Un espacio blanco sobre el suelo.
Dicho suelo está repleto de flores de distintos tipos.
Y en medio de tantas flores, se encuentra una figura.
—Dime.. ¿Para qué vivimos?
Pregunta mirando derecho a la nada misma.
—¿Cuál es nuestro propósito?
Pero puede que en realidad no sea a la nada, sí no que simplemente haya algo que nosotros no podemos ver.
—¿Por qué tenemos que sufrir?
Pronto, esta figura, le es manchada la cara, puesto que una gota cae encima de su rostro.
Mirando a lo blanco del espacio infinito que los rodea.
—.. Rider, ella es ella.
Dice una voz que esta figura desconoce, puesto que suena distorsionada.
—¿Acaso no prometimos protegerla?
Le recrimina la voz desconocida.
Y de entre las flores emerge un niño que abraza sus rodillas, ocultando su rostro entre estas.
—¡Te hice una pregunta!—Reclama el niño.
¿La respuesta?
—Sí, tienes razón.
Responde la figura, aún mirando el cielo.
Pronto, empieza a llover.
—Es.. triste.
Es lo único que puede una tercera voz.
La figura se gira y se ve a sí mismo, sólo que vestido de negro.
—Yo.. Rider..
Esta figura de blanco se queda atrapado entre lo que quiere decir y lo que debe decir.
— «Un hombre proteje a todos a su alcance».
Dice el niño a ambas figuras de colores opuestos.
—¿¡Qué demonios significa eso, eh Ijsnhi!?
Es finalmente el hombre de negro quién revela la identidad de este infante.
Pero sin cansarse, el hombre de negro se gira a hablarle a su opuesto.
—¿¡Y tú qué crees que haces aquí!?—Exclama el de negro al de blanco quien retrocede unos pasos—. ¡Vete! ¡Tú no perteneces a este lugar!
Y aunque el de negro quiera respuestas, el niño llamado Ijsnhi sólo dirá una sola frase.
— «Que pueda proteger a todos a su alcance».
Pese a que le duela la cabeza, su cabeza aún permanecía rota.
— Isjnhi, ¿No?—Intenta acercarse el hombre de blanco con mucha calma y paciencia.
El niño suelta un sonido que se toma por afirmativo.
—¿¡Qué crees que haces, Shinji!?—Grita el de negro, pero es ignorado por completo.
—¿Quieres que proteja a Rider?
La lluvia entonces se detiene, no, más bien, pareciera como sí el tiempo se hubiera detenido y sólo ellos tres pudieran moverse.
— «Proteger su alrededor».
Shinji asiente y el de negro vuelve a exclamar.
—¡Tsk! ¡Haz lo que quieras! ¡Pero luego no intentes utilizarme para tus peleas absurdas, Shinji!
Es así que el de negro empieza a caminar pisando las flores en su camino, sólo para que estas vuelvan a crecer y la lluvia siga sólo para detenerse unos segundos después.
—Entonces, ¿Necesitas que yo la ayude?
El niño nuevamente asiente, aún sin mirar a Shinji.
—Bien, pero a cambio quiero una sola cosa.
Por primera vez, el niño se queda en silencio, quizás esperando la solciitud, así que Shinji avanza con su petición.
—Yo.. quiero entender lo que pasó. Lo que en realidad pasó esa noche y lo que le siguió a esa noche durante estos últimos años. Eso es lo que quiero.
El niño entonces deja de abrazarse a sí mismo y se levanta del suelo.
Se escucha un gigante relámpago de fondo.
Y...
De repente, todo el campo de flores se incendia.
Y tal como una epidemia.
Cada cosa bella se torna en algo horripilante.
¿O puede ser que todo fuera horripilante para empezar? Cubriendose de belleza, intentando aparentar una falsedad más clara que el Sol.
Shinji puede oír pasos a lo lejos, pero se preocupa por lo que le pasa a su paisaje a su alrededor.
De alguna forma, el espacio blanco se torna negro.
—¡IDIOTA!—Exclama el de negro regresando a la escena para tomar de la mano a Shinji y sacarlo de ahí corriendo.
Todo se ha vuelto un infierno.
La sangre llueve y el fuego sigue encendido.
Los gritos de un niño pueden oírse a lo largo y a lo ancho de este mundo.
—¡NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO!
Eso es lo que repite continuamente el niño.
