—Debo agradecerte por guiarme directamente a los meteoritos de hierro, por cierto —continuó Jean alegremente—. Sin tu ayuda, me habría sido casi imposible colarme en las minas para conseguir mi justa parte.
—¿Justa parte? —replicó Atticus con un resoplido de incredulidad—. Has robado de las minas antes de prenderles fuego. Difícilmente consideraría eso como una 'justa parte'.
Jean Nott simplemente se rió de la respuesta de Atticus, moviendo la cabeza mientras lo hacía. —Da lo mismo —dijo—. Diría que para ti es igual, ¿no es así, Su Majestad? Disfrutas tomar lo que no te pertenece. Primero tu esposa, ahora...