STILL IS
—Ya he acabado—Anuncia Tohsaka—. La he dejado durmiendo en su cuarto, pero no despertará pronto, eso es seguro.
Ella está parada mirándome a los ojos, vistiendo su sueter rojo de mangas largas –llevando botones grises en la punta de las mangas– junto con ese grabado gris en forma de cruz, sin olvidar su falda negra y medias negras largas tan típicas de ella a este punto.
—Lo siento, en verdad me has ayudado. No he podido hacer nada por Saber. Otra vez.
Esas dos últimas palabras me las reservé para mí mismo, ya que Taiga me dijo que a las mujeres lo que menos les gusta es que un hombre se muestre sensible.
—Bueno, yo sólo retiré su armadura y la ayudé a relajarse con esos ejercicios de respiración que aprendí de la señora de la enfermería, así que no hace falta que me agradezcas. Saber no se pondrá bien y no hice mucho más.
. . .Pero aún así, tener a Tohsaka cerca me ayuda.
Ella fue la que me ayudó cuando llegué a casa en pánico porque Saber había colapsado mientras regresábamos a casa, yo, sin saber qué hacer, recurrí a ella.
Resolvió la situación, le retiró la armadura y me dijo que le dejara dormir, eso fue todo lo que hizo Tohsaka, pero ese poco fue mucho más que todo lo que él había hecho.
Ha pasado una hora desde entonces.
Comunicándome con el subconsciente de Saber, fui mínimamente de ayuda para Tohsaka a la hora de quitarle la armadura a Saber.
—¿Entonces, me contarás lo que sucedió? ¿Saliste a buscar a Shinji y ahora Saber está así? Eso es lo único que sé, así que los detalles me vendrían bien. A menos que quieras reservarte esa información.
Tan directa como siempre, Tohsaka fue derecha al asunto.
Yo, por mí parte, dudo.
. . .El Noble Phantasm de Saber.
No puedo revelarlo.
Ya que ni siquiera es mío para revelar.
Pero, al intentar relatar lo sucedido, recuerdo la imagen del chico que alguna vez fue mí amigo.
Poniéndose en frente del ataque de Saber.
Sólo para proteger a Rider.
¿Qué tenía de especial ella para sacrificarlo todo?
Su familia.
Su reputación.
Sus amigos.
Sus sueños.
E incluso su vida.
¿Todo para qué?
¿Con qué motivo?
"Libertad ajena"
Shinji nunca buscó la libertad propia, no, él simplemente se dirigió a por la libertad de Rider, para darle ello, incluso sí le costaba la vida.
Matou Shinji le había tendido la mano a él para una alianza, le dio la iniciativa que lo llevó a traer a Sakura a casa, lejos de Matou Zouken, también le dio la fuerza para decidirse a pelear con sus propias ideas respecto a la lealtad.
Él no podía traicionar a Saber, ella era su espada, y él su escudo.
Pero, Shinji fue distinto, Rider no era su espada, no, Rider simplemente fue alguien a quién Shinji apreciaba lo suficiente para sacrificar su propia vida y a traicionar a todos a su alrededor.
Sí su amigo tuvo corazón alguna vez, parecía ser que la única que había tocado ese corazón habría sido Rider, así, él se llevaría consigo a la tumba esta información, ya que debían eliminar a los Servants enemigos y no quería distracciones.
Sakura.
¿Cómo se lo diría?
No, no se lo diría.
Era cruel, pero no estaba en su derecho el decirle.
Y pensando en otra cosa, por más que le diera mil vueltas, él siempre llegaba a la misma conclusión.
Rider no podía ser redimida como Caster.
No eran iguales.
No.. no lo eran, eran distintas.
—. . .¿Emiya-kun?
Ah, se había quedado atrapado en sus pensamientos otra vez.
Tenía que dejar ese mal hábito.
—Perdón perdón.
Estaba decidido, habría de contar casi toda la historia.
Incluida la información de la caída de Rider y Shinji.
