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Chapter 3 - el rescate: parte 2

Sentado en un banco de madera dentro de una habitación con paredes de mármol, decorado con cuadros relucientes y candelabros de oro que iluminaban la gran sala, estaba nuestro aventurero aun con su brazo cubierto en vendajes y con una fuerte sensación de miradas en su alrededor seguidos de susurros proviniendo de varios individuos vistiendo ropas elegantes y costosas joyerías; de los ligeros susurros se oye: —¿Qué hace un aventurero aquí?. míralo todo sucio como si hubiera salido del bosque. Alguien debería llamar a los guardias—.

Mirando hacia abajo y intentando ignorar esas palabras nuestro aventurero comienza a respirar con mas frecuencia mientras sujeta su brazo herido tratando de calmar su dolor y suprimir su audición para no escuchar a aquellas personas. Los susurros se cortan y las miradas de la gente se dirigen hacia una gran puerta al final de la sala donde un fuerte grito —¡SI NO QUERIAN QUE NACIERA SE HUBIERAN PROTEGIDO O TIRARME A UNA CUEVA DE OGROS! —. Azotando con fuerza la puerta sale aquella princesa apretando fuertemente los puños y murmurando palabras indescriptibles pero hirientes para el que lo escuchara. 

 —¡UNA CUEVA DE OGROS AMBRIENTOS ES MEJOR QUE UN CASTILLO EN UN VOLCAN! —exhalando con fuerza y recomponiendo su compostura dirige su mirada hacia el aventurero— uff listo, ya hablé con mis padres. ¿Nos vamos?

 —¿está bien? — 

Atravesando unos guardias y saliendo por de aquella sala, se encuentran con el brillo del sol iluminando la reluciente ciudad blanca que es decorada con casas y tiendas hechas con el mismo material de la gran sala de donde estaban

 —¿paso algo con tus padres?

 —¿escuchaste los gritos?

 —un poco

 —esta bien, pero primero mira lo que tengo —sacando de la pequeña bolsa que sujetaba un frasco incrustado de joyas— es una pócima curativa, cura todas las enfermedades, heridas letales y miembros amputados. Son muy costosas y se las pedí "prestada" a mis padres. 

Mientras la princesa quita los vendajes nuestro aventurero siente como el simple contacto le genera un ardor que recorre todo su cuerpo que lo obliga a apretar su puño de su otro brazo para aguantar el dolor.

 —recuerdas cuando te dije que lo del castillo era una tradición familiar, al parecer que era una mentira que mis padres me dijeron

Mientras la princesa unta un poco del liquido cristalino en el brazo quemado el dolor que era inaguantable ahora se desvanece y una suave brisa fresca relaja su brazo pudiendo escuchar con más atención a quien estaba tratando sus heridas 

 —resulta que ellos no estaban esperando una hija así que se deshicieron de mi mandándome a un castillo a que muriera 

 —ese plan no tiene sentido —responde el aventurero

 —eso es lo que pensé; a quien se le ocurriría eso para deshacerse de alguien 

 —¿y ahora que harás?

 —ellos también me "prestaron" esta bolsa con sus joyas —enseñando otra bolsa mas grande y pesada— así que estaré bien un tiempo incluso tengo planeado volverme una aventurera 

 —si eres una novata mejor busca un grupo para ganar experiencia y no morir rápido

 —un grupo eh, tal vez pueda convencer a ignil de formar un grupo; con sus habilidades las misiones serán sencillas. 

Interrumpiendo su conversación una columna de fuego se surge a la lejanía cubriendo envolviendo todo a su alrededor con su llama y haciendo que los ciudadanos alrededor corran despavoridos alejándose del humo y llamas que se expandían por la ciudad. la gran columna de fuego se acerca cada vez mas hacia donde estaban el aventurero y la princesa seguido de fuertes pisotones de algo gigante, la columna de fuego esta enfrente del aventurero a unos metros mientras liberaba un calor incandescente y quemaba todo a su alrededor un rugido ensordecedor sale de este revelando el causante de todo este caos. La enorme salamandra que ocasiono la herida del aventurero los había seguido para buscar una revancha de la anterior pelea.

El aventurero con un sudor recorriendo su frente y con un temblor en su mano recordando su anterior pelea. Con un leve suspiro y calmando su acelerado corazón se pone en posición de combate para defender a la princesa y a la ciudad. 

 —¡ALTO! —grita la princesa con fuerza en un intento de detener la pelea

 —princesa aléjese, es peligroso

 —Cálmate, él no nos hará nada, TU TAMBIEN CALMATE IGNIL O SINO QUEMARAS TODA LA CIUDAD 

La gran salamandra abre la boca mostrando una gran hilera de dientes afilados capaces de incluso desgarrar el metal y fundir la roca con su saliva y dice:

 —ESE HUMANO ME ALEJO DE TI, VINE A BUSCARTE —dice con una voz ronca seguido de un gruñido

 —tranquilo él no me hizo nada, déjame explicarte, pero primero baja un poco esa intensidad, ¿puedes? 

Un vapor envuelve a la gran criatura y a su vez el fuego que inundaba la ciudad comienza a desvanecerse. luego de unos segundos de esa nube de vapor surge un joven de cabello largo y alborotado de color carmesí y vistiendo solo unos pantalones hechos de escamas doradas 

 —espera —exclama el aventurero— ¿ignil era cosa con la que pelee?

 —¿a quién llamas cosa?

 —me lo hubieras dicho antes de que me quemara el brazo 

 —Lo intente —responde la princesa— pero estabas tan concentrado en la pelea que no me escuchaste. Te lo voy a explicar todo ignil, pero antes tenemos que irnos antes de que vengan los guardias 

 —pero si no queme a nadie… creo

Los tres corren fuera de la ciudad hasta llegar a un prado en donde la princesa le explica todo el malentendido y su situación con sus padres.

 —ahora entiendo, bueno lamento haberte quemado el brazo señor héroe

 —no soy un héroe y esta bien yo lamento haberte golpeado

 —no importa no sentí nada 

 —me alegra que se lleven bien —dice la princesa interrumpiendo a ambos— pero ya deberíamos separarnos. Oye ignil tengo planeado volverme una aventurera ¿te gustaría acompañarme? 

 —mi misión era protegerte en el castillo y dar mi vida con tal de que sobrevivas 

 —¿entonces eso es un sí?

 —te seguiré a donde vayas

 —¡muy bien! —dice la princesa con alegría— entonces aquí nos separamos héroe que no es héroe 

 —claro, les deseo lo mejor a ambos. También si no les importa me llevare la pócima curativa que tomaste "prestada" 

 —es toda tuya 

Tras despedirse ambos toman caminos opuestos. Nuestro aventurero camina toda la noche por los interminables paramos hasta llegar a la ciudad en donde reside.

Viendo como el sol surge en la lejanía ingresa al hotel en donde descansa; subiendo por las escaleras que crujen con sus pasos entra a la habitación donde ve a su compañera elfa aun durmiendo

 —hey despierta, te traje algo

 —¿compraste la medicina? —dice la elfa aun somnolienta y quitándose un pañuelo húmedo que tenia en su frente

 —no tenía dinero así que acepté un encargo, pero conseguí algo mejor —mostrando el frasco con la pócima curativa—

 —eso explica porque tardaste más de un día en volver

 — perdón por dejarte sola. bebe un poco y te sentirás mejor al instante

 —bien, pero después cuéntame como te fue en tu misión ¿okey?