—La noche antes de regresar, cenamos una deliciosa comida que Aisha preparó con una oveja que compramos a uno de los aldeanos y ella y Alex la asaron a las brazas .
Mientras estábamos en la fogata, podía ver cómo Silphy hablaba mucho con Ariel, y esta última se veia algo tímida. Algo muy raro en ella, que siempre es extrovertida y le gusta molestarme tirándome besos cuando nadie la ve . Pero estaba rara y me miraba con vergüenza; de hecho, apenas me habló esa noche, aunque Silphy insistió en que yo estuviera con Edward en mis brazos.
Esa noche, nos quedamos en el terreno de lo que había sido el jardín de mi casa de la niñez ahí tenía la tienda que compartía con mi familia.
— ¿Qué hablaste con Ariel qué está tan rara , Silphy? — le pregunté.
—Nada, solo cosas de amigas. No puedo decirte — dijo, dándome un beso.
—Bien, mañana regresaremos. Crearé un círculo que nos llevará directo a la cabaña que Orsted preparó antes de venir,— le dije
—Bien amor — dijo Silphy quien me abrazó.
—Papá — dijo de pronto Ars.
—Si, hijo.
—Me gustan las tetas de Ghislaine.
—Si, a tus abuelos igual hijo — le dije.
—Hey, idiota, no le digas eso a Ars — me regañó Eris.
—Lo siento, amor, pero tu padre y el mio eran los reyes de los furros.
—Ya duérmete, —dijo estirando la mano por sobre Silphy y dándome un agarrón al muñeco.
Al otro día muy temprano , todo estaba listo para regresar a casa, así que creé un gran círculo mágico conectado a uno más pequeño, el cual borraría el círculo después de un día. Es una nueva forma que tenemos para evitar otro ataque como el del Dios Ogro.
Así que esa mañana regresamos a la Sharia.
Mientras Alex, Doga y yo desarmamos los carruajes, y luego nos transportados a Asúra con los carruajes y caballos, ya que no podíamos ir todos juntos, mis esposas, salvo Silphy, regresaron con los niños a casa, Silphy fue con Ariel a hablar a solas sentadas en el césped mirando hacia la Sharia.
—Bien, ¿y al final qué dices, Majestad? ¿Darás el paso? — le dijo Silphy.
—No puedo casarme con él.
—Eso lo entiendo. Pero me refiero a otra cosa ¿Al final, no le vas a decir que estas embarazada de él?
—Silphy, ya basta, por favor. Te dije que no son hijos de él.
—Tus ojos dicen otra cosa. Como sea, fue un lindo viaje. Gracias por llevarme de regreso a mi tierra natal fueron muchos recuerdos bellos y otros no tanto .
—Siento lo de tus padres, Silphy.
—Lo sé, pero no puedo hacer nada. Nunca supe dónde quedaron sus cuerpos. Me gusta creer que arrojaron sus cenizas al mar, aunque nunca lo sabré.
—Lo siento.
— ¿Puedo cargar al príncipe?
—Claro, toma — le dijo Ariel.
—Se parece mucho a ti — dijo Silphy, mientras Edward se reía. — Papa, mamá — dijo de pronto el bebé y sonrió.
—Dios, tienes la misma risa de tu padre, joven príncipe — dijo Silphy, sonriendo, mientras Ariel estaba muy roja, mirando hacia la Sharia.
—No quiero perderte, Silphy.
—No lo harás. Solo te pido qué si amas a Rudy, no lo hagas sufrir con sus hijos. Es lo único que no me gustaría que hicieras, odiaría qué Edward y ese bebé que llevas en tu vientre crezcan y odien a su padre.
—No lo haré, y ya te dije que, que no, que no, ellos no son sus hi.... umm.
Sabes Silphy, tal vez podría casarme con él en secreto.
—Si lo haces, al menos avisame antes, y no lo hagas con el drogado como cuando concebiste a Edward y nos drogaste esa noche de Ars para meterte en nuestra cama.
