Daphne soltó un suspiro de alivio. ¡Nikun lo logró después de todo!
Sus posibilidades de ganar el corazón de la Princesa Cordelia eran prácticamente nulas, pero Daphne aún estaba feliz de saber que había conseguido pasar la primera ronda. Sus estudios no habían sido en vano. ¡Quizás incluso podría ser aceptado como miembro de la corte de Cordelia, si las cosas salían lo suficientemente bien!
Cordelia se levantó, blandiendo el montón de ensayos aceptados. Los murmullos inquietos de la multitud cesaron y volvieron a caer en un silencio expectante.
—He terminado de juzgar sus ensayos. Debo decir que hay ciertos candidatos que lo han hecho mejor que la mayoría y merecen avanzar a la siguiente ronda. Otros encontrarán que están más capacitados para convertirse en cuentistas y cómicos en lugar de políticos.
¡Ay! Daphne se estremeció. Al menos Cordelia no estaba nombrando directamente a las personas que habían fallado.
—Cuando diga su nombre, den un paso adelante —dijo Cordelia.