—¡¿Por qué tuviste que preguntarle eso?! ¡IDIOTA!—Reclama una y otra vez el de negro.
Mientras que Shinji sólo puede ver hacia atrás, y por un momento, puede notar como la cara del niño irreconocible está derramando lágrimas.
Ese niño..
—¡BIEN! ¡LA PROTEJERÉ! ¡¿ME OÍSTE?!
Es lo único que puede decir Shinji mientras se aleja del campo repleto de llamas empezando a pisar ambos el vacío oscuro de la nada misma.
Cuando finalmente se alejan del infierno en un espacio oscuro, estos llegan al límite, parece ser que hay un vacío de oscuridad frente a ellos, aunque se pueden notar pequeñas partículas blancas a lo lejos.
—Maldita sea Shinji, ¿Sabes el problema en el que me pusiste? Maldición, maldición, maldición—Insulta repetidas veces el joven vestido de negro, con sus manos temblando.
—Tú.. eres el Otro.
Realiza Shinji, a lo que es soltado y luego golpeado en la cabeza por el que Shinji reconoce como "El otro".
—¡Makiri-dono para tí, idiota!—Regaña Makiri a Shinji—. Te faltan neuronas Shinji, eres un total y reverendo estúpido nacido de una legumbre con forma humana.
Sobandose el golpe que en realidad no dolió en lo absoluto, Shinji pregunta.
—¿Por qué Makiri? ¿No serías Matou?
Es ahí que Makiri lo mira y luego se acerca al oído de Shinji.
—La respuesta está en esa maldita biblioteca, usa tú puto cerebro y haz algo bien en tú vida protegiendo a Rider, ¿Quieres? Porque es la única cosa viviente que me agrada.
Antes de que Shinji pudiera decir algo más, Makiri se alejó un poco y pateó a Shinji de forma que este cayó en lo profundo del vacío intangible.
Ignorando la voz de Shinji en dicha caída, Makiri dijo unas últimas palabras mientras todo se sumía en la profunda oscuridad.
—Espero que entiendas lo que realmente sucede, y que sea a tiempo, Shinji. Eso es lo que esperamos que hagas.
.
.
.
.
Cálido.
Esa es la descripción de esta sensación que recorre cada centímetro de su cuerpo.
Siente un profundo sueño, sí es que debe ser honesto.
Sí tuviera que ser sincero. . . pareciera como sí hubiera despertado de un largo y duradero sueño.
Se sentía cómodo, parecía tener algo de peso encima, pero no le oprimía ni incomodaba, sí no que parecía que su cuerpo se había acostumbrado a este peso externo.
Podía oler la humedad, pero lo que más podía oler por encima de todo era un olor que sólo podía describir como cálido, como.. como a flores.
Quizás sus sentidos lo traicionaran, pero algo estaba seguro en su cabeza.
Y es que no quería irse de allí.
Moviendo un poco sus manos, abrazó ese algo que estaba casi por completo encima suyo, ya que no quería abandonar esa calidez, no ahora, y sí es que le dieran la oportunidad, jamás abandonaría esta calidez.
Pero.. aún quedaba una espinilla en su espalda que le seguía persiguiendo por más que la ignorase.
Y esta tenía nombre por nombre:
—Ri..
Primer intento.
—ride..
Segundo intento.
—Rider.
Fueron estas palabras las que intentaban buscar a esa persona.
Queriendo ver sí se encontraba bien.
Por lo que abrí mis ojos, notando que no podía ver, parece que tenía unas vendas sobre estos, curioso.
Poniendo mis manos sobre mí cuerpo noté que lo que estaba encima de mí pecho no era un objeto, sí no la cabeza de alguien, debido a que era un suave cabello lo que estaba tocando.
—¿Rider?
Intenté llamarla, aún sin poder ver.
Y luego de un par de intentos, nada conseguí, por lo que estaba atrapado, con una cabeza acostada sobre mí, eso era hilarante.
Al intentar moverme noté algo suave, y ¿. . .frío? chocando contra mí pecho, no sabía que era eso, pero decidí no tocar más, ya que me estaba dando una idea lentamente, y no era una buena idea.
Con esas pruebas sé que hay una mujer encima mío.
Eso no era bueno.
No por la parte de que haya una mujer, eso en sí es bueno, pero la situación en la que se encontraba era el inconveniente.
¿Era esta mujer Rider?
No, Rider no se pondría encima de él, ni siquiera tenían ese tipo de relación.