—¡Yo, no, no yo, no hice! Yo, umm(…) Espera un segundo. ¡Acabo de darme cuenta de algo! Te acostaste con Lady Nanahoshi, dijiste que sus besos son diferentes a los míos , eso significa que te acuestas con ella, —dijo Ariel con cara pervertida,—¿ y es buena en la cama? .
—Mira la hora que es, —dijo Silphy mirando su reloj —. Voy a hacer almuerzo y preparar todo para esta noche para ver el mundo de Rudy.
—¿El mundo de Rudy? — dijo Ariel, con una risa ya que sabía perfectamente que verian.
—Eeeh, sí. Eeeh, el mundo que él vio en sus viajes, dijo Silphy.
—Claro, ¿segura que ahora no eres tú la que oculta algo? Silphy .
—Claro que no Majestad. Jajajajaja. Nos vemos.
—Claro, espera Silphy.
—¿Sí?.
—No le digas a Rudy nada de lo que hablamos, por favor.
—No lo haré. Sin embargo, si es cierto que lo amas, se sincera con él. Porque si no lo haces(…)
—¿Él jamás me perdonará?.
—Se enojará, pero si te ama, te va a perdonar. Yo hablo del bebé que cargas y el que llevas en el vientre. Ellos pueden no perdonarte. Cuando hecemos las cosas mal, el destino se encarga de darnos una lección.
—¿Aunque lo hicieras por amor?
—Aún así, el padre de Rudy estuvo casi un año sin que Zenith lo hablara después de embarazar a Lilia. Si bien Zenith lo perdonó al final, él no la pasó bien, fue miserable un par de años.
—Entiendo. Adiós, amiga — le dijo, dándole un abrazo. Justamente en el momento que Rúdeus regresaba.
—Bien, todo está listo. ¿Dónde están mis esposas y Aisha? .
—Ellas se fueron a tu casa, y tu hermana y el Dios del Norte fueron a buscar una espada que Alek encargó a un herrero — me dijo Orsted.
—Ya veo. Bien, es hora de regresar. Doga y Alex se quedaron desarmando los carruajes — les dije.
—Vamos — dijo Ariel A su séquito .
—Adiós, amiguito — le dije a Edward.
—No tan rápido. Puedes acompañarme al palacio de plata. Será rápido, lo juro — me dijo Ariel.
—Claro — le dije, y partí a Ars con ella. Una vez ahí, me despedí de todos los chicos y Ariel me guió a un salón, donde me besó apasionadamente.
— ¿Estás bien? Desde ayer estás rara. ¿Silphy te dijo algo? Le pregunté.
—Sí, pero nada malo. Solo recordabamos el pasado. Fue nostalgia del tiempo en que estuvimos juntas en la universidad , solo eso.
—Ya veo. Yo también, a veces, siento nostalgia — dije, recordando que esta noche volvería a ver mi mundo anterior.
—Bueno, te traje aquí para darte algo — dijo recitando un hechizo mientras una pared se abría y sacaba algo de ahí.
—Toma, esto es para ti — dijo, sacando algo de ese pasadizo.
Era una hermosa espada de empuñadura dorada, de dos filos, parecida a la de Luke, pero más delgada.
—No es como las que tenías, pero aún así es una espada mágica, digna del Dios del Cauce a estado en mi familia por siglos, ahora es tuya mi amor . —Dijo Ariel entregandomela
—No puedo aceptarla, Ariel.
—Tonterías. Ahora eres el padre de Edward, pa, pa, padre político, por favor Úsala.
—Bien, te lo agradezco. No sé cómo agradecerte por esto Ariel .
—Vamos a la cama y pagame lo ahí, dijo Braza dome y agarrándome el muñeco .
—Mmm, pero estás embarazada.
—¿Y qué? puedo Hasta los 5 meses.
—Sabían que esto no era gratis — dije.
Cúando estaba por regresar cerca del medio día, Ariel me habló.
—Oye Rudy, que dirías si, si yo, yo, yo ufff si Edward y este bebe, son, son.
