"Atticus y Sirona intercambiaron una mirada cautelosa. Claramente, la mente de Daphne había suprimido sus recuerdos del secuestro para facilitarle la adaptación, y si le decían lo que realmente le pasó, podría desmayarse del shock.
Sin embargo, tenía que serle dicho. No podían dejar que viviera en la ignorancia, pero tampoco podían decirle directamente que había quemado a hombres hasta dejarlos en cenizas. Sirona frunció el ceño, pensando en una forma más amable de dar la noticia, solo para que Atticus la interrumpiera.
—Sol, ¿quieres escuchar la buena noticia o la mala primero?
—¿Qué? —Daphne parpadeó confundida—. ¿Qué noticias?
—Tengo una buena noticia para ti. —Atticus sonrió—. ¡Ya no eres la única de la realeza Reaweth que no tiene magia!
Sirona dejó su tazón y caminó hacia Atticus, dándole un ligero golpe en la cabeza.
—¡Eres un tonto! —Sirona siseó—. Esto no es algo de lo que haya que bromear.