"¿Un juego… pareja?", Alistair repitió. Parecía algo confundido, con las cejas fruncidas y los labios apretados. Observó cómo Hazelle, asintiendo, sollozaba.
Consolaba su mano como si ya se hubiera partido en dos y estuviera sostenida solo por la piel exterior. Aunque, eso estaba lejos de la realidad. Drusilla solo había pisado lo suficiente como para causar un morado, nada más. Sin embargo, Hazelle sabía que todo lo relacionado con manos rotas y muñecas lesionadas se había convertido en un punto de activación para Alistair desde que había perdido la suya.
Drusilla había cavado su propia tumba y Hazelle estaba más que feliz de enterrarla en ella.
"Sí", sollozó Hazelle. Dio un respingo, fingiendo estar en un gran dolor. "Ella dijo… Ella dijo…" Hazelle se atragantó con sus palabras. "Si perdiera una mano, me parecería a…"