—Atticus estaba tardando mucho más en el baño de lo que Daphne había anticipado. Esperaba que él se vistiera en cuanto se lavara, pero estaba tomando un tiempo extraordinariamente largo. ¡Ni siquiera tenía el cabello largo que lavar!
Normalmente, ella llamaría a la puerta para ver si se había ahogado en la bañera, pero ahora, era ella la que deseaba hacer una larga inmersión en el agua sin volver a la superficie. En vez de ello, Daphne paseaba ansiosamente por la habitación, mordiéndose el labio mientras trataba de formular una disculpa por tocar en un lugar tan sensible. Sus tutores la habían educado en etiqueta real, pero nunca le habían enseñado cómo responder a tal situación.
—¿Cómo pudo haber agarrado su virilidad como si fuera un poste? ¿Sin permiso? ¿Qué si se la había arrancado accidentalmente? ¿Qué si Atticus estaba tan enojado que la enviaba de regreso al palacio?