Él no podía hacerse una imagen de esto, no tenía formas de avanzar ni de como proceder.
Después de unos minutos, me armé de valor, y puse mis manos sobre la cabeza de Rider para levantarla con cuidado mientras yo mismo me levantaba.
¿El resultado?
Tenía a una mujer recostada en mis brazos.
Una a la que debía despertar.
Por lo que decidí sacudirla muy ligeramente mientras la llamaba sin gritar.
—Hey Rider, despierta—llamaba con toda la paciencia que podía tener en mí ser.
Fue así que vi a mí compañera moverse ligeramente, respirar con tanta paz, era bonita bajo la pequeña luz que se filtraba por un agujero pequeño en la tapa de la alcantarilla.
Y mientras seguía repitiendo frases similares, poco a poco lograba que mí aliada se despertara.
Pero también noté que no tenía puesta su venda alrededor de sus ojos.
Y viéndola bien.. era incluso más hermosa de lo normal.
No, mejor no pensaba en eso, lo importante era sacarle de sus manos la venda para ponérsela de regreso a los ojos.
Por lo que con cuidado extendió su brazo libre para poder tomar la venda negra, oculta en una de las manos de Rider, después de algo de tirones por extender de esa forma su brazo, este terminó poniéndole la venda a Rider, para no acabar petrificado.
Finalmente, la bella durmiente abrió sus ojos, y pude como esta se movía somnolienta.
—¿Mm?—Se ve confundida Rider, mejor será que le aclare la situación.
Pasando mí mano por su cabello suavemente, le digo.
—Volví, Rider.
Estas eran las palabras que le dirigía desde que había sido herido de esa forma.
—Perdona, por preocuparte, es que---
De manera rápida, ella ocultó su rostro en mí cuello, siendo sincero, esta era la primera vez que una mujer estaba tan cerca de mí, pero pese a normalmente tener pensamientos perversos, esta vez carecía de ellos.
Sólo podía visualizar el cabello lila de Rider tratando de ocultar su rostro.
Y por primera vez, la oí hablar con su corazón abierto.
—-T-tú, tú.. tú estás vivo, realmente lo estás.
Iba a decir algo, pero fue incapaz, después de todo, podía imaginarse la imagen que le había dado.
Él era un cobarde, se había puesto en frente de ella, ni siquiera la dejó pelear por su propia cuenta.
De seguro ella lo iba a regañar, eso era seguro.
Pero, pese a sus creencias, ella empezó a hablar con un tono.. ¿incrédulo?
—No, esto es falso, yo.. debo estar soñando.
Y pese a sentir dolor en gran parte de su cuerpo, especialmente cuando abría los ojos y los cerraba, decidió mover su mano izquierda hacia el cabello de Rider, deteniéndose a unos centímetros de esas hebras lilas que tanto se quedaba admirando.
—Rider..
Fue entonces que ella empezó a sollozar, para mí sorpresa.
¿Yo la puse de esa forma? ¿Había hecho algo malo?
Demonios, ahora yo me siento mal.
Yo..
—Lo siento, no fue mí intención ponerte así. Prometo no volver a hacerlo, Rider.
Y por primera vez en mucho tiempo, quizás en toda mí vida..
Yo recibí un abrazo.
Un genuino abrazo.
—¡S-shinjiii!
Puedo sentir mí cuello húmedo, pero a su vez, estos brazos fríos que me rodean me producen una pura cálidez.
¿Así deben sentirse los abrazos? Sí es así, me gusta como se sienten.
Extiendo mis manos, y rodeo a Rider con ellos.
—Ya estoy en casa.
Es lo único que puedo decirle.
Recuerdo las palabras del otro, sé que mí deber es uno sólo.
Proteger a Rider, no hay nada más que eso.
Y con eso, ganar esta guerra del Santo Gral, para poder conseguir el deseo de Rider.
Ella merece la libertad, más que nadie, así que no le importa pisar las manos de ajenos con tal de darle ese deseo a su aliada.
Se lo debe, quizás sienta pena, o sea un verdadero sentimiento de querer devolverle algo a Rider.
Algo en él se lo repite, quizás sea Makiri quién se lo repite, ¿O es acaso el niño que no puede reconocer?
No lo sabe, pero ahora debe seguir adelante, le queda un largo camino por delante, pero primero..
—Rider, ¿Tienes hambre?
Un pequeño descanso, tanto para ella como para él.