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Chapter 2 - el rescate: parte 1

Nuestro aventurero esta vez solo caminaba hacia por una montaña donde las plantas cada vez eran mas escasas como si la vida se desvaneciera por cada paso que nuestro aventurero daba. La viva luz del sol desaparecía por una nube de humo negro que se extendía por kilómetros mientras un viento de cenizas nublaba parcialmente su vista.

Llegando a la cima de aquella montaña contemplando un gran lago de lava incandescente que provocaba que nuestro aventurero entrecierre los ojos para no ser cegado mientras el sudor surgía por su rostro —será aquí —observando un castillo que flotaba en la lava. Atravesando un puente de roca que flotaba en la ardiente lava y entrando en donde se suponía que hay una puerta pero solo están sus fragmentos de dispersos junto con huesos calcinados. ingresando en un gran salón envuelto en silencio siendo iluminado solo por el brillo de la lava que ingresaba por las ventanas a su alrededor. El silencio era tal que el latir del corazón de nuestro aventurero resonaba por toda la habitación; un sudor recorría su rostro y sus pasos eran lentos y temblorosos como si estuviera esperando algo, pero este nerviosismo acaba con un gran suspiro al atravesar la sala sin dificultad. 

Al salir se encuentra en frente con una gran torre que en su cima se veía salir por la ventana una luz amarillenta. subiendo por unas escaleras en espiral hasta toparse en frente con una puerta y golpeando esta suavemente y esperando una respuesta —¡pasa! —sorprendido porque alguien le contesto ingresa hacia la habitación y ve sentada en un a una joven chica de cabello dorado y con un vestido elegante pero desgarrado en algunas partes.

 —tardaste bastante, ¿Qué estuviste haciendo? —dice mientras mira fijamente hacia un libro en el escritorio para luego voltear para mirar a nuestro aventurero— espera, ¿Quién eres? 

 —hola, soy un aventurero y acepte este encargo para rescatar a una princesa

 —¿princesa?, eso es un poco exagerado, pero si, soy yo. ¿eres el héroe que me rescatara y que me enamorare perdidamente y nos casaremos? —pregunta con un tono sarcástico—

 —no me interesa la parte del amor, solo quiero la recompensa 

 —uff menos mal —responde la "princesa" con alivio— tampoco estoy interesada en todo eso, solo quiero irme de este castillo

tras terminar su corta conversación y bajar rápidamente por las escaleras y llegar llegar nuevamente a la gran sala

 —el encargo decía que había un dragón puro rojo que vigilaba el castillo, creí que estaría aquí pero no me tope con el 

 —cuando me mandaron aquí hace 5 años el dragón ya era muy viejo y termino muriendo después de un tiempo

 —si pero el encargo decía que había otra criatur… 

un temblor en el techo de la sala alerta a nuestro aventurero seguido de una rayo dorada que funde el suelo a su paso provocando que retrocediera del peligro —aléjate— grita nuestro aventurero a la princesa indicando el peligro que caminaba por el techo. Una gran salamandra con escamas doradas que emite un calor en toda la sala que seca los ojos y sudor de nuestro aventurero impidiéndole ver con normalidad. Desprendiéndose del techo la gran criatura cae al suelo soltando saliva ardiente que funde el suelo a su alrededor; sin poder pensar en otra cosa que no sea en el calor abrasador nuestro aventurero solo le queda retroceder y encontrándose un enorme escudo a sus pies y apenas viendo que aquella salamandra esta abriendo su boca para lanzar otro rayo levanta el escudo para bloquear el inminente ataque, logrando bloquear el ataque, pero derritiendo el escudo y quemando el brazo que lo sostenía. intentando ignorar el dolor de su brazo calcinado y apretando los dientes levanta un gran pilar que estaba a su lado y como si de un bate y una pelota se tratase manda a volar a la salamandra atravesando la pared y arrojándola al lago de lava. 

intentando respirar poco para no inhalar el calor y aguantando el dolor de su brazo nuestro aventurero carga a la princesa y corre a la salida atravesando nuevamente el puente y rodando cuesta abajo por la montaña.

Después de rodar por varios metros y alejarse del castillo ambos se encontraban en un bosque y la princesa quien estaba sin ningún rasguño, arrastraba al aventurero quien humeaba. 

 —¿estas bien? Hay un rio por aquí, así que aguanta

 —estoy bien, puedo caminar solo, tú me ofreciste cargarme y solo me estas arrastrando

 —no sabia que eras tan pesado —responde la princesa mientras se esfuerza por arrastrar al aventurero— mira allí hay un rio

 —hubiéramos llegado mas rápido si caminara —dice mientras sumerge su brazo quemado con la refrescante agua y con un suspiro de relajación— revisa si no te quemaste por ningún lado

 —¿yo? Estoy bien apenas sentí el calor 

 —que extraño —exclama el aventurero en vos baja— cuando termine esto nos iremos 

 —esta bien, pero primero déjame tratar tu brazo. Mira encontré estas flores azules, sus espinas rojas sueltas un calmante para el dolor 

 —¿estas seguras? —pregunta con un tono de inquietud— podría ser venenoso

 —estarás bien, lo leí un libro de medicina que me trajo ignil 

 —¿ignil? 

 —es el que me cuida, me trajo comida agua y a veces libros para que no me aburra en el castillo, sino fuera por el hubiera muerto de hambre hace mucho. Ya está —refiriéndose a la medicina echa con las flores— ahora no te muevas, solo dolerá un poco 

 —¿y el no podía rescatarte?

 —el solo me mantenía viva para que alguien de la realeza me rescate y me empareje. es una tradición familiar, si es una tradición extraña

 —si, un poco

mientras la princesa tardaba mas de la cuenta en tratar las heridas del aventurero el sol se ocultaba dando paso a las estrellas al aventurero y a la princesa a descansar en una cueva que estaba a la cercanía para continuar su viaje a la mañana siguiente