—. . . ¿Con qué el Noble Phantasm de Saber, eh?
Tohsaka permanece en un profundo silencio.
Ella ya debe haberse dado cuenta que no fue cualquier cosa.
—Está bien, no te pediré más detalles que los que me has dado, después de todo, no estás en posición de soltar dicha información así como así.
¿. . . Qué?
—¿Qué quieres decir con que no estamos en condiciones para revelar esa información?
¿Qué trata de decir?
—Es justo lo que dije. Ya debes saber que Saber desaparecerá a este ritmo.
—¿QU--?
Me detuve ahí mismo, ya que Sakura sigue durmiendo como ahora también Saber.
—¿Desaparecer? ¿A qué te refieres con desaparecer, Tohsaka?
La chica puso una mano su cadera y la otra la dejó colgando.
—¿Qué no es obvio? La energía mágica de Saber está casi vacía. No sé qué tipo de Noble Phantasm usó, pero sea lo que fuere, gastó gran parte de su energía. Es decir, ya no le queda mucha energía más. Y por esta misma razón sufre, ya que desea evitar su propia muerte.
Yo traté de hablar pero algunas palabras tropezaban pese a mí deseo de lanzar una pregunta.
—¿Entonces ella desapareceré incluso sin haber recibido ninguna herida? ¿Sólo así como así y ya?
Ella entonces movió su brazo suelto hacia arriba con su dedo indice apuntando al cielo techeado.
—Sí. Para los Heroic Spirits la deficiencia de energía mágica es mucho más serio que el daño físico, después de todo, esta energía les da una forma física a los Servants. Normalmente, los Máster le transmiten su energía a sus Servants a través del sello, pero tú no eres ese tipo de Máster. Así que ella pelea usando su propia energía hasta que eventualmente desaparezca, creo habértelo mencionado antes.
Deja su mano alejada de su cadera y pasa un mechón de su cabello detrás de su oreja.
— Pero, ella dijo que iba a estar bien, Saber me dijo que sólo necesitaba dormir.
Cruzada de brazos, Tohsaka cerró los ojos mientras decía:
—Eso es porque la capacidad mágica de Saber es extraordinaria, por lo que ese Noble Phantasm está en un nivel distinto a todo lo que hemos visto ahora. A este paso, se recuperará por su cuenta pero sí es que volviese a usar su Noble Phantasm, ella posiblemente, no, estoy segura de que desaparecerá.
Aprieto mis puños, ya que no quiero ver a Saber sufriendo como contra Lancer que recibió un ataque en el pecho o como contra Assassin que lucía herida.
—Solamente hay dos maneras de que un Servant obtenga energía mágica, una es que su Master se la de, y la otra es que el Servant por su cuenta tome la energía de otros humanos.
El servant por su cuenta. . .
Rider y Shinji.
—No, Saber jamás lo haría.
Parecía que Tohsaka me había leído desde antes y dijo.
—Así que sólo queda una opción, y esa es que si máster le entregue directamente esta energía. Pero el método tarda mucho tiempo en aprenderse por lo que es imposible para tí. Así que..
Ella me mira fijamente, cómo sí quisiera quitarme la vida con esos ojos.
—Debes ordernarle a Saber que mate personas inocentes, o personas malas, tú decisión.
Dijo Tohsaka mientras se iba, y yo quedaba sólo en la sala, sabiendo que los siguientes días serian complicados.
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Lo conseguí.
Había logrado despistar tanto a Saber como a Emiya Shirou de su verdadero objetivo.
Un escape, una forma de alejarse de todo el conflicto que se había producido.
Sabiendo que ambos habían escapado con éxito gracias al uso de Beleferonte ella suspiró, manteniendo a Shinji sobre sus brazos de forma nupcial, sabiendo que este no estaba en condiciones para ser llevado a caballito ni tampoco como un saco de papas, así que sí o sí tenía que llevarlo de esta forma.
