Daphne sintió su cuerpo entero dolido por todas partes. La última vez que esto sucedió, si recordaba correctamente, fue cuando había llevado al extremo su magia y usado todas las nuevas fuerzas que tenía sobre Bram, el mercenario que intentó asesinarla.
Su cabeza estaba martilleando. Se sentía como si hubiera sido golpeada de cara contra una losa de piedra una y otra vez, mientras había ingerido barriles interminables de licor fuerte. A pesar del dolor que sentía en su cabeza, su cuerpo estaba significativamente peor. Si no hubiera abierto los ojos para confirmarlo por sí misma, habría pensado que estaba siendo esposada con plomo.
—Ugh... —gimió, arrugando sus cejas antes de finalmente abrir los ojos—. ¿Qué pasó?