—¿Son que?.
Ella se paro desnuda de la cama y me dio un beso, mientras le acariciaba la barriga donde se notaba un diminuto bulto.
—Te amo Rudy, ven a vernos pronto, no nos dejes solos.
—Nunca lo haré, le dije abrazándola.
—Bien será mejor regresar nos vemos amor, dije besándola.
Regresé a la Sharia cerca de la 1 de la tarde y Orsted estaba solo en la oficina .
— ¿Por qué tardaste tanto? Te fuiste hace casi 5 horas — me dijo Orsted.
—Por nada Ariel me dio esta espada , debo ir a casa.
—Sí, claro una espada —dijo mirando hacia aun lado, y así regresé. Cuando llegué, Alek estaba en el patio practicando con mis dos hermanas y papá, además de Eris.
—Grrrr, ese maldito tiene más patas que un alacrán — dije para mi mismo.
Almorzamos esta tarde en familia, incluidos mis padres, Norm y el invitado de piedra, el cual habla solo de aventuras, así que se llevaba bien con papá y Aisha. Norm, por otro lado, me tiene de este porte cada pelota con el tema del oficial de enlace. Ella solo quiere empezar a trabajar, aunque me gusta su entusiasmo. Es bueno que disfrute el trabajo que debe hacer en la aldea Superd.
Esa tarde trabajé con Nana en un nuevo círculo. La idea de ella es traer comida de nuestro mundo. Ella piensa en chocolate, que ya nos queda poco, café, frutas qué aquí no existen como la piña o melones o golosinas que ella extraña, aunque también me prometió una bicicleta . Estuvimos casi toda la tarde en eso, salvo cuando las chicas decidieron dar un paseo con los niños y quedamos solos así aprovechamos de hacer un rapidín.
Mientras nos bañabamos Nana me habló .
—Oye, Rudy, ¿crees que es buena idea regresar a nuestro mundo, aunque sea solo en tu mente?
—Sí, las chicas podrán soportarlo.
—No hablo de ellas, hablo de ti, Rudy. Probablemente verás a personas que amabas en ese mundo, y no sé cómo reaccionarán las chicas cuando los vean. Y cuando interactúes con ellos, tal vez piensen que tú anhelas regresar.
—No, tranquila, no soy estúpido. Y ellas saben que las amo.
—Lo sé, pero me preocupas tú. Ufff, en fin, es una mala idea, pero cuidaré sus sueños estas noches.
— ¿Cómo que noches? Es solo una vez.
—No, Eris insistió que una sola vez es muy poco, que lo harán durante 2 noches.
—¿Cómo te convencieron de esto? — le pregunté.
—Eris me regaló su noche.
—Ooh, chica traviesa. Te gusta poco — le dije haciendo que ellae diera un puñetazo en el brazo.
Esa noche, después de la cena y cuando todos se habían ido, dejamos a los niños durmiendo con Aisha, y yo y todas mis esposas estábamos en mi habitación.
—Bien, ¿y qué hago? — dije.
—Ponte esta pulsera, toma esta poción, la A, y nosotras la B — explicó Silphy.
—Bien. Les advierto algo. Probablemente verán mis recuerdos mezclados con sueños o pensamientos. Supuestamente, estaré consciente de lo que pasa, aun así, no hagan nada tonto como golpear a gente.
— ¿Y por qué me miras a mí? — dijo Eris.
—Hablo en serio, amor.
—Bien, lo que digas. Ya bebe esa cosa — dijo Eris.
—Bien, aquí vamos — dije, tomando un sorbo, y rápidamente empecé a perder la conciencia.
—Bien, es nuestro turno. ¡Cuidanos, Nana! — le dijo Silphy.
—Sí, tranquilas — alcanzaron a escuchar las chicas, que empezaron a perder la conciencia cuando bebieron el líquido.
—Aaa, non nagoen. Esan zuen Silphyk. Dena ilun dago.
Ez kezkatu, hemen nago. Esan zuen Roxyk.