—Ya estamos cerca—Le susurré a un inconsciente Shinji el cual no me respondía, pero sí que me mantenía algo tranquila viendo como aún se mantenía respirando, ya fuera a duras penas o nada, la noticia seguía siendo un alivio—. Sólo un poco más, aguanta un poco más.
Repetí eso durante todo el viaje, que pese a no ser veloz como en el pasado (debido al estado frágil de Shinji como el hecho de que me sentía bastante cansada) aún así terminaba siendo algo pasajero.
Viajando por encima la oscuridad, algo inusual para una ciudad, pero que ignoré ya que no era lo importante aquí.
—Sólo un poco más..
Después de tanto viaje, ella finalmente llegó al lugar dónde se habían estado quedando, es decir, su base.
Y sin perder tiempo alguno, ella se metió en el alcantarillado, sabiendo que debía asistir las heridas de su Máster.
No podía dejarlo.
No ahora que empezaba a creer que podía entenderlo.
Así que no lo dejaría ir tan pronto.
Y al revisar entre sus cosas, empezó a utilizar los objetos a su alcance para intentar tapar las heridas de Shinji con vendas.
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Su máster estaba vendado por completo, la herida había sido demasiado profunda y no sabía sí siquiera era útil lo que hacía ella.
Una parte de ella, la lógica, le repetía que su máster no pasaría de esa noche.
Pero, ella no era lógica, ella sabía eso.
«Te protegeré pase lo que pase».
Esas palabras le dijo Shinji cuando se puso enfrente de ella para salvarla del ataque de Saber.
¿Qué tipo de familiar era sí ni siquiera podía proteger a su amo eficientemente?
Era una decepción.
Había defraudado al chico que le entregó su confianza y su seguridad.
Shinji había arriesgado su estatus y su hogar con tal de darle uno a ella.
Puede que se instalaran en las alcantarillas abandonadas de esta ciudad, pero, en ese poco tiempo que habían estado aquí, ella había sido más feliz que en muchos años de su vida.
—Shinji. . .
Intentó llamarlo, pero no recibió ninguna respuesta, así que siguió intentando, revisando sus heridas de vez en cuando.
—No hay nada más que pueda hacer—Dijo mientras cerraba sus puños y miraba a otro lado—. Lo siento, en verdad lo siento.
Él había sacrificado tanto por ella.
Su familia, Shinji ya no podría ver a Sakura.
Su posición, no era más un candidato al título de Señor de la casa Matou.
Su reputación, había tenido que abandonar la escuela con tal de mantenerla a salvo a ella, considerado como desaparecido por las autoridades según los carteles.
Sus amigos, por su culpa, los amigos de Shinji o estaban en su contra o estaban en el hospital.
Sus posibilidades de victoria, en vez de dejar que ella fuera atacada, ella fue puesta detrás del cuerpo de su maestro y este recibió el ataque.
Inclusive hizo enemigos únicamente porque decidió protegerla, tales como Saber y Archer.
Shinji lo había perdido todo.
Ya ni siquiera salud física o mental le quedaba, porque aunque el chico quisiera ocultarlo, ella podía notar como reprimía sus ataques o cómo tenía problemas para dormir, aún así él nunca decía nada para no preocuparla.
Matou Shinji fue todo lo que ella nunca pensó que podría ser un mortal.
Bondadoso, desinteresado, fuerte de voluntad, valiente, y por sobre todas las cosas, era su aliado.
Pero ahora este aliado se encontraba en una situación en donde podría morir, y todo por que ella fue descuidada.
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Por un momento, ve como el libro que Shinji tenía debajo de su gabardina empieza a soltar un sonido que sólo puede entender por una cosa:
Shinji estaba muriendo.
Y ella no podía hacer nada para evitarlo.
Inclusive sí lo llevara a un hospital, un Servant o Matou Zouken los atacaría sin piedad.
Salir era un suicidio.
Ella, llena de rabia en su corazón, apretó sus uñas contra sus palmas al punto de que estas sangraron.
