Entonces, Madre Lu le entregó a Lu Cheng la porción para su familia y dijo —Dos porciones y media para la familia de Ah Cheng, un total de ciento veintiséis yuanes. Los cupones se han dividido por igual. El dinero restante es la parte de tu padre y mía.
—En cuanto a la comida, utilizaremos el mismo método para dividirla. ¿Hay algún problema? —preguntó Madre Lu.
Lu Han tomó el dinero, negó con la cabeza y dijo —Padre, Madre, no tenemos objeciones. Pero como sus hijos, todavía tenemos que serles filiales. Así que cada año les daremos el 20% de la comida y parte de la carne que recibamos del equipo de producción. Devolveremos 50 yuanes como muestra de piedad filial hacia ambos.
Madre Lu sabía que su nuera ganaba mucho dinero vendiendo aperitivos, así que no se negó y aceptó el dinero. Al ver esto, Lu Cheng miró a su esposa. Notando la mirada de su marido, Wang Muxiao asintió con la cabeza.