Eta esan nion Eris. Hor ikusten duzu argi bat.
Non dago Rudy?
Nire ondoan bere gorputza eta ilea direla uste dut. Esan zuen Roxyk. Horiek gortinak direla uste dut. Irekiko ditut.
—Rudy, esnatu. Ni naiz Roxy. Non gauden? Gela hau txikia eta arraroa da. —
—Uuum,? que pasa? ¿Que son esas voces? Debo haberme quedado dormido con la tele prendida, ¿quién encendió la luz? — dije, mirando a un lado, encontrándome con una hermosa mujer, delgada de pelo azul y ojos dormilones de un azul como el cielo , una hermosa pelirroja con tremendo cuerpo y ¿una anciana? No es muy joven, tiene el pelo casi blanco, platinado y de cuerpo delgado curvilineo, ¿será modelo? . Deben ser nórdicas. Dios, están en mi cama. Anoche debió ser una noche alocada jejeje . Diosito santo debe estar premiándome con estos bocaditos, después de todo lo que eh pasado — pensé.
—Kaixo, Rudy. Esnatu zara, beraz, hau da zure mundua. —
—Sí, este es mi mundo, estamos en mi habitación . Un segundo, ¿cómo es que entiendo esa lengua? — Cuando me fijé mejor en la chica de pelo blanco me di cuenta de sus orejas. Es, es, es, es.. ¡Es un duende! ¡AAAAAGH! — grité, saltando de la cama y dándome un cabezazo contra la pared.
—Aaaaagh, ¿quiénes son ustedes? Malditas locas.
—Rudy, cálmate, no entendemos lo que dices, dijo Roxy.
— ¿Cómo es que te entiendo? ¿Cómo es que hablo este idioma? ¿Quiénes son mierda ustedes? ¿De dónde son? ¿No me hicieron nada sexual, cierto? ¿Me van a asaltar?.
—Ya cálmate — me dijo la pelirroja, dándome una bofetada.
—Eris, no lo golpees, está confundido y fue lo primero Que te advirtió antes de dormirnos . —la regaño Silphy.
—Eris, ¿de dónde recuerdo ese nombre? Eris. Eris, la diosa de la discordia griega,? ¿Eris, no es un cuerpo más alla de plutón? .
—Ya cállate, imbécil, deja de decir tonterías. Soy tu esposa, y no soy diosa de nada.
—¿Eris, Silphy, Roxy? — dije, calmandome finalmente.
Ya recuerdo, soy Rúdeus Greyrat. Oye, Eris, que demonios, te dije que no golpearas a nadie aquí ¡y fue lo primero que hiciste! .
—Es que te comportabas como un loco, Rúdeus. Empezaste a gritar tonterías .
—Y ¿cómo es eso de que me confundiste con un duende, — me dijo Silphy, con las mejillas infladas.
—Estába confundido mi amor . Mi mente pensaba que estaba en mi otra vida y las olvidé por un segundo — le dije. (esperen un segundo, ahora lo recuerdo, estuve con Ariel aquí, esa maldita espió mis recuerdos, ella sabe que soy un reencarnado, maldita loca y ahora que hago, no ella nunca me a delatado, y no me a dicho nada y eso fue antes que naciera Edward, incluso antes de que la coronaran, tal vez decidió callar, maldita loca deberé hablar con ella cuando salga de aquí, uff calmate Rudy, me decía a mi mismo mientras las chicas miraban mi habitación) .
— Eris, ¿te gustan mis orejas? —le pregunto Silphy con algo de pena.
—Sí, son muy lindas, Silphy, me gusta lamerlas cuando estamos juntas y como las mueves, me encanta, —le dijo Eris .
—Y tu, —me dijo apuntandome con el dedo. —Cuando me las acaricias y mordisqueas cuando hacemos el amor , ¿ lo haces solo por cumplir, Rudy ? — me preguntó Silphy, con ojitos tristes.