Pero se detuvo, recordando que Shinji posiblemente la regañaría por hacer esto, ya que el seguramente diría algo como..
«No dejaré que te lastimes así, Rider. Porque vales más que tus propios problemas»
Agachandóse al lado Shinji, tomó una de las manos de su maestro y la puso contra su rostro, con tal de esconder su dolor.
—Perdóname por todo, Shinji. Perdón por juzgarte, yo.. estaba mal. Yo realmente lo estaba.
Quise disculparme.
A aquél hombre que humanidad quiso darme.
Que libertad quiso regalarme.
Incluso sí él mismo tampoco era libre.
"Uno de los dos debía serlo".
Eso de seguro diría Shinji sí es que se lo preguntaran.
Ella lo sabía bien.
Podía entender lo que pensaba su compañero.
Ya fuera malo o bueno, puro o perverso.
Ella entendía y aceptaba esos pensamientos.
Después de todo...
¿De qué servía la pureza sin imperfecciones perversas?
—Mejor.. mejor te dejo descansar.
Se dijo a sí misma mientras colocaba su bolsa de dormir al lado de Shinji, arropando muy poco después a su máster.
Y así, se acostó.
Tratando de dormir.
Pero por más minutos que pasaban, su siesta nunca llegaba.
Ella no podía dormir.
Habrá pasado media hora, o quizás una hora completa, pero incluso así no había podido conseguir una siesta en lo absoluto.
Era de noche, ella lo sabía perfectamente.
¿Y lo que no le dejaba dormir?
Simple.
El sonido de la respiración de Shinji.
Ella no quería dejar de oírlo.
Porque sabía que en el momento que esa respiración se cortase sería el último día en el que serían aliados.
—¿Qué se supone que debo hacer?—Pregunté mientras me quitaba la venda sobre mis ojos por primera desde que había llegado a este tiempo.
Allí estaba, viendo al chico que su vida había arriesgado por ella..
—Por favor dímelo, Shinji—Le preguntaba una y otra vez.
Pero, ella sabía que no tendría respuesta alguna.
Que Shinji no le diría nada, incluso sí se lo imploraba de rodillas.
No porque no quisiera, sí no porque Shinji no podía.
...
(Third)
Y así, la dama de cabello violeta siguió implorando a cualquier divinidad que le cumpliera su petición, que no dejaran morir a su compañero.
En eso podría resumirse toda la noche de Rider.
Implorar y sufrir por el malestar de su aliado.
O así fue hasta que Rider rompió en llanto, luego de horas de implorar al cielo, ya que su salud mental se degeneraba cada vez que recordaba la escena de Shinji poniéndose enfrente del Servant para recibir el ataque de Saber.
Abrazando el cuerpo de un ya moribundo Shinji, Rider lloró con sus ojos en el cuello del chico dejando mojada dicha parte de tantas lágrimas que soltó.
Por lo que, bajo una luz tenue de una linterna, podías alcanzar a ver a una bella mujer de cabello violeta manchada en sangre abrazar a un chico de cabello azul vendado por gran parte de su cuerpo, inclusive su cara.
Al lado de esta luz artificial, la dama lloró por el hombre en sus brazos.
Esta mujer lloró por un tiempo largo, uno que duró hasta que la mujer del cansancio e insuficiencia de mana cayó dormida con su cabeza recostada sobre el cuello de su Máster.
Fue así que las lágrimas que la dama depositó sobre el joven terminaron causando un efecto imposible.
Estas lágrimas, pertenecientes a ojos que fueron aborrecidos por sus efectos parecían realizar su primera buena acción en la historia.
Tal como un milagro.
Bajo una luz artificial.
En brazos de un fantasma.
Con las lágrimas de un mito.
Viviendo una vida falsa.
Una mente rota en dos partes o más.
Es traída de regreso por el llanto de una bella dama.
Un milagro que repara las grietas de una estatua de piedra antigua.
A real miracle.