Medio día, las nubes surcaban el cielo azul y lo único que se escuchaba era el viento soplar y los pájaros cantar.
Nuestros aventureros quienes caminaban por un sendero en medio de llanuras bajo el cálido sol.
—bien, según el encargo —dice la elfa— tienes que tu como un "héroe no oficial" participar en un festival de un pequeño pueblo presentándote, hablando con la gente y esas cosas.
—bien —dice el aventurero— no es necesario que me acompañes.
—ya lo sé, pero no hay otros encargos para hacer y estaré aburrida en la ciudad yo sola.
—y tampoco nos van a pagar ¿sabes?, esto es mas como algo comunitario
—sí, también lo sé, peeeeero habrá comida y cerveza; y porque tú eres el héroe estoy segura que nos harán algún descuento.
Sin dar ninguna respuesta nuestros aventureros continúan caminando por largo tiempo hasta que llegan a ese pequeño pueblo.
Entrando a este pueblo además de ver casas humildes con todo tipo de animales rondando por los alrededores, también notan objetos de decoración como cintas de colores dispersas por todo el suelo por donde caminaban.
—¿es normal se celebren así los festivales?
—por desgracia no señorita elfa —exclama con un tono cansado un anciano de barba blanca y sombrero— anoche creemos que una manada de jabalíes entró al pueblo y destrozaron los preparativos del festival. Tendremos que atrasarlo unos días.
—podriamos ayudar tambien
—¿nosotros? —mirando a su compañero con extrañes
—sí, también ayudaremos —contesto nuestro aventurero a su compañera
—son muy amables jóvenes —dijo el anciano con una sonrisa en su barba—. Como compensación pueden hospedarse en una habitación y comer lo que quieren en el buffet
—no puedo rechazar esa oferta —dijo la elfa con entusiasmo—. Vamos, terminemos rápido y vallamos a comer algo.
Ambos separan para dividir sus tareas. Mientras que nuestro aventurero junto con otros granjeros se dirigía en búsqueda de esos jabalíes. La elfa se quedo ayudando a los más jóvenes con la decoración y arreglo del lugar
—hubiera ido con los demás a buscar a esos animales —. Exclamo la elfa mientras cargaba cajas de objetos decorativos — soy buena rastreando animales
—algunos de los que acompaño al héroe también son cazadores —contesto un niño quien acompañaba a la elfa— ¿Qué tipo de animales hay en donde vive?
—a veces teníamos que controlar la población de grifos y cada uno cazaba su propia comida ya que los elfos no acostumbran a la crianza de animales
—tu aldea suena divertida
—en realidad es un pequeño reino en un bosque que hay al otro lado del mar y…
—al fin llegaron —dijo una joven junto a otros que los esperaban— terminemos rápido hay muchas cosas que hacer.
Mientras se enfocaban en redecorar la aldea de los destrozos; alejándose cada vez mas estaba nuestro aventurero buscando a esos jabalíes junto con otros aldeanos quienes portaban horquillas y lanzas rudimentarias
—¿Dónde podrán estar? —exclamo uno de los aldeanos mientras se secaba el sudor de su frente— hubiéramos dejado que la elfa nos acompañe
—¿dijiste que sabias rastrear animales? —pregunto otro aldeano
—solo no quería quedarme arreglando las decoraciones
—¿que haremos ahora héroe?
—tengo un poco experiencia en la caza —respondió nuestro aventurero— no debería andar muy le…
Sus palabras se cortan al sentir una fuerte temblor en la tierra seguido del repentino movimiento de los arboles de la entrada del bosque en donde estaban —¡atentos! — exclamo nuestro aventurero mientras los aldeanos temblaban.
Las hojas de los arboles comienzan a caer y del frondoso bosque surge un enorme jabalí que los rebasaba a todos en tamaño acercándose furtivamente a aquel grupo. Pero gracias a la rápida reacción todos se apartan a tiempo exceptuando a uno que es empujado por nuestro aventurero para evitar el impacto de la enorme bestia.
Tras haber alejado al aldeano nuestro aventurero agarra una horquilla que llevaba aquel aldeano y se abalanza contra el animal insertándoselo en el cuello provocando que huya despavorido.
—¿están bien todos? —pregunto nuestro aventurero
—si —respondiendo todos al mismo tiempo
—hay que perseguirlo
—ustedes vuelvan, yo iré a cazarlo
—pero ya está oscureciendo, no podrás ver nada —respondió el aldeano que fue salvado
—dejo un rastro de sangre lo atrapare antes de que oscurezca por completo —respondió nuestro aventurero— así que vayan y díganselo a mi compañera
Sin otras opciones los aldeanos y el aventurero separan sus caminos hacia direcciones opuestas. Al llegar a la aldea estos le informan a la elfa sobre la situación y ella sin ninguna preocupación acepta yéndose hacia la pequeña cabaña en donde se alojaban finalizando su día.
En el amanecer del día siguiente la elfa que es golpeada por el rayo de luz del sol que ingresaba por la ventana que estaba al frente de su cama haciendo que se despierte y aun somnolienta mire a su alrededor y distinguiendo al aventurero quien estaba aun profundamente dormido en otra cama a su lado. Intentando no despertarlo se escabulle por la habitación cambiándose de ropa y saliendo silenciosamente.
al cabo de un rato se despierta viendo que su compañera no está, dándose cuenta de que durmió mas de la cuenta; bajando rápidamente del segundo piso en donde estaba y viendo a su compañera en el salón de la cabaña esperando en una de las tantas mesas
—perdón me quede dormido
—no importa —responde la elfa— parecías muy cansado, ¿a qué hora llegaste?
—después de la media noche, pero tarde más porque ese animal había huido hacia el interior del bosque
—los que te acompañaron me dijeron lo que paso, al menos esa cosa ya no va a molestar; Ya que te despertaste vamos a ver el festival, pero primero péinate un poco. —señalando el cabello alborotado del aventurero—
Saliendo de aquella cabaña y escuchando entre risas y festejos una animada celebración. Niños jugando sin la supervisión de los padres y muchas parejas viendo las diferentes tiendas vendiendo una variedad de productos y con una música de flautas y guitarras de fondo. Mientras el aventurero caminaba por las calles poblado de gente era detenido por estos mismos saludándolo con mucho entusiasmo
—recuerda que eres como la estrella aquí —indica la elfa— debes hablar con la gente y luego ir a la plaza a decir unas palabras
—sabes que no soy bueno dando discursos
—tranquilo lo harás bien
El festival transcurre con normalidad mientras que nuestro aventurero dedica unas palabras muy secas el jefe de la aldea agradece por su colaboración al vencer a aquella criatura y por la ayuda que brindaron haciendo que el festival inicie a tiempo.
La noche cae y entre risas y alcohol ambos aventureros celebran su ultimo día en esa aldea para partir a primera hora. La noche transcurre y termina, sol comienza a surgir mientras que el aventurero se levanta con un poco de dificultad mientras que su compañera sigue completamente dormida
—hey levántate, tenemos que irnos
—agh ya déjame dormir un poco mas —exclama la elfa entre quejidos— me duele la cabeza, adelántate y prepara las cosas
Sin mostrar ninguna queja el aventurero se prepara para salir y despidiéndose de algunos aldeano mientras la elfa aun dormía plácidamente hasta que despierta y logran ambos despedirse antes de partir.