—No, amor, claro que no, me encantan tus orejitas . Es solo que Cuando desperté, volví a ser mi otro yo unos segundos y nos las reconocí y me asusté. Aquí no existen los elfos, amor.
— ¿Y por qué dijiste que era un duende? Los duendes son pequeños y no existen, o si existen, en este mundo Rudy?
—No, tampoco. Y ahora que lo dices, ¡qué raro que en nuestro mundo sean un mito también, considerando todas las razas que hay!
—Ya dejen de pelear. ¿Dónde estamos? ¿Esta era tu habitación? Me gusta. Es pequeña y acogedora — dijo Roxy mirando alrededor .
—Yes, ready? 🎶
Welcome to the jungle, we got fun and games🎶
We got everything you want, honey, we know the names🎶
We are the people that can find whatever you may need🎶
If you got the money, honey, we got your disease🎶
It's a jungle, welcome to the jungle
Watch it bring it to your🎶 n-n-n-n-n-n-n-n
Oh ah, I wanna see you bleed🎶.
— ¡AAAAAH, ¿QUÉ DEMONIOS ES ESE RUIDO DE INFIERNO ? ¿DE DÓNDE VIENE? — gritó Roxy mirando a todos lados, ya que tenía parlantes por toda la pieza .
—Tranquila, es solo la radio. La tengo programada a las 7 de la mañana para despertarme — dije, poniéndome de pie y bajando el volumen.
—¿Eso es la radio de la que hablabas? , ¿y la música hermosa, Rudy? . Ese tipo gritaba como si lo estuvieran asesinando x torturando y violando al mismo tiempo — me dijo Silphy.
—Oye, esos eran los Guns and Roses, una gran banda y justo ese tema era pesado, —le dije .
—Esto es genial — dijo Eris, saltando de la cama y mirando mi mini componente. — ¿Para qué son estos botones y esas luces? ¿Qué dice ahí? Mira, Silphy, tiene luces de colores, mira son muy lindas . Es genial. ¡Parecen estrellas! Mira, mira! — decía emocionada como una niña y agarrando a roxy de la solapa mientras la zamarreaba.
— ¿Puedes poner otra música, Rudy? — dijo Roxy, —ese tipo Grita como cuando arrancas una mandragora.
—Bien, bien — dije, buscando una radio de música más suave.
🎶Y amiga mía, princesa de un cuento infinito🎶
Amiga mía, tan solo pretendo que cuentes conmigo🎶
Amiga mía, a ver si uno de estos días
Por fin aprendo🎶
A hablar sin tener que dar tantos rodeos🎶
Que toda esta historia me importa
Porque eres mi amiga, oh no🎶.
—Qué linda música, y esa voz si se puede escuchar. Ese hombre canta hermoso, aunque no entiendo nada de lo que dice, Rudy — dijo Silphy.
—Es música romántica. Se llama Alejandro? ¿Cómo era su apellido? Lo olvidé, pero es español... De España.
Jajaja las chicas sean del Mundo que sean tienen el mismo gusto, pensé.
Y ahí se quedaron escuchando, anonadadas, mientras miraban los colores del equipo de música. Parecían niñas que ven por primera vez el océano. Estaban emocionadas por algo tan simple como una canción de la radio, puse una emisora que solo tocaba románticos, así que estuvieron escuchando, a Luis Miguel, Franco Simonne, Extreme, etc etc .
—¡Oigan, chicas, chicas, OIGAN! —
—No nos grites, Rudy. Esto es muy extraño y mágico — dijo Roxy, que escuchaba la música.
—Es solo música, no tiene nada de mágico.
— ¿Cómo que no? Mira, esa caja emite música. —dijo Silphy.
—Ya les había hablado de ello, y cómo funciona, chicaas, no es nada tan grandioso.
—Sí, pero una cosa es escuchar cómo funciona e imaginarmelo, y otra es ver una de verdad — me dijo Eris.
—Esto es increíble. ¿No puedes recrear esto en nuestro mundo? —me pregunto Roxy.
