupción del sistema.
[Limpieza de la habitación; Progreso 87%]
El constante recordatorio de tener que completar al cien por ciento todas las cosas que empezaba de apoco se volvió en algo casi fundamental en mi vida diaria. El motivo fue uno sencillo, mientras completase correctamente las cosas ganaba entre uno a cinco puntos de experiencia.
Decirlo así sin dar contexto alguno hace sonar fácil ganar puntos de experiencia, pero es totalmente lo contrario. El poder completar una tarea al cien por ciento es como mínimo algo extremadamente fastidioso. Ahora mismo, que estoy limpiando mi cuarto, es el ejemplo perfecto. Llevo más de cuatro horas barriendo, trapeando, doblando la ropa, entre otras cosas y no puedo subir el porcentaje de progreso. Por esa misma dificultad en obtener el 100% normalmente no puedo ganar puntos de experiencia con facilidad.
Aunque desde mi punto de vista, solo hace falta llegar al 70% para poder dejar las cosas sin terminar. De todas formas, no hay una gran diferencia entre un 100 y un 70%. Por ejemplo, si dejo mis deberes a un 70% siempre obtendré una muy buena calificación.
Ese pequeño detalle ha sido muy bueno, ahora mis profesores me ven con muy buenos ojos y muy de vez en cuando me felicitan por el esfuerzo que tengo en los estudios, desconociendo que no pongo demasiado esfuerzo es sus materias. Y bueno, de los pocos elogios que he recibido siempre han venido acompañados de varias comparaciones con mis otros compañeros de clase.
"No sabes cuanto me alegra tener a un estudiante "varón" como tú en esta clase, yo ya daba por perdida a los varones de esta clase."
Desconozco que clase de visión los profesores tienen de nuestra clase, pero al haber escuchado algunos comentarios demasiados similares de diferentes profesores creo que es una muy mala.
Dejé la limpieza de mi cuarto al 87%. No tengo una fuerza de voluntad tan fuerte ni grande como para seguir buscando donde más limpiar para poder obtener el 100%.
Después de la limpieza de mi departamento, mi mente divagó en los cambios que había traído el sistema al aparecer hace unos días.
Ha habido demasiados cambios como para poder evitar que esta pregunta aparezca en mi cabeza. He estado tentado de decir que la aparición del sistema ha sido una bendición, sin embargo, al recordar lo que casi hice con la rata ese pensamiento desaparece automáticamente.
Además, a veces me sentía muy limitado en lo que podía hacer y no hacer porque el sistema varias veces no me dejaba tomar una decisión sin primero haberme mostrado una notificación de recomendación.
[Acciones no relacionadas con el descanso que necesita. Redirija sus esfuerzos.]
La aparición de esa notificación me hiso pensar en si debía seguir lo sugerido por el sistema.
¿Debería seguir al pie de la letra lo que decía el sistema?
Pero después, de una profunda reflexión me di cuenta de que seguir todas las recomendaciones del sistema en algún punto dejaría de hacer las cosas que quisiera y me limitaría únicamente en seguir las recomendaciones del sistema.
Esta forma de ver a las recomendaciones del sistema terminó de volverse firme cuando supe que al desobedecer alguna de las recomendaciones del sistema recibiría una penalización por mi rebeldía.
[Reducción de recompensas futuras.]
Sentí que las notificaciones tenían el objetivo de socavar mi libertad de a poco, por eso decidí no obedecer ninguna de las recomendaciones a menos de haber reflexionado profundamente sobre esa recomendación.
No me importa si las supuestas recompensas que recibiré en futuro son reducidas por esta decisión yo quiero seguir siendo libre.
¿Estoy pensando demasiado las cosas?
Al final del día, me senté en mi sala, agotado pero satisfecho. A través de las interminables horas de reflexión en los últimos días creo haber encontrado un equilibrio entre el sistema y mi vida diaria.
Sigue siendo difícil creer que ahora tengo un sistema, sin embargo, lentamente voy acostumbrándome a esta nueva vida.
¿Qué ocurrirá mañana?
Con ese pensamiento en mente me fui a la cama.