—No, no puedo. Y aunque pudiera, debería inventar discos y una disquera, y hacer que los bardos graben discos, y eso tomaría años y no tengo tiempo. Desde que se creó la radio hasta lo que están escuchando ahora , han pasado 120 años. Así que no es tan fácil hacerlo de un día para otro.
—Es genial — dijo Eris.
—Oye, Rudy, qué pequeña era tu habitación, y qué desordenado eras . Mira, ¡hay calcetines arriba de tu velador y camisetas sobre ese mueble ! Voy a lavar tu ropa.
—No, Silphy, es un sueño. Este es un recuerdo, no es real.
—Es que me impresiona lo desordenado que eras. Aunque, pensándolo bien, cuando vivías solo en la universidad también eras desordenado.
—Vamos, Silphy, no puedes preocuparte por esas cosas estamos aquí para que veas mi mundo no para lavar ropa de un sueño .
—Yo quiero ver películas — dijo Eris. —¿Cuál de estas cosas es una televisión? — dijo, urgueteando en mi habitación.
—Salgamos a la sala — les dije.
—Dios, Rúdeus, tu casa de este mundo es pequeña, —me dijo Eris.
—Mientras no tenga pequeño el p(...)Pam, Aucht.
—No seas vulgar Rudy, me regaño Silphy.
—A mí me gusta — dijo Roxy. —Es acogedora, y el piso es hermoso con esos dibujos en las cerámicas . ¿Eras rico?
—No, no lo era. Tenía un buen trabajo, pero no era rico.
—Oye, Rúdeus, ¿estas imágenes son fotos?, son increíbles creo que en cualquier momento se van a mover , —dijo Silphy
—Sí son mías de mi familia y amigos.
—Y ¿quiénes son estos tres idiotas de cabello largo? Dios, el más pequeño parece una mezcla de humano y Goblin .
—No le digas así Eris , ese es mi amigo Lucho.
—Qué feo era — dijo Eris.
—No le digas feo, Eris. Es de mala educación. Son los amigos de Rudy — le dijo Silphy.
—Y ¿quiénes son los otros dos pobres infelices ?, preguntó Eris.
—El más flaco es mi otro amigo, Sergio, y el del lado derecho era yo.
—Éste eras tú? Pfffff, jajajajajaja.
— ¿De qué rayos te ríes, Eris?
—De nada. Es que son muy diferentes el y tu, bueno salvo por tu mirada y sonrisa , y además tienes una cara de idiota haciendo ese gesto 🤪🤘, —dijo imitandolo .
—Muy graciosa. Eramos jóvenes ahí, teníamos unos 20 años y ese es un gesto de rockero.
— ¿Jóvenes? Ya eran adultos y hacen poses como si fueran unos pobres e ilusos niños idiotas.
—Jajaja, lo éramos,— dije mira do la foto —Y ya deja de fastidiar Eris . En este mundo, a esa edad aún estábamos estudiando — le dije.
—Estas fotos son increíbles. ¿No puedes replicar lo en nuestro mundo?, dijo mi enanita mirando las otras fotos enmarcadas en la pared.
—No Roxy, con Nana tratamos, pero no sabemos cómo funcionan las fotografías y no pudimos replicarlo.
—Es una lástima.
— ¿Quién es él? — preguntó Silphy, mirando otra foto.
—Oh, ese soy yo, y mi antigua madre. —
—Vaya, aquí te ves diferente, Rúdeus — me dijo Eris. —Tenías el cabello muy corto aquí. No te ves tan idiota. —
—Muchas gracias, Eris . Ya vengan — les dije, llegando a la sala.
—Qué pequeño es aquí — dijo Eris, —pero es bonito.
—Si era soltero, no necesitaba algo tan grande. Además, aquí es caro tener una vivienda. En fin, esa es la TV.
—Es solo una venta pegada a la pared, Rúdeus. Tenias lo mismo en tu habitación. Me imaginaba algo más genial.
—Uuf, eres una niña Eris, —Déjame encenderla.
— ¿Vas a prenderle fuego?
— ¿Qué? No, Eris. La encenderé con el control remoto.
— Eso lanza magia de fuego? — preguntó Roxy.
—Jajajajajaja.
—Deja de reírte de nosotras — me regaño Silphy.
—Lo siento, amor — dije, prendiendo la TV. Justamente estaban pasando por la televisión un videoclip.
— Dios, Rudy, ese demonio baila y canta muy bien — me dijo Roxy.
— No es un demonio. Es Michael Jackson.
—? Es un espectro? — preguntó Silphy.
—Es un humano — le dije.
—Dios mío, ¿y qué le pasó a la cara? — dijo Roxy.
—Cirugía plástica, se operó el resto y lo cambió.
—¡Si, la nariz es rara, parece un cadáver ! — dijo Eris.
—Esto es increíble. Mira, ¡esas personas se mueven! — dijo Roxy emocionada .
—Sí, amor.
—Quiero ver una película — dijo Eris.
—Bien, ¿cuál? Tengo todas estas — le dije, mostrándole mi colección de clásicos en Blue Ray.
— ¿Cuál es El Depredador? — dijo Eris.
—No, yo quiero ver El Señor de los Anillos — dijo Silphy.
—Yo quiero ver Drácula — dijo Roxy.
—No, yo primero. Lo acordamos antes de venir — se impuso Eris.
—Está bien — dijeron las chicas. Así que puse la película.
—Rudy, no entiendo qué dicen. ¿No puedes hacer que hablen en nuestra lengua?
— ¿Y cómo rayos se supone que haga eso Eris?
—Estamos en tus recuerdos. ¿No puedes cambiar el idioma? Después de todo, son tus recuerdos amor, sugirió Roxy.
—Eeeeh, eso tiene sentido — dije, cerrando los ojos y tratando de recordar con la lengua humana.
— ¡Si funciona! — dijo Eris.
Así que estuvieron viendo. Lo primero fue que se sorprendieron al ver a Carl Wheathers.
—Rudy, ¿ese es un demonio? —
—Dejen de decir eso. Es una humano de piel negra. Solo hablemos humanos en este mundo — les dije.
Se sorprendieron cuando vieron el helicóptero y la música de tensión las tenía al borde del asiento.
—¿Quieren beber algo? — les dije.
— ¿Qué tienes? — preguntó Silphy.
—Jugo y coca cola. —
—Queremos jugo — dijeron, — mientras les servía. Escuché un grito de horror.
— ¿Qué pasó? — pregunté, asustado, mientras Silphy y Roxy se abrazaban en el sillón. Cuando miré la TV, el depredador estaba desollando a un personaje.
— ¡Santo Dios! No griten.
— ¡Apágalo, apágalo! — gritaba Silphy .
—No, déjalo. Quiero seguir viendo — dijo Eris con una sonrisa maniaca.
Al final, la película terminó con Eris emocionada y con una sonrisa, mientras Silphy y Roxy estaban pálidas y abrazadas.
— ¿Eso fue verdad, Rudy?
—No, Roxy, es una película. No es real.
—Eso fue aterrador. Ese extraterrestre es aterrador. — dijo Silphy mientras bebía su jugo.
—Es genial. Es lo mejor que ha visto Rúdeus — dijo Eris emocionada, mientras se bebía su jugo como una niña.
—Oigan, ya tranquilas. Es solo una película. ¿Quieren ver Depredador 2? — les dije.
—No no quiero ver más eso — dijo Silphy. — ¿Por qué no salimos a dar una vuelta por tu ciudad? — me dijo con una sonrisa.
—Sí, ¿por qué no? Pero debemos ocultar tus orejas, amor.
— ¿Qué tienen de malo? — me dijo enojada.
—Si las ven, se pueden asustar. No existen los elfos aquí, amor o pueden quedarte mirando raro.
—No quiero — dijo Silphy, quien se tomaba sus orejitas.
—Uuf, este será un sueño sin descanso — pensé.